Capítulo 66: Nightmares

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Avril

Leves rayos de sol iluminan mi cara haciendome despertar. Despego los ojos con dificultad y suelto un súper bostezo.

-Rubio despierta -digo a Kian. Pero al no recibir respuesta miro a mi lado y no está.

Me levanto, lavo los dientes y la cara, me visto decentemente y bajo a la cocina, Nina está preparando algo.

-Hola, buenos días, Nina.

-Buenos días Abby. ¿Quieres desayunar ya?

-Eh sí. ¿sabes dónde está Kian? -pregunto mientras ella pone un plato con mi desayuno frente a mí.

-Salió a correr ¿Por qué?

-Oh, solo preguntaba. -Aunque no tenía idea de que por las mañanas Kian saliera a correr. -¿Y mi abuela?

-Aún no se despierta.

-Ohh... -me limito a responder al mismo tiempo que doy una mordida a mi pan tostado con mermelada.

Después de mi desayuno salgo de la casa un momento. En realidad quería ver si encontraba a Kian cerca de ahí. Pero no, no lo encuentro así que vuelvo. Pero escucho unos sonidos prominentes de la pequeña cabaña situada en la parte trasera del terreno. Nunca me había dado curiosudad por entrar pero esta vez sí. Me dirijo hacia allá, no me molesto en tocar, está abierto, así que entro. Al hacerlo veo a Chris, vestido con una camiseta blanca que deja ver notablemente sus músculos brazos. Unos pants holgados y un par de tenis deportivos. Está golpeando un saco de box, no tenía idea de que hiciera eso todas las mañanas, -tal vez lo hacía despues de irme a dejar a la escuela. O tal vez antes- tampoco de que hubiera un saco de box. Además de eso hay unas grandes pesas de varios tamaños. Vaya, con razón tiene ese cuerpo de atleta.

-Hey Chris -Al hablarle, él voltea a verme y se detiene. Sonríe.

-Hola, señorita, buenos días.

-Hahaha, ya parale -él sabe que no me gusta que me llame "señorita" no por el hecho de que no lo fuera, claro que lo soy, sólo que él es mi chófer y de alguna manera soy su jefa, por decirlo así. Ustedes entienden.

-¿Wow, esto haces todos los días? -pregunto impresionada yendo hacia él observando el lugar.

-Pues... sí. Antes de que te vas a la escuela.

-Vaya, entonces ¿a qué hora despiertas?

-5 am o a veces 4:30.

-¡DIOS! ¿Por qué tan temprano? -Pregunto un tanto sorprendida.

-Esa siempre ha sido mi rutina, supongo que ya me he acostumbrado -me explica al mismo tiempo que con una toalla se limpia el sudor.

-Oye, siempre he querido preguntarte algo.

-Dime.

-¿Tienes familia? ¿esposa, hijos, padres, novia, perro que te ladre? -ríe por esto último y después su expresión se torna un poco seria y triste, tal vez melancólica.
Se sienta en el suelo de madera y lo sigo, me coloco frente a él.

-Cuando era pequeño... mi padre me mandó a una escuela militar. Mi madre murió al nacer yo. No tuve ni tengo hermanos, fui hijo único. Papá me cuidó unos cuantos años, pero después, por su trabajo ya no pudo hacerlo más, así que me envió a esa escuela militar. Tenía como 10 o 12 años, no lo recuerdo bien. Con el tiempo papá enfermó y yo crecí, me enlisté en el ejército. Había estado ya la mayor parte de mi vida en un colegio militar, el ejército era la siguiente opción. Me aceptaron, cumplía con condición fisica, altura adecuada, peso adecuado, estudios, era un chavo sano, y tenía 17 años, mi padre estuvo de acuerdo.
Nos entrenaban arduamente, aún recuerdo todo eso... estoy entrenado para esto, para no comer, pelear, disparar, no dormir... matar -
Mientras narraba su historia yo le miraba con suma atención, callada, limitandome a solo escuchar. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

Somebody To Love [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora