Me quedo paralizada sin poder reaccionar. Su cuerpo tapa la luz del sol, dejándome en la sombra. Se queda ahí mirando unos segundos hasta que consigo quitarme uno de los auriculares.
—¿Qué haces aquí? —pregunta, agachándose hasta sentarse a mi lado.
Me reincorporo de inmediato quitándome el otro auricular y desconectando el reproductor. Me hago un lío con los cables y mis manos temblorosas solo me dificultan la tarea.
—Nada —contesto porque es exactamente lo que hago. Solo busco tranquilidad y soledad en este lugar durante treinta minutos.
Noto que él sonríe, pero no le miro. Me limito a llevarme las rodillas al estómago y rodearlas con los brazos. Estoy nerviosa. Nunca dejaré de estar nerviosa en su presencia, ahora menos después de haberme besado de esa forma.
Un cosquilleo se apodera de mí cuando se acerca un poco más.—¿Vienes a este rincón para estar sola? —se anima a sacarme conversación.
—Solía venir con Alexa —confieso, mirando a la nada.
—¿Sigues hablando con ella?
—Claro.
—¿Y las demás?
—¿Qué demás? —pregunto y esta vez si me giro para mirarle.
A veces necesito hacerlo para darme cuenta de que es real, de que está a mi lado como en este caso. Yo solo buscaba perderme unos minutos, y no tengo ni idea cómo me ha encontrado. Se ha tomado las molestias para venir aquí y estar sentado sobre el césped haciéndome preguntas e interesándose por mí.
—Tus otras amigas. Bueno, las que eran. ¿Qué pasó?
Sonrío ante la pregunta, pero no porque me parezca divertido. Sonrío más bien de forma irónica. Solo Alexa y Joel saben lo que ocurrió para que acabara la amistad, y no estoy segura de querer que Louis lo sepa.
—Descubrí que no me tenían mucho aprecio.
—Sabes... tú también preparas la información previamente en tu cabeza para no decir más de lo que deberías.
Sonrío y oculto la cara dejando que me caiga el pelo por los lados. Sé que me mira, todo el tiempo y muy fijamente, y solo tengo ganas de hacerme invisible.
—Creo que somos más parecidos de lo que piensas.
¿Cómo? No sabría interpretar exactamente sobre a lo que se refieren esas palabras, sin embargo me callo. A cada segundo estoy más nerviosa.
—Algún día te lo contaré —digo para rellenar el repentino silencio que se ha formado.
—¿Todavía no tienes suficiente confianza conmigo?
Adivino rápidamente la intención de su tono... No tardo en recordar la noche en la que le conté la bonita historia de mi vida. Y no, a pesar de ello, no tengo la suficiente confianza con él. Es más, siento que cada vez me cuesta más dirigirle la palabra.
Niego con la cabeza, incapaz de producir un solo sonido.
—¿Por qué no? Tú sabes cosas sobre mí y yo sé de ti. ¿Quieres que te diga algo más? Pregúntame lo que te apetezca saber.
Medito la posibilidad de aprovechar la oportunidad que me ofrece unos segundos.
—Antes de haberme visto este curso —comienzo—, ¿te acordabas de mí?
Es una pregunta bastante inesperada, pero después de pensar en varias, se me ha ocurrido esa. Desde el inicio de las clases me lo he preguntado. Yo sí me acuerdo de él. Sabía de su existencia desde que ambos éramos pequeños, no obstante nunca nos dirigimos la palabra. Ni siquiera nos saludábamos ya que no teníamos por qué.
ESTÁS LEYENDO
Pide un deseo
Fanfiction"Creo que estoy caracterizada por ser el diario de todo el mundo, sin tener uno propio. Si lo tuviera, lo poco que habría de contar, no sería de interés ni de agrado ni para mí misma." [TERMINADA]