"Para William Alexander Black:Señor Black, no crea que le escribo por gusto, por aquel gusto de revivir una parte muerta en mi historia, le escribo por necesidad. No le escribo una carta que atravesará el océano solo porque quiero saludar al padre de mi mejor amiga, escribo porque necesito hablar sobre el hijo de mi mejor amiga... Lo necesito.
Sé que debe ser doloroso para usted tener una pérdida de tal magnitud, pero aunque sus ojos se llenen de lágrimas y no quiera, y no pueda seguir leyendo esto junto a Marie, léalo. Lea porque valdrá la pena. Ellos lo valen. No pude conseguir la dirección de la madre de Olive, pero sé que ahora viven juntos, haga el favor de leer esto con ella.
Aquel día del incendio en la casa de Harry y su hija, yo estaba con mi esposa buscando a Jack Vólkov (un famoso y ahora muerto criminal). Eran eso de las 7 o 6 am y me encontraba caminando desesperadamente con mi esposa hacia la cabaña de Styles. Le puedo jurar que sentí como si mi pecho se apretará tanto como la primera vez que vi el humo del fuego.
Sinceramente, hubiese preferido estar cuando las llamas aún vivían, más sin embargo, solo estuve cuando el humo manchaba de negro todo vestido de novia... Incluido el de su hija.
Mi esposa ahogó un grito y corrió entre el barro y escombros hacia la casa. Mis ojos no podían creer lo que veían. Era el infierno, señor Black. Era el infierno. Grité por ayuda, supliqué por piedad, pero se me era imposible mover algo para ver si celebraría un milagro o lloraría una tragedia. De pronto, escuché un grito. No, ni siquiera podía llamarle grito, oí una suave pregunta. De entre los escombros más negros y ahumados se escuchó:
-¿Tío Louis?
Yacía abrazado entre dos piedras negras, Michael Styles. Su carita estaba manchada y tostada, pero estaba vivo. Respiraba y estaba vivo. Saqué a Michael de entre esas piedras y lo llevé con Eleanor. Miche no lloraba, tampoco se le notaba completamente triste, sonreía, pero la lástima en aquella sonrisa rompió cualquiera de mis expectativas.
Pensé un momento en como semejante criatura pudo sobrevivir a aquel incendio, y fue que volví a ver las piedras en donde le encontré.
Que raras aquellas piedras con forma de humanos, con piernas y torso de humanos, con manos entrelazadas en un abrazo y dedos sellados en matrimonio. No eran piedras, señor Black. Me es lamentable informarle aquello.
Varias semanas después me encontraba con Michael dibujando sobre la alfombra de mi casa. Era un buen chico, no era como los otros niños, él era... Especial. Primero trazó un círculo sobre la hoja de papel, luego unas cuantas líneas y término escribiendo algo. Miré de reojo y le pregunté:
-¿Que dibujas pequeño?
Él me miró y sonrió mostrando sus dientes faltantes.
-A mi familia.
«Play "O Theo" by Mathew Perryman Jones»
Me mostró el papel. Le dejé una copia del dibujo al final de esta carta. Me es difícil explicarle esto señor. ¿Usted cree en los ángeles? Pues debería, su hija pertenece a ellos. No me crea un loco, señor Black, no lo haga.
En el dibujo se veía a Harry con dos alas, una sonrisa y una lágrima en el ojo derecho. Su hija tenía alas, una sonrisa y lágrimas en ambos ojos. De la mano de Olive estaba Connor, este reía y no tenía lágrimas.
No lo podía creer y le pregunté atónito a Michael:
-¿Porqué los dibujaste con alas?
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Los ángeles, no son criminales. [Trilogía]
Fanfiction"Recuerden, amigos míos. Hermanos de vista, colegas malditos. Oigan y recuerden ángeles sin convicción, que no todo lo legal en definitiva es bueno. Entonces, me pregunto... ¿Porqué habría de ser todo lo ilegal malo?". ~Olive Kate Black. Según mucho...