Pide un deseo

10. Creo que me gusta Joel.

En un momento en el que ellos hablan por su cuenta, aprovecho para mirar al reloj. Suspiro de alivio internamente al ver que solo faltan dos minutos para que suena el timbre. No creo que pudiera aguantar mucho más al lado de estos dos. Louis se pasa la mano por el flequillo varias veces además de hacer una especie de tic para colocarlo en su sitio. No entiendo por qué lo hace, su pelo está perfectamente colocado. Y cada vez que Joel se mueve mínimamente me llega su olor a perfume. Me encanta.
¿En qué coño estás pensando, Helena? ¿Qué narices hago aquí sentada con ellos? ¿Por qué me hablan? Joder, no quiero que lo hagan. No quiero tenerlos cerca. Por uno siento cada vez más atracción, y el otro es tan desconcertante que despierta mi curiosidad.

No, mierda. No.

¡Bianca! No puedo verme pero siento como si se me hubiese iluminado la mirada nada más verla. Ahora agradezco la presencia del sexo femenino enormemente.

-¡Ey, Helena!

Se acerca cuando me ve, y a su lado su amiga de pelo azul. Lleva mechas de color turquesa en su tono castaño natural. Es un look atrevido, pero le sienta bien. Sin embargo mi prima es más discreta con su pelo, llevando su marrón oscuro natural en una trenza.

-¿Qué tal, Bianca? -le pregunto con una sonrisa y noto que los dos guapitos de mi lado se callan para prestarnos atención a las dos.

-Muerta de sueño, y tengo historia a primera hora. Creo que me dormiré sobre la mesa.

Cuando voy a reírme por su comentario, Joel se mete en la conversación.

-Las siestas sobre la mesa son las mejores.

Bianca se queda mirándolo con una sonrisa desconcertada, hasta que luego Louis también interviene.

-El curso pasado mi profesora de filosofía me dejaba dormir. Decía que me prefería dormido para que no molestase.

Bianca sonríe con una mirada curiosa para el chico de ojos azules, y yo me quedo mirando como estos dos se han metido en una conversación que no les incumbe.
Escucho una carcajada de Joel.

-¿Te acuerdas, Louis? A mí también me lo decía.

-¿De verdad? -les pregunta mi prima, fascinada. Lo veo en sus ojos, está pensando lo mismo que yo llevo pensando varios días: de dónde han salido y por qué no habían estado aquí antes.

-Y tú, ¿qué asignatura tienes?

Me quedo completamente en blanco. No tengo idea, aún no me he aprendido el horario.

-Economía -se adelanta Louis a responder. Cómo no, está en todo.

Bianca hace una mueca de desagrado y luego se despide con su amiga la del pelo turquesa.

-¿Sois amigas? -me pregunta Joel de inmediato, muy interesado. Quizá hasta le ha gustado...

-Es mi prima.

-¿Qué dices? -exclama Louis, con mucha más sorpresa de la que debería mostrar.

-Sí... -murmuro, un poco insegura por la pregunta.

-No lo sabía -me dice.

Claro que no lo sabía. ¿Es que debería saberlo? No, no sabe nada de mí. No tendría por qué saber que Bianca es mi prima. ¿A qué viene la sorpresa?

-No os parecéis en nada... -habla Joel.

-Físicamente, no -contesto-. Pero en otros aspectos, sí.

-¿En qué? -insiste.

-En gustos... incluso la forma de ser, a veces.

-¿Qué gustos? -pregunta Louis esta vez.