"Los ángeles, no son criminales"
Prologo.
¿Qué querían? No lo sabía.
¿Cómo demonios me encontraron? Mi mente no lo descifraba.
¿Qué mierda me harían? ...
Todo lo que yo nunca imaginé.
¿Me gustó lo que pasó? Eso es algo que solo las paredes dirán ~Olive Black.
Caminaba hecha un completo manojo de músculos, su respiración estaba entre cortada y solo quería llorar. ¿Y como más iba a estarlo? Su novio la engañó y no había señal para llamar a un taxi... O a alguna amiga que oyera sus lamentos. Pero no engañaba a nadie, a quien le importarían sus tristes vivencias, ella estaba sola. Decidió caminar en medio de la lluvia. Sola. Lo que parecía algo desagradable, se transformaría en algo mucho peor. De repente y sin aviso, un taco se le rompió. Maldijo a las mil prostitutas y se sacó los zapatos. Sus pies se congelaron al sentir la fría y mojada acera, para no decir claro que odiaba que se les ensuciaran los pies. Pasó por afuera de un bar, y un escalofrío le recorrió el cuerpo.
Que día... Un asco.
La lluvia aumentó considerablemente y como era de esperarse, en el sectorsito donde se encontraba caminando se cortó la luz. Aquello ya no era normal. Olive saltó en su sitio, sí, muy asustada. Estaba sola, empapada en lagrimas y lluvia, y no podía ver ni un cuerpo en la calle. Pero en algo se equivocaba, ella... No estaba sola.
Caminó más rápido y quiso alejarse de la lluvia, pero no tenía donde ni con qué cubrirse el cuerpo. No aguantó más y se metió a un pequeño y desolado callejón que, por extraño que suene, se encontraba techado por unas tejas plásticas. '¡Error!' Pensaron ellos, al darse cuenta de que ella les había facilitado el trabajo. Uno de ellos rió, pero no en su mente. A Olive se le erizaron los vellos del cuerpo y comenzó a sudar... a sudar miedo.
Olive: -¡qui-quien anda ahí!- el hombre sonrió y otro le contestó desde atrás.
Hombre: -¿nunca te enseñaron que no hay que andar sola a estas horas?
Hombre: -¿o qué no hay que hablar con extraños?- dijo otro tío. Olive logró escuchar pasos hacia ella.
Olive: -No... No me hagan... Daño.
Hombre: -nadie lo hará, preciosa- rió un tercero, una risa bastante escalofriante. -pero nadie no existe.- todos rieron. Olive descifró que eran unos cuatro en total.
Hombre: -¿tienes frío?- preguntó burlándose de su miedo.
Hombre: -con ese culito tendríamos para todo el invierno.- sonrió morboso. -y no hablo de dinero, guapa.
Hombre: -pero que... Que guapa eres.- se le acercó y Olive no alcanzó a reaccionar cuando este ya la había tomado de la cintura. Sí, con mucha fuerza. -y al parecer...- rió y todos lo hicieron. Todos menos uno... Uno que todavía no hablaba. -al parecer eres muy rica.
Olive: -¡te equivocas!- gritó ella asustada, con el puto pánico corriéndole por la jodida sangre.
Hombre: -no mientas... Olive.- la chica saltó del susto al escuchar una voz detrás de ella.
Ronca, aquel quinto que no había hablado antes. Era como el vivo reflejo del demonio oscuro de la muerte.
La había llamado por su nombre ¿cómo lo supo? Quiso decirle algo... Pero, ¿qué pasaba? No pudo. Sus palabras no salían y su cuerpo se debilitaba. Quiso gritar, quiso correr de esos rizos y llorar de miedo, pero su cuerpo se entregó a los brazos del tipo que dijo su nombre.
Él guardó el pañuelo con cloroformo y tomó victorioso el cuerpo dormido de Olive. Todos rieron... Todos sonrieron y burlaron, Olive sin embargo, no hizo nada. Solo se dejó dormir por los cinco hombres que la atraparon.
La tormenta acabó, y en la mañana... Las risas igual.
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Los ángeles, no son criminales. [Trilogía]
Fanfiction"Recuerden, amigos míos. Hermanos de vista, colegas malditos. Oigan y recuerden ángeles sin convicción, que no todo lo legal en definitiva es bueno. Entonces, me pregunto... ¿Porqué habría de ser todo lo ilegal malo?". ~Olive Kate Black. Según mucho...