capítulo cincuenta y cinco: little prince.

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una mañana lejos de ser tranquila, viktor y yuri habían sido despertados de su sueño debido a dolores por parte del azabache, quien asustado no supo cómo reaccionar. No tenían lista la maleta del bebé con anticipación, no estaba en sus planes la venida de su hijo una semana antes de lo que sería su nacimiento. 

— tranquilo, ¿sí? ya estoy empacando las cosas —una maleta con ropa a medio acomodar gracias a los nervios existentes en viktor, poco ayudaban las quejas de yuri, quien se encontraba incluso más nervioso que el peliplata. 

— ¿cómo puedes pedirme que me calme, viktor? me duele demasiado, no puedo calmarme, ¿qué pasa si rompo aguas ahora mismo? —los constantes reclamos por parte de yuri le dificultó a viktor concentrarse mientras daba vueltas buscando cosas en el armario y a su vez los llantos de sarah, quien seguro se había asustado por el repentino escándalo que se había formado en su tranquilo hogar. Mientras el azabache hacía ejercicios de respiración y acariciaba los cabellos de su pequeña hija, viktor salió de la habitación, recargando el peso de su cuerpo sobre la pared de la cocina. 

— yurio, yuri me está asustando, cuando está nervioso se comporta tan distinto —había realizado una llamada por teléfono hacia el rubio, como última opción para tranquilizarse. 

¿qué le sucede ahora?

— se despertó mientras tomábamos la siesta con contracciones al parecer, suele tenerlas pero esta vez son más fuertes. 

quizá yuu quiso venir antes, ¿no piensas? —viktor se mantuvo en silencio mientras los nervios en sí aumentaron con rapidez, había estado evitando la posibilidad—, eso suele pasar, pero tu niño no nacería prematuro, quizá completó su desarrollo antes, entendería tu susto si yuu no esté aún en semanas de término pero lo está, vayan al médico —la tranquila voz del rubio era un drástico contraste a comparación de la nerviosa de viktor, cosa que era sorprendente hablando de é. 

— ya lo hice, me dijo que fuéramos una vez las maletas estén listas, si sus dolores empeoran entonces tendríamos que olvidarnos de ello e ir directamente allá. 

¿qué haces llamándome entonces? joder viejo, ve para allá, que puedo escuchar a yuri insultar en japones desde aquí, si así lo quieres iré más tarde para allá. —yuuri colgó la llamada, dejando a viktor con las palabras en la boca antes de regresar a la habitación, tomó las pequeñas maletas en sus manos.

— viktor, acabo de romper bolsa —su temblorosa voz delató lo asustado que se encontraba en esos momentos, ¿qué se suponía debía hacer? no sentía dolor alguno, más el miedo de que pudiese suceder le aterraba por completo. 

— con más razón debemos darnos prisa, las maletas están en el coche, ¿puedes subir por tu cuenta, yuri? —el azabache asintió con la cabeza, caminando fuera de la habitación con ambas piernas separadas y sin hacer grandes movimientos, sabía debía tener cuidado a no perder más líquido amniótico antes de llegar al hospital. Una vez se sentó en el asiento delantero y viktor colocó a sarah sobre el asiento trasero, viktor subió al auto con rapidez, sin prestar gran atención a si había cerrado correctamente la puerta principal. 

un corto trayecto en auto a una velocidad considerablemente rápida, llegaron al hospital, donde unas enfermeras junto con una camilla los atendieron con rapidez, subir las escaleras en esa condición era lo menos indicado en esos momentos. Un médico de turno en la sección de obstetricia los recibió con rapidez y calma, los nervios en yuri lograban la situación estar tensa. 

— primero voy a revisarte y hacer una ecografía para confirmar que nada malo ocurre y su bebé se encuentra en perfectas condiciones —dijo con tranquilidad, un intento decente de lograr que el miedo en yuri se fuese. Observó el monitor con atención una vez los latidos se reflejaron y la ecografía se mostró, suspiró y se puso de pie, llamando a las enfermeras de sección disponibles— el bebé está descendiendo por el canal de parto, es un proceso que no podemos detener, no hay posibilidad de una cesárea, su bebé se encuentra en perfectas condiciones, pero para evitar dejar pasar más tiempo de forma que perjudique a su hijo tendrá que nacer aquí mismo, no se preocupe que está en buenas manos.

— yo no quiero tenerlo de esa forma, me asusta demasiado, ¿en verdad no hay otra opción? —preguntó con lágrimas en sus ojos, la mano de viktor apretó con fuerza la contraria, intentando tranquilizarlo.

— muchas personas viven este proceso a diario desde miles de años y en su mayor parte todo sale bien, casos como el suyo también han sucedido y han sido exitosos, sólo conserve la calma y siga las indicaciones solicitadas. Si así lo quiere su esposo firmará un acceso a epidural para disminuir el dolor que experimentará. —una enfermera se acercó a su lado con intención de tranquilizarlo mientras preparaban lo necesario en la habitación, en cuestión de minutos yuri había sido cambiado a una bata de hospital, viktor permaneció a su lado sin soltar su mano, mismas que se encontraban entrelazadas.

— es un buen consuelo que tome su mano y susurre palabras de apoyo a su esposo, señor nikiforov. Muchos padres al hacerlo descubren la fuerza física que pueden llegar a tener sus esposas cuando en situaciones de esfuerzo se trata, muchas lo hacen para transmitir un poco de dolor al padre y no ser la única que lo sufre —una pequeña risa escapó de una de las enfermeras de cabello rubio una vez dió el dato, causando en viktor una pequeña sonrisa de vuelta.

— yuri es más fuerte que yo en todos los sentidos, así que soy consciente de ello —dijo con calidez, los nervios y emoción afloraron en su pecho mientras acarició con su dedo pulgar la muñeca de su esposo, quien comenzó a seguir instrucciones del médico.

no pasó más de treinta minutos cuando los constantes gritos casi inaudibles y gemidos por parte del azabache terminaron en un profundo suspiro al ser azotado por el cansancio repentinamente. Sintió sus piernas temblar y la mitad de su cuerpo adormecer ante el dolor experimentado. Soltó su mano izquierda de la esquina de la camilla y el agarre con la mano de viktor también. Su respiración agitada y el sonrojo en sus mejillas delató su notorio cansancio, observando a viktor levantarse de su lado para colocarse a un lado del médico, las lágrimas en sus ojos le dificultó el poder admirar la expresión que el rostro de viktor tenía, dejándolo con la duda en sí.

— ¡mira a nuestro príncipe, yuri! es tan precioso, es como tú —cuando la adrenalina y alerta en su cuerpo se fue, dejó caer su cabeza en la almohada después de que su visión se nubló sin previo aviso. Las voces y el llanto de su hijo terminaron por marearlo, el cansancio y sueño se apoderaron de él. 

"por fin terminó", fue lo único que yuri pudo pensar al con su poco alcance disimular la pequeña y rosada silueta en los brazos de viktor, quien también portaba guantes de látex y una bata color azul en su cuerpo. El dolor en su cuerpo se disipó como si de la espuma a la orilla del mar se tratase, se sintió tan ligero, como si todo su peso físico recayera en sus ojos, mismos que se cerraron sin quererlo de esa forma. 

me pregunto qué tipo de cara estará haciendo viktor ahora mismo.

— ¿yuri? —viktor repitió el nombre de su esposo al no recibir respuesta alguno y verle cerrar sus ojos. Cuando las enfermeras tomaron a su bebé para llevarlo a limpiar se acercó con preocupación al azabache. 

— al parecer perdió la conciencia —el médico a cargo revisó el pulso de yuri desde su cuello con tranquilidad, mientras otros médicos ayudantes limpiaban la sangre que había cubierto las blancas sábanas debajo del japonés en un tono rojo vivo—, en muchos partos sucede lo mismo, el cerebro en respuesta al dolor físico experimentado desactiva los sensores de dolor y pone el cuerpo en reposo como autodefensa, pero estará bien, le administramos suero, en unas horas despertará —se acercó a viktor, bajando su cubrebocas desechable y dedicando una sonrisa—, muchas felicidades por su hijo, nikiforov. Es un precioso varón.

— gracias por el servicio —viktor respondió el gesto con una sonrisa, acercándose a la incubadora en la misma habitación donde su bebé había sido puesto después de limpiarlo y cortar su cordón. La sonrisa en su rostro delató la felicidad que recorría su cuerpo en esos momentos, emociones imposibles de explicar con palabras, no podía explicar la felicidad que recorría por sus venas al observar a su bebé ahí, llorando indefenso y desnudo ante su recién llegada a la vida—, te espera una larga vida junto a nosotros, yuu.

bienvenido a casa, hemos esperado impacientes observar tu lindo rostro y conocerte, mi bello príncipe.
















¡Hicimos Historia! Yuri!!! On Ice.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora