Capítulo 54: My brother's girlfriend

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Avril

Me desconcertaba un poco la actitud tan seca de Kian hacia mí. Al parecer le molestaba mi relación con su hermano. O eso creía.
Era un poco desconcertante. Ya no veíamos películas todas las noches, ni pasabamos tiempo tocando juntos o saliamos a lugares. Ya no. Ahora todo eso que hacía con Kian lo hacía con Mark.

Eran ya al rededor de las 10 de la noche, Mark esta hablando con mi abuela en su estudio, llevan más de una hora ahí y yo sigo preocupada por Kian. Había salido hace demasiado rato a quién sabe dónde.
Entonces la puerta se abre y es él. Me levanto del sofá rápidamente y voy a sue encuentro.

-Kian, ¿dónde estabas? me tenías preocupada -dije.

Aún no levanta la mirada pero cuando lo hace sus ojos están muy rojos, inyectados de sangre, huele a humo de cigarrillos tal vez y se ve un tanto aturdido.

-Demonios Kian, ¿qué hiciste? Estuviste fumado? -pregunto analizando su rostro, sosteniendo su cara entre mis manos con cierta delicadeza .

-¿Te importa? -responde tomando mis muñecas y quitando mis manos de él.
Me hace a un lado y sube corriendo a su habitación.

¿Que le pasa? No lo entiendo. Jamás me había tratado de ese modo. Bueno, tal vez entendía la razón.

Me quedo ahí, paralizada, anonada por su conducta. Un nudo se me hace en la garganta y aprieto los ojos para que las lágrimas no salgan y se apoderen de mí. Subo también a mi habitación, no dejo de pensar en él, en que nunca me había tratado así. Pero también comprendí que era solo un chico con problemas y... yo soy su amiga y tenía que ayudarlo.

Después de que me aseguro que ya todos están dormidos entro sigilosamente a la habitación de Kian. Él yace en la cama destendida, dormido, vestido con la ropa de hace un rato, los zapatos puestos, una botella de vodka y su Fender al lado. Las luces están encendidas y las ventanas abiertas. Niego con la cabeza y me acerco a él, le paso los dedos por el cabello suave y rubio, sonrío para mi, quito la guitarra de encima de él y la pongo en el estante, en su lugar, la botella de vodka medio llena en su librero. No se despierta ni se mueve para nada. Le quito los zapatos, y desabotono su camisa. Me dirijo a las ventanas y las cierro, al igual que las cortinas. Lo cobijo y apago las luces. Niego con la cabeza.

Al día siguiente me levanto un poco más tarde de lo habitual, es sábado. Mark y yo tenemos miles de cosas planeadas para hoy, pero antes de pensar en eso puedo jurar que he pensado en Kian.
Me levanto rápidamente, me visto y voy a su cuarto, aún sigue dormido. Bajo al comedor, mi abuela ya está ahí con Mark.

-Hola amor- dice y limpiando su boca con una servilleta. Le habíamos comentado a nuestra abuela acerca de nuestra relación apenas ayer. Se mostró contenta y sorprendida.

-Buenos días -respondo acercándome y dándole un beso en la boca, me acerco a mi abuela y le doy un beso en la mejilla.

-¿Qué tal durmieron eh? -pregunto al mismo tiempo que tomo asiento al lado de mi novio.

-Bien, yo dormí de maravilla -responde Mark, con una radiante sonrisa -soñé contigo- me dice al oído. Río por ello y vuelvo la vista a mi abuela.

-Estoy vieja pero aún comservo el oído, y Mark, hijo... aprende a susurrar.

Él suelta una carcajada.

-Lo lamento abue.

-¿Y dónde está Kian? Alguien sabe a qué hora llegó ayer? ¿Llegó? -pregunta mientras da un sorbo a su jugo de uva.

Nina entra al comedor sosteniendo un plato en sus manos, el cual deposita frente a mí sobre la mesa. Agradezco y vuelve a la cocina.

-Eh sí. Y sigue dormido -respondo.

Mark me mira interrogante y se me ocurre evadir su mirada metiéndome un pedazo de kiwii a la boca.

-¿Cómo sabes? -pregunta.

