Pre-universitaria. Esa es la palabra que lleva resonando en mi mente durante todo el verano, y ya estoy aquí. Es el último curso de instituto, el último curso en el que seré menor de edad. Cuando haya acabado ya tendré los dieciocho, y lo cierto es que me aterroriza, pero no mucho más que lo que me viene hoy encima. Es inevitable. Seis años en el instituto, y aún no puedo controlar mis nervios el primer día. Estarán mis amigas, gente que ya conozco de otros cursos, estará Alexandra... Y quizá también gente nueva.
«Todo irá bien. No hables demasiado y pon buena cara.»
A pesar de las instrucciones que repito en mi cabeza, sé que todo no irá bien, simplemente irá igual que siempre. Es un curso más, nueve meses más, que no serán muy diferentes de los anteriores.
Reviso mi pelo una vez más frente al espejo para comprobar que continúa completamente liso, como hace treinta segundos. Los cordones de las botas están atados, las medias no tienen ningún agujero a la vista y el vestido negro está libre de cualquier mínima pelusa.
Parpadeo rápidamente revisando el rímel. Todo está revisado, y si no lo estuviera, no importaría porque, según mi reloj, quedan menos de cinco minutos para que pase el autobús.Oigo el breve sonido que me avisa de un mensaje directo en Twitter. Corro por la habitación en busca de mi móvil hasta que doy con él debajo de la manta. Recuerdo que anoche me quedé dormida mientras hablaba con él.
Mucha suerte en tu primer día. Me hablas a la salida y me cuentas. No te olvides de mí, Helena.
El mensaje termina con un emoticono de un corazón de color azul, como de costumbre. Sonrío al leerlo. Suele ponerme ese corazón con frecuencia y, aunque yo no se lo he dicho, es mi color preferido.
Con mucha pena, decido no responderle, al menos no ahora. Tengo que salir pitando si quiero llegar a tiempo a la parada de autobús.Cojo la mochila, guardo el móvil en en ella y corro hasta la cocina para despedirme.
—Mamá, ya me voy —anuncio y veo el bocadillo que me ha preparado sobre la mesa—. Casi se me olvida.
—Buena suerte, pórtate bien.
Me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa. No tiene buena cara, y es normal. Lleva varios días resfriada y cada mañana amanece peor que la noche anterior. Oigo cómo tose mientras corro por el pasillo. Salgo de casa y continúo corriendo calle abajo. Esto me pasa por no levantarme a la hora que suena la alarma, sino veinte minutos después.
Me paro cuando llego e inspiro aire fresco, mañanero. Creo que he llegado a tiempo. Espero que así sea. Me siento en el banco y aprovecho para abrir Twitter y responderle.No voy a olvidarme de ti, es imposible si me escribes cada cinco minutos.
Le pongo una carita sacando la lengua y salgo del chat. Levanto la cabeza para asegurarme de que aún no viene el autobús y vuelvo a entrar en la conversación. Pulso su icono y me lleva directamente a su perfil. Ha cambiado la foto, después de varias semanas. La pulso y me quedo unos segundos observándolo. Es un primer plano de su cara: pelo castaño, al igual que sus ojos y una sonrisa bonita.
No sé cómo he podido pasar ya casi dos meses hablando con él. Un día, él me siguió y yo le devolví el seguimiento. No sabía quién era, pero suelo seguir a quién me siga, y si se trata de un chico mono, aún más.
Él tomó la iniciativa de hablarme por primera vez. Fue un simple "hola" con una carita sonrojada, y a partir de ahí las caritas sonrojadas han ido convirtiéndose en corazones y en largas conversaciones a través de mensajes directos.
Reviso sus tweets y sus seguidores. No ha cambiado mucho desde la última vez que entré en el perfil. Ya me ha comentado que se creó una cuenta en la red social solo por curiosidad, pero que finalmente no le convenció el funcionamiento y decidió continuarla solo porque hablaba conmigo.
Sinceramente no sé cómo acabará esta situación. No sé si me gusta, solo sé que he cogido mucha confianza con él a pesar de que no lo conozca en persona, y me ayuda muchas veces a desahogarme. Me gusta hablar con él.
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Pide un deseo
Fanfiction"Creo que estoy caracterizada por ser el diario de todo el mundo, sin tener uno propio. Si lo tuviera, lo poco que habría de contar, no sería de interés ni de agrado ni para mí misma." [TERMINADA]