8. Porque me gusta tu nombre.

3K 208 83
                                    

-¿A qué ha venido eso? -Se me acerca Carlota a toda velocidad por el pasillo. Se coloca el pelo cuando me alcanza y espera mi respuesta un buen rato porque lo cierto es que no tengo idea de a lo que se refiere-. Helena, hola.

-A qué ha venido, ¿qué?

-Lo de Louis en clase -contesta rodando los ojos, como si fuera obvio. Yo ni siquiera me acordaba de ello.

-Pues no lo sé. Una de sus bromitas. -Me encojo de hombros a la vez que llegan Naia y Karen y se unen a nosotras.

-¿Qué hacías con Joel? ¿Por qué estás tanto con los chicos? Empiezas a darme mucha envidia -protesta la rubia de ojos claros. No me sorprende. Se nota de lejos que tiene envidia, de algo que ni siquiera busco. Han sido solo casualidades.

-Yo no hago nada, Carlota.

-Ya, quieres decir que se te pegan como imanes ellos solitos.

No sé cómo interpretar su tono. Creo que lo dice como algo imposible, como si no tuviera la capacidad de atraer a chicos. Por un parte la entiendo y comparto su opinión. Ligar es para chicas como ella.

-Yo creo que a Joel le gustas -dice Karen.

-A mí me da igual, mientras no sea Michael...

-Ni le gusto a Joel, ni a Michael ni a nadie. ¿Una persona no puede hablar con otra sin que haya ningún tipo de interés? Dejad ya el tema -les suelto, a las tres a pesar de que Naia suele quedarse más callada cuando sale el tema de conversación de los tres sujetos de ojos multicolores. Empiezo a hartarme y solo llevamos una semana.

-Tampoco te pongas así...

Me sorprende que sea Karen la que diga eso cuando ella es la primera que se lo toma todo con mal humor y responde como si nosotras tuviésemos la culpa de sus problemas.

-Sí me pongo así porque no habláis de otra cosa. ¿No existe nadie ni nada más en el mundo sino que los chicos guapos y todo lo que pasa a su alrededor?

-Que tú huyas de los chicos, no significa que nosotras también -interviene Carlota.

-No huyo de nadie, simplemente tengo otras preocupaciones. Os voy a pedir, por favor, que no volváis a mencionar a ninguno mientras yo esté delante -espeto, sorprendiéndome a mí misma por estar elevando el tono de voz, en mitad del pasillo-. ¿Sabéis qué? Que son tres, y vosotras también. Os pedís uno para cada una y me dejáis a mí tranquila.

Me adelanto, dejándolas atrás con las bocas cerradas. Al menos delante de mí no se atrevieron a decir nada, posiblemente ahora empezarán a criticarme entre ellas. Sinceramente, no reconozco a mis amigas del curso pasado. Ya no está Alexandra con nosotras y parece como si se hubiese caído un pilar en la amistad.
Ahora desearía que apareciese Joel de la nada para hablarme y que ellas me vieran. Es como si yo no tuviera el derecho para hablar con él, como si fuese inferior...
Realmente me he sentido inferior desde hace mucho tiempo.

Miro delante de mí. Hay gente, pero nadie a quién conozca ni con quién pueda hablar. ¿Dónde se mete Selene cuando la necesito?

Localizo unas Vans a unos metros por delante. Le siguen unos vaqueros ajustados y una mochila de color negro. Me hago hueco entre la gente. ¿Me acerco o no? Avanzo unos pasos más. Está solo. ¿Qué hago?

-¿Por qué hiciste eso?

Ya no hay vuelta atrás. Si lo pienso demasiado, no lo hago.
Se gira un poco y me mira con una sonrisa traviesa.

-¿El qué? -me pregunta como si no supiese de lo que le hablo.

-Yo no quería ser voluntaria.

Pide un deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora