Los ángeles, no son criminales. [Trilogía]

Capítulo 25: 'Desapareciendo'

Capítulo 25: 'Desapareciendo'

Louis: -¡¿como que no está?!

Niall: -¡oíste bien! No está, no aparece por ningún lado. ¡Huyó a Europa, estoy seguro!

Louis: -¡¿pero como mierda la perdiste?! ¡No te duró ni el día, Horan!

Niall: -¡Lou por favor, no es un perro!

Louis: -¡quizá es peor!- gruñó apretando con fuerza el teléfono. Pasó su mano libre por su sucio rostro y suspiró con preocupación. -Harry no puede saberlo, le alteraría.

Niall: -claro que no. Esto sería el desastre para él.

Louis: -vaya...- susurró. -esto, Horan. Esto es un desastre.

Ambos callaron y pensaron, analizando como todo se enmarañaba en una trama que no tenía otro fin... Que el caos.

Dulce y triste caos.

Niall: -oh Olie...- murmuró y vio su habitación. -porqué eres siempre tú.

~Olive~

Las nubes tomaban una linda perspectiva desde el aire... Ahí en el cielo. El corazón me latía con potencia, y mi pecho saltaba cada vez que el aeroplano galopaba sobre un cúmulo. No conocía al piloto, ni al copiloto, ni sus nombres sabía. Solo quité varios (varios) dólares de la billetera de Niall y les pagué a unos sujetos X para que me llevaran lo más cerca de Europa posible desde Argentina.

Y he ahí, mundo, mi destino, la grandiosa, enorme y colosal capital mexicana. Miles de hectáreas de urbanización, mas de miles y miles de habitantes... Y yo buscando solo uno.

Una vez en el aeropuerto, solo pude llamar a Gabriel. Aun era yo una criminal buscada por la policía y sus compañeros. Sí, solo lo llamé a él. Le pedí que tomará el teléfono de Niall y me dictara un número telefónico. Gabriel, por muy torpe que fuera con un arma, era bastante ágil con sus manos y dedos. En 2 minutos tuve el contacto que necesitaba.

¿Complicado? No... No para mí.

El pitido de el teléfono sonaba y sonaba. La persona al otro lado parecía no querer contestar, como si supera que yo le llamaba a las 12 de la noche. Cuando por rumores sabía que estaba retirado, pero no dejaba de deberme un favor.

Existían varias razones aparte de el mero hecho de ser mi ex novio, que volvían la conversación algo (más) complicada.

Jules: -¿diga? Mierda... Son las 12 de la noche... ¿Quién es?

Su voz era ronca, y con un sabor a México.

Olive: -te recuerdo fuiste tú quien dijo: hasta que esto no acabe hay que trabajar juntos.

Oí como se removía en las sabanas. Miré a mi alrededor, no podía dejar de admitir que, sí, aún tenía miedo. Jules, murmuró sobre imposibilidades y muertes.

Jules: -¿Olive?

Olive: -la única y grande, quien más.

Jules: -¡¿que puta mierda?! ¡Tú estabas más que muerta!

Olive: -Jul... No tengo tiempo para charlas y explicaciones de muertes, vidas, y nada.

El chico no habló, respiró por el teléfono, como quizá pensando en la razón de mi llamada.

Jules: -¿que quieres de mí?

Olive: -favores.

Volví a inspeccionar mi alrededor. No me podía confiar, menos cuando la conversación se volvía tan intima.