Somebody To Love [Terminada]

Capítulo 79: Drive myself crazy

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-Creo que tenemos que ir a dormir ya. -sugiero.

-Sí, hay que ir. -Con cuidado tomo a Chloé en mis manos y ambos nos levantamos.

-Que descanses pequeña.

-No te vayas.

-No me Iré, dormiré en la otra habitación.

-Por eso. Quédate conmigo.

Le doy un beso en la frente.

-¿Quieres que me quede? -Asiente.

-Tú ganas.

-Yo siempre gano.

La beso y la arrastro conmigo a la cama. La abrazo por detrás y ella pasa una mano por detrás de mi cuello.
Nos cobijo a ambos y ella estira la mano para apagar la pequeña lámpara del burob de al lado.
-Buenas noches Chloé. -Dice a la pequeña que yace echada en la alfombra.

-Te quiero Kian.

-Y yo a ti monstruo.

Avril.

-Anoche te llamé, no contestaste.
Estoy con Mark sentada bajo un árbol en uno de los patios de la escuela. Anoche que me llamó no contesté sus llamadas ni respondí sus mensajes porque estaba con Kian.

-Perdona, vi tus llamadas hasta el día siguiente. Me dormí. -Trataba de sonar lo más convincente posible.

-Ah... ¿Quieres hacer algo hoy? -Pregunta.

-No lo sé ¿Qué tienes pensado?

-Salir a cenar. ¿Quieres?

-Sí, suena bien. ¿Qué me pongo?

-Uhmm algo elegante. Te llevaré a probar la mejor comida del mejor restaurante de Nueva York.

-Hahha, vaya... suena ¿Delicioso?

-Pasaré por ti a las 6 ¿vale? Para que llegemos allí a las 7.

-A las 6 está perfecto. -Respondo con una sonrisa y posteriormente él me besa en los labios.

***

Después de la escuela he quedado con Kian de llevar a mi nueva mascota al veterinario, tal como dije ayer.
Él pasa por mí y ambos vamos.
El diagnóstico nos fue entregado en poco tiempo, no tenía nada, no estaba enferma ni nada por el estilo, solo desnutrida y necesita comer más. Él veterinario indicó qué.
Después de esto compré croquetas adecuadas para su edad, y también algunos juguetes y por supuesto su cama.
Kian, Chloé y yo regresamos a casa y subimos todas las cosas que hemos comprado a mi habitación sin ser pillados.

-¿Te veo al rato? -Me pregunta él despidiendose con un beso.

-No lo sé, saldré con Mark en la tarde.

-Suelto con la mirada gacha.

Me sentía una verdadera puta, como Jodi, tal vez más. Dios...

Deja de acariciar mi mejilla y se echa hacia atrás, molesto, claro.

-Okay. Será después entonces.

Frunzo los labios, él me da un beso rápido y sale de mi habitación.

***

-Saldré con Mark, ¿me ayudan a vestirme?

-O sea... ¿que para esto nos tragiste aquí a tu casa?

-Por favor Jay, necesito ayuda.

-Oyeme, lo siento, pero no te apoyaré con esto. No se vale lo que estás haciendo. Perdona Avril, eres mi mejor amiga pero no puedo, lo siento.

-Dice, se levanta y se va.

La comprendía.

-Supongo que tú también piensas igual, ¿No? -Digo a mi otra amiga.

-Sí... pero te ayudaré.

Le esbozo una sonrisa y posteriormente la abrazo.

-Juro que veré cómo terminar con esto y tomaré una decisión.

-Está bien Abby. Ahora dime ¿Qué tipo de ropa tienes que usar?

Kian

Estoy en la sala de estar, con mi papá, viendo un partido de futbol, lo sé, es extraño puesto que jamás convivo con él. No cruzamos palabras, solo nos limitamos a ver la pantalla. Entonces baja Markus, vestido con traje; es negro, lleva una camisa blanca, zapatos lustrados al parecer nuevos y una corbata roja. Además cuando hace su aparición ahí toda la sala se impregna de su perfume.

-Vaya vaya... hijo, te ves realmente bien. -Agrega mi padre poniéndose de pie.

-Gracias papá. Me alegro de que así sea porque hoy quiero lucir genial para mi novia.

¡Mierda!

-Pues... ten por seguro que quedará con la boca abierta.

-Ojalá, papá.

-¿Pasarás a recogerla?

-Pero claro.

-Suerte entonces hijo. Oh y... la cena, donde quiera que sea... va por mi cuenta. Dale mis saludos a esa chica.

Vaya... ¿Es en serio?

-Wow, ¡gracias papá! Se los daré.

-Gracias, suerte.

Mark me dedica una sonrisa burlona.

-Por cierto Kian... ¿Y tu chica? -Pregunta mi padre.

-Al parecer tendrá una cita con Mark esta noche. -Digo y me levanto del sofá para después subir corriendo las escaleras e ir a mi cuarto.

Avril

Me conduce hasta su auto, para que después de 30 minutos lleguemos a un restaurant... en Warner Park, al parecer es ¿Italiano? Con letras grandes y doradas está escrito "Gigino" en lo alto de la fachada.
Mark para frente al restaurant e inmediatamente un Valet se dirige hacia nosotros. Era guapo, de buen ver, castaño, con una barba un tanto abundante, ojos verdes y alto, no más que Mark, pero lo era.
Mark pide ver su identificación y éste de inmediato se la muestra. Satisfecho le entrega las llaves y éste sube a su auto llevándolo al estacionamiento.

-A Kian hace poco casi le roban su auto -Explica -un tipo se hizo pasar por un valet. -dice con un poco de diversión en su voz y me muestro un poco sorprendida.

Me ofrece su brazo y yo lo tomo. Sonriendo entramos al tan elegante restaurant... entonces agradezco mentalmente a Gabriela por haber elegido mi atuendo.
Negro, corte sirena, strapless, largo hasta las rodillas, ajustado. Mi cabello recogido en un peinado curioso que ella me ha hecho.
Cuando hemos entrado de inmediato una hostess nos recibe.

-¿Buenas noches dama y caballero, tienen reservación?

Es pelirroja, tiene ojos grises claros, pecosa y es un poco más alta que yo. Aunque tiene un acento diferente... galés probablemente.

-Sí, a nombre de Markus Feehily.
Ella busca en su carpeta señalando con el dedo para no perderse.

-Oh, claro, pasen por aquí por favor.
Nos conduce hacia unas escaleras y subimos por estás. Después... un elevador y llegamos a un piso donde se ven algunos edificios y a lo lejos el río Hudson y... ¡oh vaya! ¡La estatua de la libertad!
La chica nos muestra nuestra mesa... una en el mejor lugar junto a una ventana. Dios... la vista es realmente hermosa.

Kian

No puedo dejar de pensar en qué estarían haciendo, dónde la había llevado. Intentaba llamarla al móvil pero me mandaba directo al buzón, era todo tan frustrante.
Jamás me lo imaginé, la novia de mi hermano sería la única chica de la que yo pudiera enamorarme. Vaya lío.
Mi padre insistió hablar conmigo de ese tema pero me negué rotundamente diciendo que podía controlarlo y sabía qué hacer.
Obviamente no tenía ni la menor puta idea de qué joder haría.
De nuevo me preguntaba qué estarían haciendo, ¿por qué tardaban tanto? ¿Qué más tenían que hacer aparte de cenar?
Estaba volviéndome loco encerrado en mi cuarto.
No lo soporto más y decido salir.
Subo a mi auto y salgo de casa.