capítulo veinticinco: es hermosa.

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Viktor salió del hospital con un café en mano, esa noche en especial hacía más viento de lo normal, acompañado con el intenso frío llegaba a ser desagradable, era un cambio drástico a diferencia de la calidez existente en la habitación donde se encontraba su hija, tan cálida y dormida. Llamó a yuuri, quien seguro estaba expectante de noticias nuevas. 

¿qué quieres? estas no son horas de llamar, ¿lo sabes verdad? — una voz adormilada y notoriamente molesta se escuchó a través del teléfono, al parecer había olvidado sus palabras posteriores.

— perdón por ser tan insistente...supongo. Sarah ya nació hace unos momentos, todo salió de maravilla. 

¿estás llorando?

— claro que estoy llorando, estamos hablando del nacimiento de mi hija. 

claro, es verdad, felicitaciones supongo. — una risa escapó de los labios del peliplata, seguido de un "gracias", — solo dime que no se parece a tí. 

— lástima, es idéntica a mí, cabello plateado y una tez realmente pálida, aunque se parece muchísimo a yuri, tiene unos ojitos tan chiquitos y hermosos. 

ah, da igual, será mejor que tú en todos los sentidos posibles.

— eso lo sé, no sólo por su herencia, por ser ella misma definitivamente va a superar a los mejores patinadores del mundo. —miró el cielo con una sonrisa, buscando la luna, que tímida se escondía entre las nubes. 

¿mejores? de qué carajos hablas, viejo. 

— uno de los mejores, también tiene de tío al mejor del mundo. 

mejor así, como sea, iré mañana por la mañana en horario de visitas. —colgó, dejando a viktor con las palabras en la boca, quien solo se limitó a suspirar con una sonrisa en su rostro y dirigirse hacia su auto, que estaba aparcado en el estacionamiento del hospital. Se había despedido de su pequeña y susurrado palabras en el oído de yuri antes de marcharse, necesitaba un baño caliente para intentar relajarse, fue un día lleno de emociones.

Entonces, tomó un baño caliente antes de poder ir a la cama, misma que sintió vacía sin la compañía de yuri, pensando en su vida como padre y en las emociones que había experimentado aquel día, durmió profundamente.

(...)

  — ah, ¡papá, una estrella fugaz, pide un deseo! 

— no tengo nada por pedir, mis deseos están cumplidos.

— yo deseo que todos sigamos juntos.

(...)

se había quedado dormido, ignorando el despertador por completo. Quería ir lo más temprano posible a visitar a su esposo, con la esperanza de que el mismo haya despertado. Con el estómago vacío, pensando en comprar un café estando en el hospital, salió en dirección a donde mismo, dando acceso con identidad hacia donde se encontraba la habitación de yuri, misma que estaba en una sección más privada, por el mismo motivo de privacidad.

El rumor había salido a la luz al ver a viktor entrar junto yuri al hospital y su salida por la noche sin él, preguntas y más preguntas, teorías de un posible problema de salud; el mundo estaba cubierto de cosas por saber, pero de momento, no estaba en sus planes dar a conocer el nacimiento de su hija, no aún. En la blanca habitación se encontraba una enfermera cambiando el pañal de su pequeña bebé, quien con muecas de disgusto yacía en una mesa especial para ello.

¡Hicimos Historia! Yuri!!! On Ice.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora