Mi hermana y mi madre llevan desde temprano en la cocina preparando toda la comida para esta noche, víspera de Navidad, y para mañana... el "gran día". Yo, por el contrario, he tenido que vigilar a los niños, evitando que hagan de las suyas y que peleen por la mínima cosa como suele ocurrir.
He ido a casa de mi abuela para pasar un rato con ella y le he insistido en que venga a cenar a casa con nosotros, pero no ha querido. El culpable de su negativa es mi padre. Él ha tratado de mantenerse alejado de mi madre todo lo posible, por lo que no acepta estar con sus hijos ni en Navidad si ello implica ver a mi madre. Por lo tanto, mi abuela prefiere quedarse en su casa para estar con él, pero todos sabemos, ella incluída, que se va a largar y no aparecerá hasta la madrugada. Es lo que hace siempre, y si se da el caso de que sea alguna festividad, con más motivo. En definitiva, mi abuela se quedará sola esta noche y mañana. No es nada justo que le esté tocando aguantar tanto por su culpa.Mi hermano llega con las bebidas, y tengo que admitir que estoy realmente sorprendida porque esté colaborando en algo. Las ha pagado él y ha ido voluntariamente a comprarlas, sin protestar ni pedir dinero. Una vez al año se convierte en una persona digna. Los 364 días restantes vuelve a ser insoportable.
Neal y Lucas corren de un lado para otro jugando a pillarse. Están como hiperactivos con la Navidad y ansiosos por saber qué regalos tendrán bajo el árbol.
Me gustaría volver a ser una niña.Yo llevo dos días con el CD en reproducción constante. Aún no termino de creerme que se haya molestado en grabar todas estas canciones para mí. Es una persona tan desconcertante y abrumadora... Ya no me habla pero me regala música. ¿Quién lo entiende? A mí me cuesta, mucho.
Ni siquiera me he atrevido a darle las gracias por WhatsApp. Me da mucha vergüenza escribirle, y sé que él no lo hará. Es obvio, me corresponde a mí. Tampoco quiero que crea que soy una desagradecida, o que no me ha gustado... pero soy incapaz hasta de mirar su foto de perfil. Me da miedo.
Me resulta irreal el peso que recae sobre mi pecho cuando le tengo cerca, o simplemente cuando me planteo abrir su chat y escribirle. Soy estúpida.
Soy estúpida y estaré estas tres semanas sin verle, y sin saber nada de él.—¿Qué has pedido por Navidad, Hele? —me pregunta Lucas, creo que por segunda vez. En la primera solo escuché un murmuro lejano y agudo.
—Nada, Lucas. Yo ya soy grande.
Me mira con el ceño fruncido y se encoge de hombros. Sonrío por su expresión y me levanto de la cama para acercarme a la cocina.
—¿Hace falta ayuda? —pregunto, con mas desgana de la que pretendía mostrar.
—La ayuda siempre es bienvenida —responde mi madre sacando unos platos del mueble.
Opto por colocar la mesa mientras los niños ya toman asiento y se preparan para comer.
***
Hablan en la sala mi madre y Brenda y se ríen por las ocurrencias de los niños. Diego se despidió de nosotras hace rato, cuando acabamos de comer. Salió por la puerta diciendo un simple adiós, sin dar más explicaciones. Es muy liberal y de querer siempre su propio espacio, y en él no resulta ningún problema, pero cuando yo solamente quiero estar en mi habitación escuchando música ya está mi madre pidiendo que me relacione con la familia.
Y aquí estoy, mirando redes sociales un rato mientras ellas no paran de hablar y reir. Yo no tengo hueco en sus conversaciones. No nos interesan los mismos temas, y lo que a ellas les puede parecer entretenido para conversar, a mí me parece aburrido y monótono.
No sé cuánto tiempo pasamos de esa forma, el caso es que Brenda se levanta y le dice a los niños que ya se marchan a casa. Estos protestan con la excusa de que quieren los regalos y ella intenta convencerlos de que los regalos los trae Santa Claus esta noche, por lo que tendrán que dormir profundamente para recogerlos por la mañana.
A regañadientes cruzan la puerta, Neal con la nariz roja por su gripe, y se despiden de nosotras con un movimiento de manos.
Cierro y entonces quedamos solo mi madre y yo. Su cara ha cambiado en un segundo. La felicidad que mostraba con los niños se ha ido, y sé en lo que piensa con solo mirarla.
Yo, que soy una cobarde, intento salir de allí lo antes posible evitando la conversación incómoda que me toca vivir cada año. Hablará de mi padre y no estoy dispuesta a soportarlo.
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Pide un deseo
Fanfiction"Creo que estoy caracterizada por ser el diario de todo el mundo, sin tener uno propio. Si lo tuviera, lo poco que habría de contar, no sería de interés ni de agrado ni para mí misma." [TERMINADA]