La luna de miel entre viktor y yuri había finalizado después de una semana entre besos y caricias, una ve más volviendo con su hija a japón, estaban ocupados con las maletas y pendientes que se presentaron después del break, al final de todo hiroko no se había llevado a la pequeña bebé peliplata a japón,la dejó con yuri y otabek el mismo día que ella sola tomó un vuelo. Lo vieron mejor de esa forma, sería más rápido que ella estuviera con sus padres en la misma ciudad en caso de cualquier cosa.
- viktor, ¿dónde están las toallas húmedas? - yuri gritó desde la cama, teniendo a sarah a medio cambiar su pañal.
- en la mesa de noche, creo.
- viktor, ¡es tu hija! no puede darte asco cambiar su pañal.
- ¡no me da asco! ¿cómo puedes pensar eso? están aquí. - viktor entró a la habitación, dándole la bolsa de toallas húmedas. - ya estoy terminando con las maletas. ¿a qué huele?
- ¿tú a qué piensas que huele?
- a todo menos flores. - una sonrisa se formó en los labios de viktor, quien con un profundo suspiro volteó de reojo a la habitación de al frente, donde se encontraban otabek y yuuri.
- últimamente está muy feliz. - yuri sin apartar la mirada de su pequeña, pudo darse cuenta de la mueca de confusión en su esposo. - me refiero a yuri. - sonrió con dulzura, besando la barriga de su hija una vez terminó de cambiar sus pañales.
- eso es espeluznante, tengo mucho miedo. - viktor, con una sonrisa, se encargó de guardar todo lo recién usado en la pañalera que portaba sobre su hombro, después de escuchar una intensa carcajada de parte de yurio desde la otra habitación, seguido de un grito. Ambos fueron a revisar el por qué del grito, encontrándose con una situación particularmente curiosa; otabek al desabrochar el pañal del pequeño luka, le orinó la cara entera. Viktor en acción algo inocente y tonta sólo tapó los ojos de la pequeña, que sin entender nada admiraba la situación en brazos de yuri.
Después de terminar los pendientes y maletas de cada uno, las dos parejas de padres se dirigieron al aeropuerto de barcelona, donde se encontraban, yendo ligeramente tarde en hora pero gracias a prisas y regaños de parte de ambos yuri, fueron puntuales.
- vamos a japón, yeah.
- nuestro vuelo sale en veinte minutos, afortunadamente tomaremos el mismo, así que no tendremos que esperar al otro en el aeropuerto, será más rápido de esta forma.
una vez tomaron el avión, fue inevitable tanto para yuri y yurio caer dormidos al momento en el que el avión se mantuvo en el aire tan sólo unos minutos, quizá de esta forma el tiempo pasaría más rápido para ellos. Otabek leía un libro que solía llevar en sus vuelos, al ser tan largo era el tercer vuelo en el que se encontraba leyendo el mismo, para él esa era la mejor manera de pasar el tiempo más rápido y con calma. Por otro lado, viktor sólo observaba a su pequeña hija, quien se encontraba nerviosa ante los constantes ruidos del avión. En un intento de distraerla del mismo y apartar el puchero amenazante de un posible llanto, empezó a jugar con ella y reproducir programas infantiles que había descargado en su movil teniendo en mente lo difícil que llegaría a ser mantenerla tranquila en un vuelo como lo era ese.
- yuri, despierta.
- siempre interrumpes mis sueños, ¿lo haces a propósito?
- ah, no sé cómo puedes dormir profundamente en un avión, para mí es realmente complicado.
- tengo la increíble habilidad de quedarme dormido sea cual sea la circunstancia y lugar, así que me siento orgulloso de ello. - acarició los cabellos de su hija, quien se encontraba profundamente dormida sobre el pecho de viktor. - ah, que hermosa se ve mientras duerme, transmite tanta calma.
- tiene tu genética.
- ¿eso que tiene que ver?
- también eres lindo mientras duermes. - vikor empezó a reír, causando un sonrojo en el azabache.
- ¿me observas mentras duermo, viktor? - preguntó.
- siempre despierto antes que tu, siempre te duermes antes que yo, por supuesto que lo hago, eres lo primero que veo al despertar. Es lindo despertar de esa forma, sabes. - pasó su brazo al rededor de los hombros de su esposo, con una sonrisa. - no tienes por qué avergonzarte.
- b...basta. - yuri ocultó su rostro entre sus manos, jamás se cuestionó el cómo se veía mientras dormía y podía suponer que no de lo mejor. ¿qué tal si babea? ¿o si ronca? nadie puede llegar a verse como un príncipe mientras duerme, eso a pensamientos del azabache.
El tiempó pasó y su vuelo dió por finalizado antes de que pudiesen percatarse de ello. Habían llegado una vez más a japón, esta vez siendo esperados en el aeropuerto por la madre de yuri, quien los recogería y llevaría en dirección al hotel. Sería más sencillo y práctico de esa forma, en lugar de quedarse de pie frente la entrada del aeropuerto en espera de un taxi lo suficientemente amplio como para cargar la infinidad de maletas que cargaban cada pareja. Llegando al hotel, no quedaba demasiado tiempo para el vuelo de viktor, mismo que sería directo, pero quería hacer una escala a japón al comprar el vuelo de esta forma, quería asegurarse de que el vuelo de yuri y sarah fuese seguro, quería despedirse en general. Yuuri y otabek decidieron no participar en la competencia de ese año de la misma forma que yuri, por recuperación y pasar tiempo con sus recién llegados pequeños, consideraban más importante el dedicarles tiempo antes de cualquier cosa, resaltando que no contaban con nadie en quién dejar a cargo a sus bebés, no querían saturar a la madre de yuri, quien ya se encarga de un hotel e instalaciones, suficiente trabajo.
- en verdad los voy a extrañar. - viktor, con maletas en mano frente el aeropuerto de la pequeña ciudad y un puchero en sus labios, observó a su esposo, quien sostenía a sarah en brazos.
- deja de exagerar, yo me quedaré aquí y mientras tanto, le enseñaré a tu cerdito cómo hacer perfectos algunos saltos, pero no lo suficiente para que gane el oro.
- cuento contigo, elastic-meow.
- toma tu vuelo de una maldita vez.
- tienes razón, voy tarde. - se dirigió a yuri, tomándolo de los hombros con una sonrisa. - no olvides lo que prometimos. - se acercó al rostro de su esposo para disponerse a besar sus labios, antes de besar la cabeza y mejillas de su hija.
- ¿por qué tiene que hacer eso en público? ganas no me faltan de llevar un letrero que diga "no vengo con ellos" cada que salimos juntos, en verdad me da vergüenza. - el rubio fue completamente ignorado por la pareja, quienes seguían en un abrazo susurrándose palabras el uno al otro.
- si no vuelves con oro, olvídate de nuestro matrimonio, nikiforov.
- no podrías vivir sin mí más de un año.
- tú tampoco. - touché.
Después de una alargada despedida en cada uno, viktor tomó su vuelo, sintiéndose en parte forzado a hacerlo. Quería quedarse con su familia, quería pasar tiempo con su hija y molestar a yurio cada que se diera la ocasión, pero en ocasiones debía sacrificar pequeños momentos importantes para mantener otros en pie, como lo es su carrera, su pasión. Y con lágrimas en los ojos, fue despedido por su familia, aún si intentaba contener sus lágrimas, en el fondo de su corazón, le dolía la distancia.
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¡Hicimos Historia! Yuri!!! On Ice.
Fiksi Penggemardespués del Grand Pix Final, yuuri y viktor decidieron formalizar su relación en privado, entre sus planes a futuro y el proceso de aprender a amarse el uno al otro, no contaron con la inesperada noticia que recibirían, y cambiaría su vida por compl...