Pide un deseo

41. Fin del primer trimestre.

Ha sido un trimestre largo, muy largo y agotador. Tres meses de curso que me han hecho darme cuenta de dónde estoy, qué es lo que tengo que hacer y adónde voy. Ya he recibido las calificaciones y diría que corresponden con mi esfuerzo. La nota media de todas las asignaturas da como resultado un ocho, así que no puedo quejarme. Lo único que está en mi mano es intentar superarme en el siguiente. Sin distracciones de ningún tipo. Soy consciente de que me estoy jugando la plaza en la universidad y no voy a desperdiciarlo por nada.
Hoy es el último día antes de las vacaciones de Navidad. Sí, es Navidad pero hace unos años que me parece que no lo fuera. Era mi época favorita de todo el año. Ni siquiera prefería las vacaciones de verano. Cuando terminaban las fiestas de un año, ya estaba pensando en las próximas, qué pediría, qué comeríamos, qué haríamos... Todo eso ya no es igual. Mi padre se lo ha cargado con un corte por lo sano.

-¿Qué vas a hacer en estas vacaciones? -me pregunta Joel sentado a mi lado.

-Lo mismo que hago en todas: nada.

Suena el timbre y todos nos levantamos recogiendo con rapidez. Se nota que tenemos ganas de dejar el instituto aunque sea por unas semanas.

-Yo tampoco voy a hacer nada así que te entiendo.

-Me siento mejor. -Le sonrío y caminamos juntos por el pasillo.

Han cambiado mucho las cosas desde aquella semana después de la convivencia en el campamento. Casi dos meses después, aquí estoy siendo amiga de Joel e ignorando por completo a aquellas que fueron amigas durante varios años. Los primeros días me resultaron muy raros, y solitarios. Sin embargo ahora lo agradezco enormente. No me arrepiento de haberles plantado cara. Con Selene sí hablo de vez en cuando pero no como antes. Naia y Carlota, después de haberme ido de su grupo, empezaron a tener cada vez más diferencias, lo que ahora se refleja en que Naia suele pasar más tiempo con Selene en lugar de con Carlota, aunque siguen la amistad. No está siendo un buen curso para la rubia, pero no me da pena. Poco a poco se está quedando sin amigas de verdad, y ya hace tiempo que se quedó sin lo que para ella era más importante: Michael. El mismo día que decidí alejarme de ellas, el moreno la mandó a paseo. Yo lo sabía, Joel lo sabía, y todos lo sabíamos menos ella. Recuerdo perfectamente la cara de Carlota cuando entró a la última clase, justo después de que Michael cortara con ella. Lloraba en silencio, pero no pasaba desapercibida para nadie. Tenía los ojos tan rojos que apenas se apreciaba el azul celeste de su iris. Entonces yo ya estaba como compañera de mesa de Joel, por lo que me giré y le pregunté al chico del tupé qué había ocurrido. Me lo contó sin remordimiento alguno. Cuando Joel le preguntó el motivo, él simplemente respondió que ya no quería estar con ella porque la había conocido de verdad.
En ese momento me parecieron palabras duras para la chica rubia que lloraba en mitad de la clase, no obstante sabía que era totalmente cierto. No es una persona fácil de tratar...

Por otra parte, Selene cortó con el novio. Aquel chico del que tanto se había enamorado en dos semanas... Supuestamente, se aburrió. Me contó que ya no sentía nada y quería encontrar algo mejor y a su altura. Eso fue hace como dos semanas. A ver cuánto tarda en encontrar ese "algo mejor".

Como bien he dicho, he pasado dos meses sentándome con Joel en clase, y los recreos los he pasado con Alexa en nuestro rincón de césped donde ella busca inspiración y tranquilidad para sus dibujos.

Hoy ha sido nuestro último recreo, para siempre. La mudanza ya se ha llevado a cabo, por lo que no hay vuelta atrás. Lleva tres días viniendo en coche desde su nueva casa, lo que le supone cuarenta y cinco minutos. Me ha prometido venir los fines de semana para verme además de invitarme a quedarme algún día con ella. Le he dicho que sí, claramente, y hemos hablado un rato sobre su casa y la ubicación.
Creo que aún no lo he asimilado, y no lo haré hasta que regrese de vacaciones y no la vea por el pasillo ni en el recreo.