-Pues no ha bajado, además los fines de semana siempre se levanta tardísimo.

Después del desayuno subo a arreglarme. Mark y yo nos tomaríamos el día para nosotros dos. Me baño y me visto como últimamente lo había hecho. Pantalones holgados, una camisetaA blanca sin mangas, mis converses y algunos accesorios como pulseras de cuero. Mis amigas decían que lucía como un chico pero a decir verdad no me importaba.

Al primer lugar que fuimos fue al zoológico. Amaba a los animales, me encantaba verlos, aunque no así, enjaulados y privados de sus habitads, pero aún así eran majestuosos. Leones, vaya, era alucinante su gran tamaño, los elefantes, las jirafas y sus larguísimos cuellos. Mark reía con cada una de mis expresiones faciales de sorpresa.

-¿Acaso jamás habías venido a un zoológico?

-La última vez que vine a uno fue cuando tenía 5 años, mi mamá y mi papá aún estaban juntos -respondo y noto en Mark cierto arrepentimiento por haber hecho tal pregunta

-Yo... lo lamento, Abby, no quería... -se disculpa al instante.

-Está bien -le dedico una sonrisa y le doy un beso en la mejilla.

-Me encantas, ¿sabías? -Me dice aprisoinándome con sus brazos levantándome unos centímetros del suelo. Frunzo la boca con aire pensativa.

-No, no lo sabía -respondo.

-Bueno, pues ya lo sabes.

-¿Mark?

-¿Si?

-Te quiero.

Me toma de las manos, agacha la mirada para mirarme -cosa que me parece un poco incómodo dado mi estatura- y me besa en la coronilla.

-Yo te quiero más -sonreimos mutuamente y tomados de la mano caminamos hacia adelante.

Kian

¿Hay algo peor que estar enamorado de tu mejor amiga? La respuesta es sí, y era estar enamorado de la novia de tu hermano, el cuál también es tú mejor amigo.
Me maldije hasta el cansancio por sentir esto por ella.
¿Por qué no podía sentir lo mismo pero por otra persona? ¿Qué la hacía diferente? ¿Qué la hacía tan hermosa?
¡Sólo preguntarmelo era tan estúpido! Yo sabía la respuesta a todas aquellas preguntas, sin embargo cada que las repetía me hacía enamorarme cada vez más de lo que ella era, y no me convenía.

Necesitaba sólo oír su voz, necesito oirla ahora mismo. Si no lo hago creo que podría volverme loco.

Tomo mi teléfono apresuradamente y marco los digitos de su número, me los sabía de memoria, suena una, dos, tres, cuatro...

-¿Hola? -responde su voz dulce y cantarina.

-Abbey, hola.

-Hola Ki, ¿qué pasa?

-Solo quería... -guardo silencio de inmediato al escuchar al fondo una voz familiar. La de mi hermano.

-Amor, ¿quién es? -le pregunta.

La escucho quejarse, reclamarle a mi hermano con tono de enfado divertido.

-¡Markus! -la oigo chillar en un susurro.

-Hey hermano, deja de molestar, ¿quieres?

Me paralizo en ése momento, la voz de Mark me paralizó, miles de emociones me invaden en ese instante, enojo, celos, ira, frustración, tristeza...

-Hahha no es verdad, ¿qué querías? -pregunta ya más alegre.

-Hermano si quisiera hablar contigo te hubiera marcado a ti y no a Abbey
-Digo con ironía. Puedo deducir que rueda los ojos. Se escucha un silencio por unos segundos.

-¿Ki? ¿Hola? -es Abbey de nuevo -¿querías decirme algo?

-Pues en realidad... -no tenía nada que decir, sólo quería escuchar su voz -¿qué tal te la estás pasando? -no pude idear algo mejor que eso.

-¡Impresionantemente bien! -al fondo escucho que Mark la llama -te cuento más al rato ¿vale? Adiós.

Se despide con alegría

-Adiós -respondo decaído. Pero ella está tan emocionada con mi hermano que al parecer no nota nada y cuelga de inmediato. Me tiro de espaldas a la cama y suelto un suspiro.

Somebody To Love [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora