capítulo cuarenta y siete: masculinidad frágil.

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el evento había sido pospuesto hasta dentro de dos semanas, donde se había decidido todos participarán una vez más, aunque claro está a nadie le gustó la idea y los nervios habían vuelto, yuri por su parte, sólo se dedicaba a observar a su esposo durante sus entrenamientos. 

en estos momentos, yuri se encontraba en casa y viktor, de regreso después de un agotador día de entrenamiento y entrevistas que le eran realizadas, a su lado en el asiento lo acompañaba un gran ramo de flores color rojas y blancas para su esposo, nunca antes le había regalado flores ni chocolates, nisiquiera en san valentín, ¿entonces por qué no hacerlo sin motivo aparente? un detalle inesperado es una grata sorpresa, además de algo romántico y considerado. 

le pareció una buena idea al hecho de que yuri los últimos días se había hecho cargo de viktor cuando se encontraba exhausto, le llevaba el desayuno a la cama con una sonrisa junto con su no faltante taza de café, preparada al gusto personal de viktor, y es que aún si ambos se cuidaban diariamente en las necesidades del otro, como lo era la equidad y amor existente en su relación, un ramo de flores no causaría más reacción que un sonrojo en las mejillas del azabache, una de las reacciones favoritas de viktor. 

"¿cómo podía ser tan adorable" era lo único que podía pensar viktor. 

llegó a su hogar, colocó el ramo de flores detrás suyo y se dignó a abrir la puerta principal, encontrándose con yuri, quien levantó su mirada y con una sonrisa en su rostro se acercó hacia su esposo.

— bienvenido, cariño —sin pensarlo lo tomó de las mejillas, besando sus belfos sin borrar la sonrisa que se mantenía sobre sus labios— ¿cómo te fue hoy? estuve viendo tu entrevista por la televisión, ¿cómo eres tan guapo? 

— ah, la entrevista, me gustó el trato, pero he de admitir que siempre tienen que poner preguntas íntimas y eso me incomoda bastante, quiero llevar mi vida en silencio y no puedo —suspiró con pesadez, causando una risa en su esposo.

— sabes que los entrevistadores necesitan material para recibir visualizaciones e interés en ello, ya sabes, causar polémica y una posible revelación que dé contenido, es su trabajo después de todo —contestó, dirigiendo su mirada a los pétalos que sobresalían del hombro de su pareja— oh, ¿qué llevas detrás?

— ¡ah! ¿cómo te percataste de ellas? —preguntó con un puchero en forma de reclamo.

— viktor, es un ramo de flores llamativo, tu espalda no es tan amplia, ¿como no lo voy a notar?

— buen punto —colocó la mano con la que sujetaba el ramo frente a él, con una inclinación besando la mano de su marido—, son para tí, mi príncipe.

— ¿para mí? —el esperado sonrojo se hizo presente en las mejillas de yuri, quien rascando su nuca con timidez se señaló a sí mismo—, no...no era necesario, cariño. 

— no lo es, pero no tiene nada de malo traerte un pequeño detalle después de que estuviste solo toda la mañana aquí —se acercó a besar los labios de yuri, quien con nervios seguía sin saber qué decir ante el inesperado regalo—, ¿qué hacías? te ves algo cansado.

— ejercicio —contestó con simpleza, acercando su nariz al ramo de flores, mismo que dejaba un aroma a rosas que a gusto de yuri, era hermoso. El aroma a humedad y pétalos era sensacional—, también le di una pequeña ducha a sarah, lidié para hacerla dormir y bueno, fue suficiente para dejarme agotado.

— me gustaría ingresarla en alguna guardería para que puedas descansar, pero no me genera confianza del todo —yuri negó con la cabeza a lo dicho por su pareja.

— no es necesario, estar con ella me tranquiliza y me hace feliz, no me causa problema alguno, su compañía es hermosa —contestó mientras colocaba el ramo de flores sobre un jarra de cristal con agua—, y como dices, sería separarla crudamente de sus padres con un par de personas desconocidas durante horas, tampoco me genera confianza ponerla en una por su seguridad y apellido.

¡Hicimos Historia! Yuri!!! On Ice.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora