Capítulo 2: 'La casa de Zayn'

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Capítulo 2: 'La casa de Zayn'

La vergüenza me carcomía. Maldito Harry, siempre con una excitación mental.

Harry: -¡si no quieren ver, no se queden parados viendo!- gritó.

Yo, por otro lado, me escondí en el pecho de Harry intentando que no vieran mi rostro sonrojado. Louis se encogió de hombros.

Louis: -es buen material.- escondí aún más mi rostro.

¡Pero que montón de pervertidos! Aún seguían parados ahí viendo como me ahogaba en mi ruborizado rostro.

Harry: -si no te mato ahora por tu comentario, Tomlinson, es porque tengo que terminar algo.- dijo tomándome de la cintura.

Enrollé mis piernas en sus caderas y escondí mi rostro en su hombro. Él se paró y me cargó hasta su habitación mientras se escuchaba como Niall decía: "Esta parejita me matará".

Harry: -montón de pervertidos.- susurró en mi oído.

Yo sonreí y le susurré aún sonrojada.

Olive: -tú también eres uno, de hecho te llevas el primer lugar.

Harry: -pero yo soy tu novio.

Olive: -eso está claro, mi amor.

Sentí la sonrisa de Harry y mientras le susurraba, acaricié con mi lengua el lóbulo de su oreja.

Harry: -creo que alguien quiere continuar lo que empezamos.

Besé y deposité suaves y torturadoras respiraciones sobre su cuello como respuesta. Sentí como su piel se erizaba bajo la mía. Respiré en su oído haciendo que con mi respiración el se volviera loco. Sabía perfectamente que cosas lo enloquecían.

Harry: -ya no aguanto.- confirmó mis especulaciones, abrió la puerta de su cuarto y la cerró una vez él y yo adentro.

Me tumbó en la cama y me arrancó la ropa. En dos segundos quedé desnuda, yo apenas en 10 segundos había quitado su camisa. Pero claro... Él me ayudó a que se desvistiera. Sin rodeos esta vez, me tomó de la cintura y, plantándome un beso fugaz en los labios, me rompió la bragas con desesperación.

Olive: -¡Harry! ¡Calmacion!...

No alcancé a ver la reacción de Harry, ya que en pocos segundos me abrió de piernas y se hundió en mi cuerpo.

Sus brazos rodearon mi cuerpo mientras memorizábamos cada sensación transcurrida. Cada sonido, cada exclamación, cada pequeño detalle era un misterio y a la vez un deleite. Sí, esa era la palabra. Deleite, un único y sensacional deleite.

Su cuerpo volvió a hundirse en el mío como sí me conociera desde siempre e incluso antes. No veía su rostro gracias a la oscuridad, pero sabía sus expresiones, sentía sus gestos.

Una embestida, y otra, y otra más. Un jadeo, un gemido, y otro, y otro más.

Jadeante, casi exhausto, besó mi mejilla y bajó la velocidad, pero no disminuyó la fuerza, la decisión. Disfrutábamos el momento, el momento cúspide, aquel donde todo se vuelve un torbellino de deleites al clímax, donde todo se reduce en gritos, en sensaciones y colores. En aquel momento solo podía dejar de pensar, no habían preocupaciones, no habían inconvenientes, nada de criminales, ni policías, nada de eso. Solo él, yo, y el sol de las 10 de la mañana.

Exhalé y miré a Harry. Sonreía jadeante y con una pequeña capa de sudor corriéndole por el cuerpo.

Olive: -anda ríete... Total..total la exhausta... soy yo.- dije agotada, agotadísima.

Los ángeles, no son criminales. [Trilogía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora