Capítulo 69: Am I in love?

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Kian

Son las 3:12 de la madrugada, un mal sueño me ha hecho despertar. Afuera hay un diluvio, y los destellos de los relámpagos iluminan todo afuera, lo veo desde mi cama a través de la ventana. Salgo de entre las sábanas, hace frío, bajo a la cocina en busca de un vaso con agua. Intento encender la luz del pasillo pero al parecer la luz eléctrica no funciona, se ha cortado. Sigo mi camino, con suerte mañana ya esté arreglada. Los relámpagos ayudan a hacer un poco visible el camino por las escaleras. Deslizo la puerta corrediza para entrar a la cocina, en la alacena busco un vaso y lo lleno con agua del grifo. Un rayo me hace respingar. Regreso de nuevo a mi habitación, pero en el pasillo oigo una voz... no, no es una voz, son sollozos y gritos, y provienen del cuarto de Avril. Vuelvo sobre mis pasos y voy hasta su habitación, abro la puerta y la luz de un relámpago ilumina por completo la habitación por un segundo. Ella yace en la cama, llorando, me acerco pero está dormida, toco su frente y está sudando a pesar del frío que hace. Se mueve de un lado a otro mientras balbusea y llora desesperadamente.
Intento despertarla.
-Abbey, cariño, despierta. Abbey.

La intensidad de su llanto comienza a subir y literalmente se retuerce en la cama, noto que sus puños están cerrados con fuerza.

-Avril, Despierta.

Ahora empieza a gritar y patalear, en realidad está asustándome.

-¡Avril! -La tomo por los brazos y la sacudo un poco.

-¡Edith! -De golpe despierta. Fuera dep sí, confundida, llorando y temblando.

-Hey, hey, hey, tranquila... todo está bien ¿okay? Sólo fue un sueño. -le acaricio el pelo y ella me abraza y empieza a sollozar de nuevo.

-¿Te sientes bien? ¿Quieres que baje por un vaso de agua o leche o algo? -niega con la cabeza al mismo tiempo que se sienta en la cama.

-Estoy bien...

-Tranquil ¿sí? Todo fue un sueño.

-Lo sé.

-Okay, si necesitas algo, dime, llámame por teléfono, y vengo corriendo ¿va?

Me dispongo a irme pero ella me detiene de un brazo. Se recorre un poco dejándo libre un espacio considerable para que me recueste. Lo hago.

-¿Qué soñaste?

-A Edith, la misma escena que te relaté antes.

Guado silencio, la atraigo un poco a mí y ella se acurruca a mi lado, abrazándome, hago lo mismo con ella y nos cobijo a ambos.
No había estado así de cerca de una chica, sin desearla en un ámbito sexual, sin tener pensamientos pervertidos, ni siquiera deseaba tener sexo con ella... ni tocarla, ni nada. Ni siquiera estaba nervioso, ni me provocaba esos choques eléctricos en el cuerpo o aceleraba mis latidos cardíacos. Solo quería abrazarla, sentir que podía protegerla, respirar su aroma, cuidarla...
La quería.
La quiero.

Avril

-Vamos, no seas aguafiestas Jamie intenta llevarme al salón de teatro para escuchar las diferentes poesías de todos los alumnos que participarán en una especie de concurso.

-No inventes, qué aburrido, de verdad. Me gusta leer y todo pero ahorita sinceramente no quiero ir...

-No seas así.

-Jay...

-Ash, como quieras, yo sí iré. -Empieza a caminar a la dirección contraria a la que vamos.

-¡Jamie! -chillo pero me ignora y sigue caminando. -¡Agh! -no me queda más remedio que seguirla.

Caminamos y llegamos a la enorme sala. La mitad de ella está llena por los expectantes, hay varios maestros en la parte de en frente, puedo reconocer a varios, la maestra Spring, el mestro Upjohn y otros más, los cuales se encargan de impartir las materias de literatura y filosofía.
Juro que no noté que el chico que en ese momento estaba recitando algo era Kian.

-¡Vergüenza debe darme! ¡Vergüenza de mí mismo! Pero ya basta. Basta de recriminaciones. Valgámonos ahora de la astucia. En cierta ocasión oí decir que durante una representación teatral, unos hombres, conmovidos por sentimientos expresados con gran arte en escena, sintieron tales remordimientos que allí mismo confesaron públicamente sus
crímenes...

Entramos sigilosamente tratando de hacer el menor ruido posible. Nos sentamos. Yo observaba absorta la presentación de Kian, jamas había visto una igual, recitaba sus líneas con gran sentimiento, y entusiasmo haciendo los ademanes adecuados, sus expresiones faciales... quedé ensimismada, completamente. Recitaba las líneas de una obra conocida que tiempo atrás ya había leído. Sí, Hamlet.

-Pero si la representación de esta noche logra disipar mis dudas, entonces tendré una razón más poderosa que la que me dio el espectro para ponerme en acción.

Lo miraba emocionada, literalmente con la boca abierta. Jamie estaba contemplando la escena también. Kian no se ha dado cuenta de que nosotras estamos presentes, no era posible, atrás está demasiado obscuro. Su grave voz inundaba la sala entera.

-Ser o no ser. Esa es la cuestión. ¿Qué es más noble ¿Permanecer impasible ante los avatares de una fortuna adversa o afrontar los peligros de un turbulento mar y, desafiándolos, terminar con todo de una vez? Morir es... dormir... Nada más. Y durmiendo se acaban la ansiedad y la angustia y los miles de padecimientos de que son herederos nuestros míseros cuerpos. Es una deseable consumación: Morir... dormir... dormir... tal vez soñar. Ah, ahí está la dificultad. Es el miedo a los sueños que podamos tener al abandonar este...

Lo hacía tan perfectamente hermoso, todos en la sala escuchaban atentos. No titubea nunca, ni una sola vez. Los jueces (los maestros) también observan con suma atención. Es como si recitara algo que él mismo ha escrito, con ese sentimiento pleno. Cierra los puños y eleva la voz en las líneas adecuadas... es entonces cuando entra otra chica al escenario. Nunca la había visto, pero supongo que hace las líneas de Ofelia.

-¿Eres bella?

-¿Qué queréis decir?

-Que si eres bella y de alma noble, entonces no deberías permitir que se
hablara de tu belleza.

-¿Es posible hablar de belleza sin nobleza?

Ella no lo hacía con tanta naturalidad y sentimentalismo como él, pero sus líneas no estaban mal.

-¡Absolutamente! La belleza fácilmente corrompe un alma noble, pero un alma noble difícilmente hará virtuosa a la belleza. Para los Antiguos eso era una
paradoja, pero en los tiempos que corren es un casi un axioma. Hubo un tiempo en que te amaba...

-Así me lo hicisteis creer, señor.

-Pues no deberías haberlo creído. La verdad ya no se encuentra en los hombres, aunque finjan decirla. Nunca te amé...

-Entonces me engañé a mí misma.

Me encontré a mí misma mirándolo con otros ojos, no como una amiga impresionada por la presentación de su amigo.
No.
Me gusta.
Y no me refería solo a la presentación.

-¡Vete a un convento! ¿Es que deseas ser madre y dar al mundo más pecadores de los que ya hay? No soy peor que la mayoría de los hombres, pero ¡ojalá hubiese muerto en el vientre de mi madre! Soy orgulloso, vengativo, ambicioso y despreciable. Pero ¿qué quieres que haga cuando me arrastro como un gusano entre la tierra y el cielo? Los hombres somos todos unos miserables.

Sí... me es extraño admitirlo pero... ¿me gusta Kian? Sentía un extraño deseo de tenerlo cerca de mí en este preciso momento, es... extraño.
Demasiado.
Sacudo la cabeza intentando desvanecer todos esos pensamientos.
Todo es inútil.

-¡Pues arroja la parte infecta y guarda dentro de ti la mitad pura! Adiós, madre. Y no acudas esta noche a la cama de mi tío. Finge virtud, si no puedes ser virtuosa; pues cuando el fingimiento se convierte en costumbre, la costumbre se hace virtud. Buenas noches, madre. Y cuando seas virtuosa y estés bendita de Dios, pediré tu bendición...

***


¿Acaso me estaba enamorando de Kian y esa presentación fue lo último que necesité para darme cuenta? ¿O lo que me gustó fue nada más que la presentación y lo que él era capaz de hacer?
¡Diablos! ¿Qué me pasaba?
No, esto no podía pasar.
¿Acaso estaba enamorada?
Hoy cumplía dos meses de relación con Mark...

Somebody To Love [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora