Capítulo 18: 'Abedul'

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Capítulo 18: 'Abedul'

Olive: -¡no!

Liam: -¡o lo matas tú, o lo mato yo!- activó el arma.

Olive: -Liam... Solo estaba ebrio.

Liam: -he ahí el punto.- escupió y guardo furioso la pistola. -que está siempre ebrio. ¡¿Y sabes porqué está así?! ¡Por ti!

Me acomodé la ropa en el sofá mientras las lágrimas caían solitas. ¿Siempre había sido tan así? Todo era mi culpa.

Liam: -perdió a su familia, ¡Perrie lo echó y le prohibió volver a ver a su hija! ¿Quieres verdad?

Negué con mi cabeza cabizbaja.

Liam: -yo también te haría sufrir, tanto daño.

Olive: -¡no pedí que abusara de mí hace tres años!- sollocé.

Liam: -Will violó a Perrie por tu culpa, por huir en España. Me has hecho el peor de todos los daños... ¿Y sigues siendo una maldita víctima?

Me paré del sofá apenas vestida con mis prendas interiores y miré a Liam con lagrimas en mis mejillas, con mi cuerpo lleno de dedos y hematomas.

Olive: -¡¿acaso yo pedí que me secuestraran?! ¡¿Que me metieran en sus líos, causándoles mas líos?! ¡Yo solo quiero ir a casa con quienes amo!

Liam: -es una linda coincidencia.- murmuró. -también quiero ir a casa con quien yo amo, pero por ti, no por tu culpa pero sí por ti, la persona a quien yo amaba murió.

Lo vi voltearse y llorar. La imagen de Danielle en mi apartamento se atravesó por mi mente. Ella era una traidora, una rata asquerosa... Pero Liam la amaba, y ella también lo hacía. Era simplemente única... Con demonios o sin ellos.

Liam lloraba.

No me quedaba de otra que ser yo quien le diera la noticia.

Olive: -¿Es de Danielle de quien hablas?- pregunté suavizando el aire con mi voz, estaba débil, y comenzaba a tener frío. Más su respuesta fue irónica, dura e hiriente.

Pero no me hería específicamente a mí.

Liam: -¿de quién más, Olive?.- murmuró y pasó ambas manos por su cabello. -siempre ha sido ella.

Roto. Podían haber pasado años, pero sabía, tenía tan claro que olvidarla era como dejar de respirar.

Olive: -hey...- me acerqué a él y lo vi a los ojos.

Quizá el Whisky no me reflejaba, pero Liam sí lo hacía. Estaba tal cual como yo, cabizbajo, con lagrimas de pena que corrían tranquilas por la pálida tez.

¿Acaso no era yo quien debiera ser socorrida? Traumada por el abuso, pero quizá él tenía razón. He hecho mucho daño inconscientemente, ¿quién paga por ese dolor?

Olive: -te has portado mal conmigo... Y yo debo disculparme porque también he sido una maldita.

Liam me limpió una lagrimilla y me abrazó sorprendiéndome totalmente.

Liam: -lo siento.

Rodeé su cuello con mis brazos y susurré en su oído.

Olive: -ella está viva.

Me fui de la cabaña exactamente una hora después. Recogí lo único que podía tener y llevar, llené unas cuantas botellas con agua y durante la noche... Me fui. Me largué a buscar a mis hijos.

Ellos debían volver a mí, yo debía volver a ellos. Volverlos a ver, sentir sus bracitos rodeándome. Con cada paso mi corazón latía con fuerza, mis ilusiones crecían y tenía tan claro que no era saludable.

Los ángeles, no son criminales. [Trilogía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora