Kurama, al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, gritó en pánico:
—¡¿Quieres matarnos a todos, loca?!
Recordó que hacía nueve meses que la medusa no le había entregado su haki, y con su inmenso poder, ya tenía un 20% más de haki que él. Ahora, después de la agotadora batalla, con la mitad de su poder restante, Kurama comprendió una aterradora verdad:
—¡No soy rival para la pequeña medusa en este estado! —pensó con desesperación.
Volteó a mirarla y ya no sabía si sentirse orgulloso o aterrorizado. Finalmente, eligió lo segundo. Sin más tiempo que perder, se lanzó en dirección a la sirena. Si lograba eliminarla, tal vez la medusa recuperaría el control y no lo atacaría. Observó cómo la sirena corría hacia el agua y se sumergía.
Justo en ese instante, alguien congeló el agua con una velocidad asombrosa. Kurama, observando a la medusa, que ya no era tan pequeña, suspiró.
—Estoy jodido... —dijo, sin más opciones, y se lanzó sin pensarlo dos veces.
(creen que soy un autor indecente que busca imagines pedorras??? yo creo mis imágenes y hago que sean geniales hijos de sus padres¡¡¡¡)
Kurama chocó de frente con la medusa, con su haki al máximo, usando su haki del conquistador para intentar debilitarla. Sin embargo, fue lanzado como un muñeco, estrellándose contra una colina. Atónito, Kurama maldijo:
—¡¿Dónde está mi pelea épica, donde nos golpeamos mutuamente y tenemos una batalla de resistencia?!
Mirando a la medusa, que ahora era mucho más grande que él, suspiró.
—Mierda, ¡incluso es más grande que yo!
Normalmente no usaba malas palabras, pero en menos de un minuto ya había maldecido varias veces. Herido y agotado, decidió usar su fuego llameante absorbente de haki, pero se quedó aún más asombrado cuando la medusa comenzó a absorber su haki. Confundido, murmuró:
—¡¿No se supone que nuestras habilidades de absorción de haki eran iguales?! ¡¿Por qué está absorbiendo mi haki?!
En ese momento lo entendió: su habilidad no estaba al máximo porque había gastado demasiado haki en la batalla. Esto hacía que la habilidad de absorción de la medusa fuera superior a la suya. Los marines y piratas, al ver cómo la medusa le daba una paliza al gran zorro, vitorearon con entusiasmo, pero el temor no tardó en aparecer.
—Oye hermano... no tendremos que pelear contra esa medusa después, ¿verdad? —dijo un pirata en voz alta, y al instante todos entraron en pánico.
—¡Escapen, escapen rápido! —gritaron, tanto piratas como algunos marines, mientras huían en todas direcciones.
Kurama, viendo el caos, sonrió con malicia y gritó con fuerza:
—¡Esa sirena que dijo que invocaría seres marinos para pelear conmigo! ¡Acaben con ella y esta medusa volverá a ser una simple medusa!
Kurama sabía que la única forma de obtener información sobre los artefactos celestiales era a través de los Poneglyphs, y esos artefactos estaban bajo control del Gobierno Mundial. Muchos piratas y almirantes ni siquiera sabían de su existencia, pero Kurama aprovecharía esa ignorancia.
—¡Yo, Kurama, juro que desapareceré de este mundo para siempre, siempre y cuando la sirena desaparezca y esta medusa vuelva a la normalidad! —gritó con solemnidad.
Aunque muchos desconfiaban de sus palabras, la medusa gigante, más del doble del tamaño de Kurama, los asustó lo suficiente como para que todos se lanzaran tras la sirena.
Kurama, viendo a la medusa, suspiró sarcásticamente:
—Esto no va a terminar bien para mí, ¿verdad?
Sin más, usó todo a su disposición: haki de armadura para resistir los tentáculos, haki de observación para esquivar los ataques más lentos, y haki del conquistador para detener a la medusa en los momentos críticos. Pero, aún así, la batalla fue brutal. Sangrando, gritó:
—¡Mierda, es demasiado rápida!
Intentó convertirse en fuego para escapar, pero la medusa absorbió el haki de su fuego, obligándolo a regresar a su forma física. Usó haki para resistir los golpes, pero fue apaleado como nunca antes.
Una hora después, Kurama yacía en el suelo, sangrando, tembloroso, con apenas un 10% de su haki restante. De repente, la medusa gigante gritó telepáticamente:
—¡Señor Kurama! ¿Está bien?
Kurama, agotado, suspiró de alivio al escuchar que la sirena había muerto. Con orgullo forzado, respondió:
—Sí, estoy bien... ahora hazte pequeña.
La medusa obedeció, y en ese momento apareció un panel azul ante los ojos de Kurama:
—¡Felicidades, Kurama! Has completado la exploración del sistema en el rango infernal en el universo de One Piece, desde 1000 años antes de la línea original hasta el presente.
¿Quieres volver y recibir las recompensas?
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¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡
FantasySan, un pobre diablo con mala suerte, transmigró al cuerpo de Kurama, pero no a cualquier Kurama, sino al ¡Kurama recién creado! Plácidamente pensó: "Tengo 800 años para fortalecerme y conocer a Hashirama y Madara. Estoy seguro de que podré ¡derrota...