#73. Estrés.

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— Sí, esa era la camisa de Avengers que había comprado para el hace poco, y esos son los zapatos que siempre lleva a todas partes. Son sus ropitas. — fue lo que dijo el azabache observando las imágenes, sin pasar más de 6 minutos desde que llegó al lugar.

— Entonces, podemos dar por hecho que definitivamente es su hijo. — Murmuró él señor del departamento de policía, encargado de esa sección.

Yuri suspiró y simplemente agarro sus cabellos en modo de frustración, tratando de calmarse.

— Viktor, ¿estas muy ocupado? — preguntó el azabache atravez del teléfono.

— Sí, lo estoy. ¿por qué? — preguntó de la misma manera el peli plata a su pareja.

— Ya sabemos más o menos dónde está Yuu. — musitó el menor.

— ¿dónde esta? — preguntó rápidamente, algo preocupado.

— Las cámaras de seguridad captaron que ayer una persona traía de la mano a un niño que traía puesto lo mismo que Yuu. Al parecer, ya confirmamos que es él.

Viktor suspiró frustrado.

— Ese es un avancé...— Viktor apretó los puños un poco, desesperado.

— Amor, tranquilo. Todo va a estar bien, lo vamos a encontrar. ¿sí?

— Sí....estoy muy ocupado ahora mismo, en un rato voy para haya. Llámame cualquier cosa, ¿si?

— Sí amor.

— Y, Yuri. Te acabas de recuperar de un parto, no debes de estar tan alterado tan pronto. Esta vez no le hará daño a ningún bebé, pero si a tí mismo. Por favor, no te frustres tanto.

— Trataré, nos vemos al rato.

— Sí, te amo.

Fue lo que dijo antes de cortar la llamada.

El azabache guardó su celular en su bolsillo y simplemente se quedó mirando a la nada.

Era verdad que no podía aveces sentarse de manera correcta o comer bien debido a las incomodidades del parto, desde hace varios días estaba haciendo ejercicios de yoga para tratar de moverse mientras se recupera de su parto.

Que por cierto, fue un embarazo y un parto bastante complicado. Las contracciones que tuvo Yuri antes de todo eran bastante fuertes, Viktor se alteraba por ello todo el tiempo.

Llegaron a decirle que, habían pocas probabilidades de que su hija sobreviviera.

Aveces vomitaba, se sentía mal, su cuerpo estaba extraño, ya saben, los síntomas después de un parto duran al rededor de un mes.

Pero últimamente no dolía tanto como de costumbre, había hecho actividades de yoga últimamente.

Soltó un suspiro y simplemente se sentó en la sala de la oficina de policías, mientras miraba al suelo, todo realmente era bastante confuso para él y estresante.

Podría haber pasado tal vez varias horas cuando la voz de Viktor lo despertó, se había quedado dormido al parecer. Despertó estando en los brazos de Viktor.

— ¿amor?

— Soy yo cariño, vuelve a dormir mi vida. Estamos en casa, te quedaste dormido en la sala de espera y decidí traerte aquí para que descanses un poco. — susurró amoroso el mayor, recostándolo en la cama mientras acaricia su cabello.

— Pero...

— Amor, no podías quedarte ahí en esa posición tan incómoda. — se puso de rodillas frente a la cama, tomando sus manos. — mira, lo único que podemos hacer es tener fe en que nuestro hijo va a aparecer, yo también me siento desesperado y me siento mal, te entiendo completamente amor. — acarició su mejilla.

Yuri lo miró con los ojos llorosos unos momentos, mientras mordía sus labios.

— Tú no te vez muy preocupado. — musitó mirándolo a los ojos.

Viktor simplemente suspiro, agachando la cabeza.

— ¿acaso no te importa que nuestro bebé se haya perdido?

— Por supuesto que me importa. — contestó en un tono de voz seguro y firme.

— ¿entonces por qué no te ves preocupado angustiado? — el azabache empezó a sollozar.

— Por qué no quiero que te sientas peor. Sé perfectamente lo preocupado que estás Yuri, verme llorando, frustrado y dolido creo que sólo va a empeorar el ambiente. Como tu esposo, quiero evitar que todo el peso caiga sobre tus hombros, no me gusta verte tan mal, ¿lo sabes, no? Yo...lo oculto tanto por ti como por Sarah y tu madre, por eso lo hago. — murmuró algo bajo.

¡Hicimos Historia! Yuri!!! On Ice.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora