-¡Pero qué...!- jadeó el Iluminado, al ver que no podía verme-. ¡Joder!
Pero no era sólo eso. No sólo absorbía las sombras, atrayéndolas hacia mí como si tuvieran alma propia. Las controlaba. Controlaba todas las sombras a un kilómetro a la redonda. Se movían, se deslizaban, formaban figuras que se esfumaban cuando tratabas de alcanzarlas. Controlaba todas las sombras.
Estábamos en la absoluta oscuridad, y era una oscuridad que yo controlaba.
Le embestí por la cintura con todas mis fuerzas hasta que chocamos contra una ventana, que explotó en millones de cristales centelleando. Aterrizamos dentro de algo que parecía ser una oficina, y la espalda del Iluminado colisionó contra el suelo lleno de vidrio. Jadeó, por la frustración más que por la rabia, cuando giró sobre sí mismo para escapar de mí. Trastabilló hacia atrás hasta chocar contra un escritorio, y miró alrededor desesperado con los ojos desenfocados. No podía verme. Su mirada viajaba rápida y veloz, intentando detectar algún movimiento que delatara mi presencia. Algún ruido.
Pero no podía engañarme. Podía ver perfectamente en la noche. Y podía ver su rostro. La de un ciego que sabe que no podrá esquivar el golpe final.
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ALEX.
Estaba bastante seguro de que estaba haciendo daño Sarah, pero no quería que se alejara de mí. En el momento en el que había cerrado los ojos, su mano se había deslizado tentativamente sobre mi brazo, y se había cerrado cuidadosamente entre mis dedos.
Percibía sus dudas, pero también el firme propósito de apoyarme. Sabía que se sentía en deuda por todo lo que estaba haciendo por ella, pero Sarah no sabía que no tenía nada que hacer conmigo mismo. Necesitaba una causa para continuar, y me había percatado de que la suya era la única que valía la pena.
No era culpa suya que fuera lo único real en este mundo que había resultado estar lleno de hipócritas.
Inspiré hondo, y estrujé algo más la mano de Sarah. Estaba nervioso, y odiaba sentirme nervioso. Avanzaba a ciegas, improvisando, intentando adivinar el próximo movimiento de cualquier Arcángel, Oscuro, Príncipe, Iluminado o Desterrado que al parecer iban apareciendo de debajo de las piedras con alguna intención oculta. Todos parecían saber más que nosotros, y por eso temía que Kayla nos manipulara. Desde luego, no le resultaría difícil, teniendo en cuenta que ahora nos guiábamos básicamente por instinto.
Sin embargo... sonaba diferente. Débil. A penas quedaba rastro de la Kayla que había visto en la Guarida, altiva y orgullosa. Estaba agotada y... frágil. Tenía que aprovecharme de ello.
Por otro lado, estaba Alana. Habíamos sido compañeros durante muchos años cuando ambos trabajábamos en el ejército de Gabriel. Nos habíamos apoyado durante el entrenamiento, y luego habíamos luchado codo con codo en muchas batallas. Después fue trasladada a los escoltas del Arcángel Uriel, y yo me hice amigo de Marcus y algunos más, pero no perdimos el contacto. Hasta que fue Desterrada junto con Uriel por su relación ilícita, claro.
¿Qué significaba su presencia allí? Me había ayudado desde que me habían Desterrado, y a pesar de nuestras diferencias nunca habíamos hecho ningún mal al otro. Pero ella estaba junto con Damian... por lo que tampoco podía confiar en ella.
Explícate, dije, intentando sonar lo más seguro posible. ¿Qué demonios hiciste para que te encerraran?
Yo no hice nada, sonó algo a la defensiva. Fue culpa de Cain; él...
Claro. Por supuesto. Tú nunca tienes la culpa de nada, ¿verdad? Tú nunca traicio...
No. Esta vez, Alex- recalcó mi nombre-,la verdad es que me dije: "Hey, creo que sería mejor si esta vez no traiciono a Damian, porque me parece que ya he aprendido la lección", escupió. Así que cuando Cain me visitó de súbito una tarde, preguntándome dónde estabas, le envié a la mierda. Te buscaba en nombre de Lilith, y sabía que habías pasado por allí; supongo que porque es lo que hacen todos los Desterrados. Pero se equivocó al creer que sabía dónde estabas. La verdad es que yo ni siquiera quería saberlo, y me alegraba de que fueras tan imbécil como para seguir queriendo ser un Iluminado después de lo que te habían hecho. Así no tendría que verte por la Guarida y no tendría que ver tu cara de cachorro apaleado.
"¡Pero mira! ¡Aquí estoy!¡Iyendo detrás tuya junto con Cain, quien me odia, y con Alana, a quien odio! ¡Adelante, Alex! ¡Apláudeme!
Fruncí el ceño, sorprendido por su reacción, pero en absoluto compadecido de ella. Lo cierto es que en parte, me alegraba. Dios mío, en realidad lo hacía. Disfrutaba, en cierto modo, de su dolor.
Soné impasible.
No me has explicado por qué Damian decidió encerrarte.
Creyó que le había traicionado, irónicamente. Tampoco hubiera podido hacerlo. No me escuchó, y me torturó porque sabía que no podía hacerle ningún daño a Cain sin enfurecer a Lilith. Así que me torturó, concluyó alegremente, creyendo que a Cain le importaría una mierda. Damian será muy astuto, pero de relaciones sabe tanto como una puñetera silla. Cain le dijo que te estaba buscando a ti, pero supongo que Damian sabía que en realidad buscaba a la Serafina. Fingió no saber nada, intentando averiguar cuánto sabían Cain y Lilith sobre ella.
"Además, necesitaba demostrar a los Oscuros que era duro e inflexible. Que si jugaban con él nadie salía ganando, supongo. Los Oscuros últimamente estaban presionando más para que se convirtiera en uno de ellos, sospecho que porque cada vez temen más que encuentre a la Serafina antes que ellos. Lo cual sería un... grave inconveniente. Quería demostrar que su poder seguía intacto.Que podía controlar cualquier situación. Necesitaba que vieran que Cain y yo tendríamos un castigo por traicionarle.
"Sin embargo... supongo que Alana no estaba de acuerdo con él. No me lo ha dicho específicamente, pero creo que nos liberó para que fuéramos detrás tuya, y te avisáramos de que no sólo los Iluminados van detrás de la Serafina. También los Oscuros. Creyó que el plan funcionaría bien porque tú... dudó, y su voz se fue apagando dentro de mi cabeza.
Que yo qué, le exigí, a pesar de saber a qué se refería.
Que tú acabarías recordando el contrato que tenías con Damian, y volverías a la Guarida para cambiar la Serafina por tu par de alas.
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CAIN.
El Iluminado lanzó su nunchaku a ciegas hacia adelante, como un afilado latigazo. Mi mano se deslizó hacia adelante en un veloz movimiento y agarró el extremo antes de que llegara a golpearme. Sentí el latigazo de la cadena contra mi mano, pero mi guante de leviatán me protegió. Estiré el nunchaku hacia mí, arrastrando el Iluminado en mi dirección sin que él tuviera tiempo de reaccionar. De una sacudida, extendí la daga que tenía en mi muñeca, y la encaré hacia su garganta cuando estuvo a penas a unos centímetros de mí.
Sentía su aliento jadeante en mi piel, y miraba como un demente hacia mí sin llegar a verme. Yo era su pesadilla. Era la oscuridad que iba a hundirle en una muerte tan profunda que le llevara al olvido.
Y justo cuando clavé la hoja en su yugular palpitante, un dolor me partió en dos. Exhalé por la sorpresa, y lo solté, repentinamente débil. Ambos trastabillamos hacia atrás, y mi poder se esfumó de pronto. Las sombras se alejaban y me abandonaban, y me embargó el frío.
Miré al Iluminado, que se había deslizado por el escritorio hasta llegar al suelo. De su garganta degollada salían borbotones de sangre, que le recorrían como un riachuelo hasta el pavimento congelado.
Se convulsionó, ahogándose, pero igualmente me sonrió, con una sonrisa roja y sangrienta.
-Da... da igual que yo muera...- tosió, sibilante, y más líquido rojo salió de su boca-. Porque saben... d-donde est... a Serafin...a- y sonrió, mirando mi abdomen, demente de dolor y fiebre, y mi mano se dirigió inconscientemente allí-. Y tú... n...o sald-drás vivo de... aquí.
Me sentí mareado, y miré mi mano, húmeda y caliente. Roja.
Mis ojos se deslizaron desde mis dedos chorreantes de sangre hasta la daga clavada en mi estómago.
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He cambiado el actor que hace de Cain porque este es realmente exacto. Rubio, alto, de facciones duras. No tiene los ojos negros pero en la foto lo parece, así que mejor que mejor. Chris Zylka aka Cain.
Capítulo dedicado a @CleverRubirosaMartin ! Sé que ha tardado en llegarte, pero aquí lo tienes;)
[Océano.]
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Ángeles en el infierno
ParanormalCuando cayeron del cielo, parecían bolas de fuego. Meteoritos; tal vez estrellas fugaces. Hasta que alguien se percató de que tenían forma humana. Y alas. En la víspera de noche buena, los ángeles han recibido un mensaje de Dios, si es que a...