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Kurama miró a Medu y ambos se cruzaron miradas. Un mensaje flotaba en el aire:

"Recompensas del mundo de Slime Shitara Datta Ken entregadas."

Kurama observó el panel azul frente a él y leyó mentalmente:

Fuerza triplicadaVelocidad aumentada en un 45%Resistencia duplicadaIncremento del poder cósmico en un 10%

Suspiró. Llevaba mil años con el poder cósmico y aún no sabía usarlo bien. Pero esta vez sonrió, porque sentía que estas recompensas realmente valían la pena.

Medu bostezó y comentó, estirándose:

—¡Qué aburrido! Edgar se quedó en el mundo con la peli rosa.

Kurama solo sonrió, sin hacer comentarios. Pasaron unos minutos, y finalmente llegaron al mundo donde Naruto los esperaba con una sonrisa.

—¡Qué bueno que regresan! —dijo Naruto, con alegría.

—Sin más, activa la ruleta rápido —pidió Kurama.

Naruto obedeció, y en la ruleta apareció:

"Mundo Kirby, línea de tiempo: 8 meses después de la original. Nivel: infernal."

Kurama se quedó estático, casi convulsionando.

Naruto, que aún sonreía, se quedó quieto al ver sus reacciones y pensó, preocupado: ¿Perderé a mis mejores empleados así?

Medu notó las expresiones de ambos y frunció el ceño.

—Tengo un mal presentimiento...

En ese momento, un portal apareció frente a ellos. Sin mirar atrás, Kurama tomó a Medu y voló en dirección contraria, escapando del portal a toda velocidad. Pero el portal desapareció y volvió a aparecer justo frente a ellos. Kurama empezó a usar todas sus habilidades:

—¡Jutsu del Dios del Trueno Volador! ¡Jutsu de Invocación Inversa! ¡Jutsu de Sustitución! ¡Jutsu de Clones de Sombras!

Cinco minutos estuvo huyendo del portal, hasta que finalmente se rindió y entró en él.

Al atravesar el pasadizo espacial, Kurama miraba al techo, suspirando como una niña deprimida. Medu lo observaba, confundida.

Al llegar, lo primero que vieron fue un enorme ojo en el cielo, ocupando casi la mitad del mundo. Kurama pensó en su forma más grande, de 14 kilómetros, y llegó a una conclusión aterradora:

—Esa cosa es diez veces más grande que yo...

El impacto casi lo desmayó. Sin más, empezó a cavar desesperadamente.

—¡Medu, baja rápido! —gritó Kurama, cavando a toda velocidad—. ¡Esa cosa nos descubrirá!

Medu miró el ojo y sintió un escalofrío. Sin pensarlo, descendió y comenzó a cavar junto a él. En cierto momento, se escuchó un estallido de poder. Kurama creó miles de barreras mágicas, paranoico.

—Usa tu haki de armadura —le dijo a Medu—. No sabemos qué más puede pasar.

Medu asintió y ambos se acurrucaron. Kurama, en su forma de bijū de diez colas, apenas podía mantener la compostura. Era como un pequeño zorro asustado.

Todo explotó de repente. Todas las barreras fueron destruidas, y ambos quedaron deslumbrados. Kurama, paranoico, creó cientos de miles de clones sin importar quedarse sin energía.

Cuando la explosión terminó, de sus miles de clones solo quedaban 101. Kurama, aún más paranoico, miró a Medu y le dijo:

—¡Vamos! ¡A cavar hasta el núcleo del mundo!

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora