Kurama, completamente gigante, miró a su yo original, que a su lado parecía un gato doméstico comparado con un tigre siberiano. Incluso se agachó y le acarició la cabeza. El Kurama original se enfureció de inmediato:
"¡Oye, bastardo! Que seas grande no significa que puedas intimidarme."
Intentó morderle la pata, pero no pudo romper su armadura de madera. Mientras lo observaba, Kurama pensó: "El Kurama original mide 115 metros... yo soy cinco veces más grande. Tal vez tenga 500 metros o más."Finalmente, dijo:
"Bueno, pequeño, nos vemos."En un instante, Kurama se encogió y se fue. "Bromeas... En este mundo todavía existe la Caja de los Deseos, posiblemente queda la mitad del Agua Súper Divina, y ya ha caído el meteorito de la Aldea de la Estrella." Con ese conocimiento en mente, comenzó su búsqueda de los artefactos que conocía gracias a su experiencia en su propio mundo.
En dos años, corriendo a velocidades ultrasónicas, Kurama llegó a donde Hagoromo había fallecido. En su antigua casa, encontró la Caja de los Deseos. Luego, recordando dónde había encontrado la tribu en su mundo, llegó a un bosque vacío. Se quedó pensando y recordó que, antes de encontrarse con los Uzumakis en su mundo, la tribu ya tenía un lugar a donde ir.
Pasaron dos días recordando, y finalmente, se dirigió en una nueva dirección. Dos meses después, llegó a un pequeño pueblo —o tal vez un pueblo mediano— lleno de gente. Kurama, viendo que los miembros de su tribu en este mundo también eran felices, se sintió feliz por alguna razón. Con su tamaño actual, nadie sospechó de él, y en silencio, encontró el Agua Súper Divina.
A diferencia de cuando la encontró por primera vez, esta vez absorber su chakra fue extremadamente fácil. Solo le tomó dos meses absorberla por completo, y su chakra apenas se vio afectado, aunque aumentó en un 12%. Tras completar la absorción, se fue sin que nadie notara que había estado allí.
Kurama entonces se dirigió a las aldeas cercanas a la Aldea de la Hoja, que ya había sido fundada. Nadie sabía que Hashirama y Madara, los fundadores, habían desaparecido del mundo. Tras cinco meses de búsqueda, llegó a la Aldea de las Estrellas, que aún no era tan conocida.
Como un fantasma, apareció y se llevó el meteorito de 4 metros, colocándolo en su espalda, donde lo sostuvo firmemente con su control de chakra. Sus nueve colas, ahora pequeñas, cargaban la Caja de los Deseos. Tras esto, regresó al lugar más similar que había visto en su mundo: el templo rojo que te enviaba al pasado, aunque en su caso lo había enviado al futuro.
Dejando esa confusión de lado, entró al templo y, al abrir los ojos, se dio cuenta de que todavía tenía el meteorito y la caja en sus manos. Esto lo alivió. Entonces, buscó alguna señal que le indicara si estaba de vuelta en su propio mundo. A lo lejos, vio al clan Uzukuma, y se relajó. Solo tuvo un pensamiento:
"Lo logré. Me hice lo suficientemente fuerte para derrotar a Hashirama y Madara fácilmente... y en menos de 800 años.Luego, Kurama comenzó su ritual sagrado completamente necesario: medir su edad. Después de todo, era su única manera de saber cuánto faltaba para los acontecimientos futuros. Comenzó a hacer los cálculos.
"Me fui al templo con 526 años. Busqué durante 2 años la casa de Hagoromo en el otro mundo, lo que me da 528 años. Luego pasé 2 meses recordando a dónde había ido la tribu, y otros 2 meses en encontrarla."
Recordó también que, antes de comenzar su viaje al templo, se había demorado 9 días en absorber el chakra natural. Felizmente pensó:
"Tengo 528 años, 4 meses y 9 días."Mientras pensaba esto, sus nueve colas se movían al viento, mostrando cómo contar su edad le traía una extraña alegría. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no sabía su tamaño exacto en su forma grande, algo inaceptable para él. Para Kurama, un ser tan longevo que necesitaba saber todo de sí mismo, no tener este dato era algo que no podía tolerar.
Decidido, creció hasta los 100 metros y, como lo había hecho toda su vida desde que se unió a la tribu (que luego se convirtió en un clan y ahora era una aldea), gritó:
"¡Quiero que me midan en metros!"
Varias personas, emocionadas por la oportunidad de medir a Kurama, acudieron rápidamente. Desde que eran pequeños, lo habían considerado su protector. Kurama, entonces, se recostó plácidamente, permitiendo que midieran su cuerpo en su forma más grande, excluyendo su forma con armadura y llamas de energía a su alrededor, 4 horas después recibió su respuesta media 488 metros de largo una absoluta locura.
Kurama, en estos momentos, estaba acostado en su coliseo romano, usando un tamaño de 200 metros de largo, mientras absorbía el chakra del meteorito de la Aldea de la Estrella. Se aseguraba de refinarlo perfectamente antes de absorberlo por completo. Debía admitir que, aunque este meteorito había sido refinado y usado para aumentar el poder de los habitantes de la aldea durante 200 años sin agotarse, era algo bastante peculiar.
Rápidamente, Kurama se dio cuenta de algo: esto no era chakra. Era una energía similar, con muchas características en común, pero claramente diferente según su percepción. La corrosión del meteorito era un poco más fuerte que la del Agua Súper Divina, pero no tan dañina, algo que le parecía extraño. ¿Cómo podía ser más corrosivo pero menos dañino? Se quedó pensando en esto y finalmente tuvo que admitir que esta cosa del mundo exterior era interesante.
¿Acaso esto eran los restos de un mundo invadido por el Clan Ōtsutsuki, como el de Kaguya? La idea le parecía factible, pero luego la dejó de lado para concentrarse en lo que estaba haciendo.
Kurama continuó su absorción, ahora enfocándose en el chakra de la Caja de los Deseos del mundo paralelo. Tenía que decir algo: esta caja tenía mucho más chakra que la caja de su mundo, tal vez un 30% más. Así pasó el tiempo. 5 años, luego 20 y finalmente 60 años transcurrieron mientras refinaba el chakra del meteorito y la caja.
Finalmente, Kurama, mirando el cielo como si estuviera rezando (aunque, si alguien le preguntara, él solo diría que estaba contando los días), comenzó su ritual sagrado de sumar su edad. Después de hacer los cálculos, llegó a la conclusión:
"Tengo 588 años, 1 mes y 5 días.
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¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡
FantasySan, un pobre diablo con mala suerte, transmigró al cuerpo de Kurama, pero no a cualquier Kurama, sino al ¡Kurama recién creado! Plácidamente pensó: "Tengo 800 años para fortalecerme y conocer a Hashirama y Madara. Estoy seguro de que podré ¡derrota...