Sólo veía rojo.
Sólo veía sangre.
Sangre, sangre, sangre.
Sangre que se filtraba por las juntas de las losas, como ríos de lava ardiente. Sangre que había salpicado las garras y las plumas de Ziz, convirtiendo su plumaje en negro. Sangre que pringaba el cuerpo inerte de Somewhere en la acera.
Ziz se movió lentamente, con desgana, y se movió ligeramente hacia su derecha apartando su pata de encima del cadáver. Había cierta repugnancia en su gesto. Observé inmóvil la mancha amorfa de rojo, rosado y gris que se había vuelto la cabeza de Somewhere. No quedaba nada. Tan sólo sesos desparramados y huesos astillados bañados por un abundante tinte carmesí.
Era casi... casi curioso. El torso de Somewhere parecía descansar. Sin embargo, el resto era un agresivo contraste que desentonaba con la trémula fantasía que se desvanecía sin poder detenerla.
También resultaba curioso -no, más bien absurdo-, el hueco que de pronto sentía en el pecho. Ni siquiera era un vacío. Era un agujero negro, una implosión, una pendiente inofensiva que te hacía rodar hasta caer por el precipicio sin final. Aquello sólo aparecía en las películas. No era real, me dije.
No era real.
El Arcángel entrecerró los ojos cuando leyó en mí el cambio que se estaba produciendo. De determinación. Estiró el plumaje del pescuezo con brusquedad y Ziz se alejó del portal corriendo. Iba a rodear el coche para tener espacio y subirse en él para alcanzarme. Pero yo ya lo había planeado.
Esta vez confiaba en mi energía interior.
Flexioné las rodillas y estiré los brazos hacia atrás ligeramente para coger mejor impulso. A mi lado, la luna del coche explotó bajo el peso de Ziz, y se aboyó y se agrietó, y mis oídos casi sangraron al oír el metal chirriar bajo sus garras. Vi por el rabillo del ojo cómo estiraba el cuello hacia mí, mientras sus musculosas patas de león lo empujaban hacia adelante en un salto que sobrepasaría con facilidad el autobús.
Y justo cuando su pico dorado se abría para atraparme, salté decidida. Mi fuerza me elevó directa hacia arriba, hacia la escalera de incendios del edificio. Pero no conté con el vendaval, que me echó hacia atrás. Grité por el pánico, al ver que no llegaba al descansillo. Choqué contra la barandilla, y mis manos se dispararon solas para agarrarse. Jadeé, sin darme tiempo a respirar tranquilamente, y me impulsé por encima del pasamano. Tuve que hacer el doble de esfuerzo por culpa del viento. Me balanceé cuando aterricé en las escaleras echas de hierro.
Me giré cuando escuché el zumbido de unas astas girando a toda velocidad, cada vez más cerca. Allí estaba. Casi lloré de alivio. El helicóptero de Travis venía hacia el edificio, balanceándose precariamente a merced de las corrientes de aire. Comencé a subir las escaleras corriendo. Me agaché cuando un ladrillo salió disparado de la fachada.
Ziz se lanzó sobre la escalera de incendios. Cada soporte fue arrancándose de la pared uno a uno, haciendo saltar por los aires trozos de cemento y hormigón que venían en mi dirección a toda velocidad. Seguí subiendo todo lo rápido que pude esquivando los escombros, hasta que la escalera quedó colgando. Ziz intentaba subir, pero sólo hacía que sacudir el montón de hierros deformes en el que se había convertido la escalera. Agaché la cabeza, y vi que se encontraba cerca, muy cerca de mí. La giré y vi que el último soporte estaba a punto de soltarse desde arriba. La escalera iba a caer.
Por si fuera poco, el helicóptero ya estaba encima de nosotros, moviéndose de derecha a izquierda descontrolado, y empeorando el ventarrón. No podían bajar y recogerme.
Debía subir hasta la azotea.
Levanté la cabeza y tragué saliva al ver los pisos que debía escalar.
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Heeey!
No sé vosotros, pero amo la mirada de depredadorde Miguel en la imagen.
Otro punto. No recibo casi lamentos de la muerte de Jonathan ni de Marcus, pero todos lloran por la de Somewhere? La de un perro? Qué clase de lectores tengo?! JAJAJAJA. Gracias por vuestros comentarios, los amo. Somewhere era la mejor, para qué mentir.Capítulo dedicado aaaaaa @yireikalvani. Aunque sea cortito, espero que lo disfrutes!
[Océano.]
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Ángeles en el infierno
ParanormalCuando cayeron del cielo, parecían bolas de fuego. Meteoritos; tal vez estrellas fugaces. Hasta que alguien se percató de que tenían forma humana. Y alas. En la víspera de noche buena, los ángeles han recibido un mensaje de Dios, si es que a...