Capítulo 20: 'Culpa'

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Capítulo 20: 'Culpa'

~Olive~

Me miró como en shock, palideciendo y volviendo al color con cada segundo. Estaba enfrente mío, mirándome con los ojos brillases y permanentes.

Permanecían tan permanentes.

Olive: -me cansé de esperarte yo a ti.

Entonces me besó.

Me atrajo a su cuerpo rápidamente y me fundió en sus brazos. Era poco decir que nuestras lenguas bailaban, era poco decir que solo nos abrazamos.

Dios... Le había extrañado.

Entrelacé mis dedos en sus rulos y jalé de ellos para acercarle a mí. Ja! Como si eso fuera realmente posible.

Harry: -estás aquí.- susurró sobre mis labios para luego besarlos una vez mas.

Sus brazos me abrazaron con mas fuerza, como si nuestras vidas dependieran de aquello. ¿Y no lo hacíamos? ¡Dependíamos tanto!

Olive: -necesitaba verte.- susurré.

Por mis pensamientos viajaban los recuerdos de días y noches sola, y que, aunque fuera poco tiempo, ese poco le había extrañado mucho.

Me había acostumbrado a verle siempre.

Caer en su cama fue bastante sencillo, de hecho solo hizo falta entrar a la casa para que, juntos y a tropezones, nos desvistiéramos en la oscuridad de la cabaña. Quizá todo se redujo a besos y caricias, ambas de nuestras manos tocándonos delicada y desesperadamente, trazando líneas, curvas y círculos por todo nuestros cuerpos. Su calor y el frío de mis yemas, solía creer que podía hacerme la fría con él... Pero descubrí que me derretía cuando tocaba mi piel. Su aroma había cambiado, faltaba ese exceso de perfume en el cuello y su cabello estaba mas largo.

Olive: -ohh...- gemí una vez lo sentí entrar en mi cuerpo.

Ni cuenta me había dado de lo desnudos que estábamos. Era el efecto Harry, o el síndrome Styles, no recordaba realmente. Cerré los ojos.

Harry: -mírame.- murmuró.

Jadeé otro poco y abrí mis ojos. Su frente estaba pegada a la mía, y el contacto de sus pestañas me causaba un cosquilleo adorable comparado con el caliente cosquilleo que sentía más abajo.

Harry: -Dios... Te he extrañado con lo mas profundo de mis entrañas. Oh...

Arrugó su nariz y empujó contra mí lentamente. No podía hablar. Y es que podía ser demasiado para mi persona. Él... Nosotros.

Harry: -déjame demostrarte cuanto te he extrañado.

Olive: -¿que dices?- logré murmurar arqueando mi espalda.

¿Acaso lo que hacíamos no bastaba?

Harry: -di... Mierda... Di que sí.

Posé una de mis manos en su suave y blanca mejilla.

Olive: -solo... Ámame.

Sus manos, Dios, esas que podían hacer maravillas, tocaron mis suaves mejillas y me atrajeron ahora a él; sus labios. Mi corazón comenzaba a calmarse mientras sus movimientos se volvían mas lentos, y era como sentir el sabor de la oscuridad abrasante.

Entonces sus yemas recorrieron todo mi cuerpo, causando estragos, calofríos y sonrisas de mi parte. Cuantas sonrisas... Parecía que era realmente feliz. Luego fueron sus labios, aquellos que sutilmente dibujaban cuadros abstractos en mi piel. Llenándome de besos, llenándome de su cuerpo sobre mí.

Los ángeles, no son criminales. [Trilogía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora