-¡Ey! ¿Qué tal te ha ido? -Un chico alto se coloca a mi lado en medio del pasillo y lucha por llevar mi ritmo.
Ralentizo un poco el paso y suspiro profundamente.
-Mejor ni preguntes -murmuro, llevándome una mano a la frente. He salido de esa clase con dolor de cabeza.
-¿Qué ha pasado? -insiste Joel mirándome atentamente.
-Al principio no me contaba nada, y al final ha terminado por contar más de la cuenta... -Hago un repaso mental de sus respuestas y de la información tan personal que me ha revelado-. Estoy cansada de sus contrariedades. Es tan, pero tan complicado, Joel... Y me ha dicho lo de su hermano.
Me mira en silencio con el ceño ligeramente fruncido. De pronto me pregunto si habré abierto la boca más de la cuenta... Su misterio es tal que quizás ni siquiera él lo sepa.
-¿Te lo ha contado?
Descarto mi suposición entonces y veo su expresión de asombro oculto.
-Sí, y te aseguro que habría preferido no saberlo.
Me entran escalofríos solo de recordar sus palabras, contándolo como si fuera una historia ajena de la que no sintiera ni padeciera.
-Helena -La llamada de Joel me hace pararme para verlo-, posiblemente no te des cuenta, pero que te lo haya dicho puede significar mucho. Nadie, salvo yo, sabía eso. Todos sus amigos y conocidos creen que solo tiene una hermana. Yo lo sé de casualidad. Estaba en su casa, me confundí de puerta, y acabé entrando en una habitación que no conseguía encajar con nadie. Entonces me lo contó, y después no ha vuelto a nombrarlo más.
-¿Qué es lo que puede significar? -pregunto, elevando el tono más de lo que me gustaría-. Por muy impactante que me haya resultado, no cambia nada. No voy a olvidarme de repente de que me haya besado y luego le haya entrado amnesia.
Por su cara, imagino que no le había contado ese dato, el beso.
-¿Tú sabes lo que le pasa? -me adelanto antes de que pueda preguntar por más detalles.
-Yo... Lo siento, Helena. No tengo ni idea. Solo sé que le gustas.
Le gusto... Quién lo diría. Le gusto a ratos. Voy a llorar otra vez.
Me acerco a él, porque necesito un abrazo, y le rodeo el cuerpo con los brazos.
-¿Te has enamorado de Carlota? -susurro recordando el cuestionario, aprovechando para desviar el tema de conversación.
-Mejor ni preguntes -repite mi respuesta y percibo su sonrisa a pesar de que no le vea-. Viene.
Con la cara pegada a la camiseta de Joel, veo a Louis pasar por nuestro lado, andando a paso más o menos ligero, y no realiza ninguna reacción al vernos. Al contrario, finge seguir de largo sin darse cuenta, y me quedo observándolo mientras se alejar por el pasillo. Me aferro más a Joel, imaginando que a quien abrazo es al chico de ojos azules.
-¿Intentas darle celos conmigo?
Despego la cara de la tela y fruzo el ceño, mirándole. Tendría problemas de cuello si tuviera que permanecer con la cabeza levantada cada vez que le miro a los ojos.
-¿Celos? ¿No lo has visto? No creo que le importe.
-A mí me importaría.
-Pero está claro que tú no eres él -contesto-. Ni de lejos.
Tras un breve silencio entre nosotros, decido separarme de él y retomar el camino a la siguiente clase.
-Dale un poco de tiempo, Helena. Quizás... tenga tanto miedo como tú.
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Pide un deseo
Fanfic"Creo que estoy caracterizada por ser el diario de todo el mundo, sin tener uno propio. Si lo tuviera, lo poco que habría de contar, no sería de interés ni de agrado ni para mí misma." [TERMINADA]