capítulo cuarenta y nueve: de ágape a eros.

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— no soporto los hospitales, me generan una sensación de inseguridad increíble, además de ser tan aburrido y ese insoportable olor a medicina por todas partes —yuri estiró su espalda entre una queja dirigida a su esposo, quien con una sonrisa en su rostro le ayudó a cargar sus maletas. Yuri había sido dado de alta después de un día más estando ahí, había salido de la etapa riesgosa, siendo mandado ahora en completo reposo y descanso emocional.

— también lo odio, más de lo que crees —contestó entre un susurro viktor, besando la nariz de su esposo— pero me da igual cuántas horas deba permanecer ahí si es con tal de saber sobre tí lo antes posible. —en realidad, su única finalidad era transmitir fuerza con su presencia cercana a la suya. Por que incluso sin ser consciente de ello, el vínculo existente en ellos era más fuerte que cualquier otra cosa admirada con anterioridad. Estaban juntos en cuerpo y alma, en vida y amor, tan difícil de explicar que no alcanzan palabras algunas para hacerlo, por que los sentimientos se sienten con el alma y se demuestran de una forma que solo el otro puede comprender, la gramática humana se queda corta ante tal inmensidad. No quería alejarse de yuri en ningún momento para hacerle saber que estaba ahí, pensando en él, unidos por un angosto hilo transparente el cual no pueden romper con facilidad. 

tampoco piensan hacerlo. 

— gracias por mantenerte al tanto de nosotros, vitya —yuri tomó las mejillas de su pareja, y entre un puchero besó sus labios—, mi pobre esposo debió estar tan asustado —viktor se mantuvo en silencio, antes de entre lágrimas corresponder el abrazo como si de un niño encontrando consuelo en los brazos de su madre se tratase. 

— estaba muy asustado, yuri. 

— ¿por qué te asustas tanto cuando estamos en el hospital? comprendo los nervios y entendería tu reacción si se tratase de mí, pero, tú eres distinto a mí, sueles mantener tu cabeza fresca cuando de estas cosas se tratan —acarició los plateados cabellos de viktor, mientras la cabeza del mismo yacía sobre su hombro, oculto entre el hueco de su cuello, siendo capaz de sentir el aroma que emana. 

— cosas que pasaron y supongo que hasta hoy en día me atormentan —contestó, levantando su cabeza y acariciando las mejillas de yuri, quien le miraba con preocupación en su rostro—, no me mires así, estoy bien, estás bien, es preferible centrarnos en eso —rompió el abrazo, con  intenciones de dirigirse hacia la puerta de la habitación.

— viktor —tomó su mano una vez más, mirando sus ojos con atención—, en la vida aprendemos cosas mediante experiencias, ¿no es así? nos suceden cosas que no queremos por que nos van a enseñar algo, la vida es como un videojuego, pero en este caso mientras más experiencia tienes más comprenderás el mundo, mejor lidiarás con varios problemas, dudo que la vida te rompa dos veces con lo mismo, cariño. No puedes confiar en el miedo, no puedes vivir con miedo —entrelazo su mano junto con la de él, observando el juego de anillos de matrimonio que compartían ambos, antes de besar el anillo presente en el dedo de viktor— mírame, yo estoy aquí, de pie y sano, nuestro bebé de momento se encuentra bien, sarah también está saludable, ¿no piensas que nuestra vida es hermosa? —las lágrimas en el rostro de viktor comenzaron a caer sin previo aviso, por lo que yuri lo tomó entre sus brazos una vez más y ocultó la cabeza contraria sobre su hombro, por que sabía lo mucho que viktor odiaba llorar frente suyo. 

unos momentos más tarde después de que las lágrimas de viktor cesaran, ambos bajaron a la primera planta del hospital en dirección al estacionamiento, donde se encontraba su auto. En el camino, viktor de cierto modo se sentía más relajado que con anterioridad, como si un enorme peso hubiese sido quitado de su espalda, mientras la rojez en sus ojos era testigo del reciente llanto.

¡Hicimos Historia! Yuri!!! On Ice.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora