Capítulo 34: "I will keep you safe"

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Kian

-¡Que te largues! -le grito sin pensar.

-Lo lamento, yo solo... -escucho que murmura con voz cortada y cierra la puerta.

Sigo pensando en ella, ocupa mis pensamientos más que nadie en este mundo, pero después de ver su rostro en mi mente automáticamente se transforma en el rostro de Abbey.

-Joder -digo para mí recordando cómo le he gritado hace unos minutos, me levanto y bajo a la fiesta, busco a Mark.

-¿Dónde está Avril? -le pregunto.

-No lo sé -responde deteniéndose a mirar a su alrededor, voy hacia Shane, que está en compañía de Gabriela.

-¿Han visto a Avril?

-Me parece que salió al patio -contesta él y salgo de la casa.

Hay varios chicos en la piscina y en todos lados, bebiendo, soda, cervezas, no lo sé, pero no la veo a ella.

-¿Vieron a Avril?

Pregunto por tercera vez a un chico de nuestra clase, me señala el patio de atrás, agradezco y voy hacia donde me ha señalado.
Está todo oscuro, ¿por qué demonios estaria aquí? Sigo avanzando hasta que veo una mancha rubia sentada en la rama gruesa de un árbol.
Ahí está ella, de espaldas a mí, mirando al cielo con la cabeza recargada del tronco del árbol.

Me acerco con cuidado y cuando estoy lo suficientemente cerca la tomo de la mano; no está a una altura muy alta, se vuelve a mí de inmediato.

-¿Qué estás haciendo allá arriba -le pregunto.

-Yo... no lo sé -responde mirándome.

La miro fijamente a sus ojitos azules cristalinos y subo con ella a su lado, se recorre para que pueda sentarme también y lo hago.
Sigue mirando hacia arriba, como contemplando las estrellas. Me es un tanto difícil resistir el impulso de abrazarla. Después de un momento no puedo evitarlo y lo hago; ella deja que la abrace y también se acerca.
Siento sus manos en mi pecho, tomo una y le doy un beso en los nudillos.

-Perdoname por gritarte así hace un rato.

Le acaricio el cabello pero se aleja, quita su mano de la mía y voltea hacia otro lado.

-Abbey, perdoname por favor.

Quiero tocarla, pero me detengo justo cuando mi mano está a centimétros de su hombro, decido no hacerlo. Mira hacia arriba, al cielo que ahora se ha tornado de un color tenebroso.
La luna ilumina tenuemente su rostro, noto que le escurre una lágrima por la mejilla y suelta un suspiro entrecortado.

-No me hubiese importado que me gritara otra persona, pero lo hiciste tú, tú, mi mejor amigo y... me dolió.

Me trago el nudo que se me ha hecho en la ganrganta, lo acepto, me pasé, fui una mierda con ella... de nuevo.
El que ella me hubiera roto el corazón una vez más no me daba el derecho a gritarle así a mi mejor amiga.

-Abbey, linda, por favor, perdoname, estaba muy cabreado en ese momento, sé que no tenías la culpa de nada y desquite mi enojo contigo, perdón, no era mi intención, bonita.

Se lleva una mano a la cara sorbiéndose la nariz y agacha la mirada de inmediato.
Por el brusco sube y baja de su respiracion sé que aún está llorando.

¡Demonios! Odio que una chica llore, lo odio más que a nada.
Tal vez por el hecho de que no me gustaba ver a mi madre llorar, y cuando miro a Abbey, la veo a ella.

Desciendo a la rama inferior, me paro sobre ésta quedando justo enfrente de ella a la altura de su vientre, me sostengo de la rama donde estaba sentado anteriormente y tomo su rostro con delicadeza. Cuando me mira la miro con ternura también y nuevamente ese maldito nudo se me hace en la graganta, y un nuevo sentimiento me invade. La culpa no era algo que solía sentir, no había sentido culpa desde que era niño, y ahora ella viene y me voltea todo.
La abrazo por la cintura enterrando mi rostro en su regazo, culpa, odio sentir culpa.

-Perdón. -Susurro.

Siento que con sus manos acaricia mi cabello, cuando me separo de ella, siento las mejillas mojadas, ¿lágrimas? No había derramado una hace ya mucho tiempo. Dios ¿en qué me estaba convirtiendo?, ¿en qué me estaba transformando? ¿cómo ella podía hacerme todo eso?
Tal vez era su inocencia y sus sencibilidad, su fragilidad y todo lo que es ella... Dios ¿qué pasaba conmigo?

-¿Me perdonas? -repito.

Ella asiente con la cabeza ligeramente con una sonrisa en su rostro, la abrazo nuevamente.
Jamás había pedido perdón , no que yo recordara, y no de esta manera tan... suplicante y de alguna manera humillante.

Sonrío de nuevo y me separo de ella.

-Ven... -le susurro y de un salto bajo del árbol, ella lo hace con dificultad.

-No puedo -dice.

-Entonces ¿cómo te has subido ahí?

-No lo sé. -Responde.

Baja a la rama donde he estado segundos antes pero resbala, por suerte logro sostenerla en el aire cargándola en mis brazos, me mira aterrorizada y luego ríe. La bajo al suelo.

-Ven, vamos...

Le extiendo mi mano y antes de tomarla se agacha y recoge sus tacones, no me parece muy bien la idea de que camine descalza.

-Puedo cargarte si quieres, es que... no sería muy agradable si te lastimaras con algo.

-No te preocupes, he caminado descalza sobre cosas peores.

Caminamos hacia el arbol que da hasta el balcón de mi habitación, las hojas secas caídas crujen con nuestras pisadas.
Llegamos al árbol.

-Sube -le digo.

-¿Qué? No -responde como si fuera una broma lo que acabo de decir.

-Por qué? Lo has hecho hace un rato.

-Pero no estabas tú. Aparte... traigo vestido. -Explica con cierta vergüenza y súplica.

Doy una leve carcajada para que no la sienta.

-Bueno y ¿si yo subo primero? -sugiero. Ladea la boca y responde:

-Está bien.

Subo y cuando lo hago la ayudo a ella. Sigo subiendo y por cada rama subida la ayudo a ella, hasta que llegamos casi a la cima, donde está el balcón de mi habitación, lo difícil ahora es subir hasta allá.
Coloco un pie en el barandal y me sostengo de más arriba, con un ágil movimiento logro cruzar al otro lado.

-No podré hacer eso -dice aterrorizada todavía sostenida de la gruesa rama del árbol.

-Claro que sí, venga.

-Demonios... -dice antes de dar un paso y poner el pie derecho en la barda, con una mano se sotiene y la tomo de la otra pero entonces resbala, grita y ahora depende de míque no caiga 6 metros abajo.

-Tranquila, tranquila, te tengo.

-¡Kian! -grita.

Noto el terror en sus ojos, cuelga de mi mano y cualquier movimiento erróneo podría ser fatal. Sé que no caerá, sé que la.pondré a salvo.

-Avril tranquila, te tengo, te tengo. Yo te mantendré a salvo, ¿ok?

Asiente levemente, asustada y entonces la alzo de ambos brazos hasta que está lo suficientemente arriba para soltarla de uno y tomarla por la cintura, la jalo hacia mí y logro ponerla a salvo en el suelo.

-¡Mierda Kian! ¡Casi me caigo! -exclama con los ojos abiertos como platos. Y entonces abro los ojos sorprendido por que haya dicho una mala palabra, ella lo nota y me da un leve golpe en el brazo y me echo a reír.

-Ésto es serio, siente...

Toma mi mano y la lleva justo al lado izquierdo de su pecho, hago el mayor esfuerzo por no pensar en lo que estoy tocando y sentir su corazón latiendo al mil por minuto.

Sonrío y le doy un beso en la frente, la cojo de la mano y entramos a la habitación...

Somebody To Love [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora