capítulo cincuenta y ocho: a new eros.

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papá —el pequeño llamó al azabache desde su cama, un puchero se mostró en sus labios—, lo siento mucho.

¿por qué te disculpas, cielo? —preguntó acariciando la suavidad de los cabellos de su hijo, sentado en un borde de la cama con sábanas en estampado del espacio.

— por ocultar que estaba enfermo, es sólo que no quería preocuparlos, estos días han estado tan ocupados que no quise molestar más, no quería hacerlos no dormir otra noche más, debí ser más honesto, terminé por preocuparlos aún más cuando me desmayé.

bueno, en lo último tienes razón —se acomodó al lado de su hijo—, pero debes saber que jamás serás una molestia ni una carga para tu padre y para mí, ¿lo entiendes? eres nuestro preciado hijo, si pasamos la noche contigo para cuidarte es para sentirnos precisamente más tranquilos y estar ahí en todo caso, a la próxima debes decirnos cada que suceda algo, ¿puedes prometerlo por la garrita? 

lo prometo por la garrita, papá. 



  — no estoy acostumbrado a dormir en este tipo de colchones, me duele la espalda. 

—¿en verdad? a mí me fascina, son tan suaves y esponjosos como si durmieras en una nube calentita —viktor estiró su espalda con una sonrisa señal de haber descansado apropiadamente la noche anterior. Sus despeinados cabellos plateados reflejados a la luz que se asoma por la ventana dejó una vista tierna. 

— soy japonés, toda mi vida antes de irme a estudiar al extranjero dormí en un futón japonés, este tipo de colchones no son buenos para la espalda, ni un poco —se quejó. 

my sweet japanese husband has standards (mi dulce esposo japonés tiene estándares) —se acercó al cuerpo contrario, besando la suavidad que poseía la piel desnuda del hombro de su esposo—, tengo hambre, ¿qué hora es?

— ¿me dices a mí que tengo estándares? pero si eres viktor nikiforov, el hombre con el estándar más caro que he conocido, hasta al momento de elegir una marca de agua —dijo en forma de queja, dándose la vuelta para poder besar los labios ajenos—, no es nada temprano, está por ser medio día en realidad. 

— ¿mediodía? ¿en verdad es tan tarde? —observó la hora desde la pantalla de inicio de su celular, que poseía una foto de sarah mostrando su pequeño diente que estaba a nada de salir en una sonrisa—, que de verdad es mediodía, me pregunto si yurio estará despierto.

— yurio no es de despertarse temprano, eso te lo digo de verdad —contestó poniéndose de pie, con intenciones de solicitar el desayuno a su habitación—, otabek es quien suele madrugar, pero imagino que se queda en la habitación hasta que yurio despierte. 

después de solicitar el servicio de comida para ser llevado a su habitación, viktor fue quien descubrió yuuri ya estaba despierto e incluso en la zona de albercas gracias a selfies que subió por instagram, con indignación se dispuso a buscar su bañador preferido entre el cúmulo de ropa en las desordenadas maletas que por pereza no se habían dispuesto a acomodar, minutos más tarde, la familia nikiforov bajó a la planta baja, donde una enorme piscina llenaba el lugar, o había demasiada gente, tan sólo pequeñas familias en grupo, chicas en bikini tomando fotos grupales, mujeres tomando el sol dormidas, quizá al despertar se llevarían la sorpresa de haberse bronceado en exceso bajo un sol tan potente como lo es en california, en una de las mesas con sombrilla, estaba el rubio cubierto hasta los pies de protector solar. 

— ¡yurio! ¿por qué no nos dijiste que ya estaban aquí abajo? eso es cruel, nosotros estábamos esperando tu mensaje. 

— tan bien que la estaba pasando sin ustedes, ¿tenía que avisarles? pues vaya, ¿lo siento? —se encogió de hombros con una sonrisa de burla en su rostro.

¡Hicimos Historia! Yuri!!! On Ice.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora