—Perdón, ¿tengo concertada una cita con usted?
Digna y corpulenta, los espejuelos en la mano, está la anciana señora ante un libro mayor abierto, sobre el que se encuentra acurrucado un gato negro. Sonriendo afablemente mira a Pierre através de los espejuelos.
—Desde luego, señor.
—Entonces, ¿me puede decir que estoy haciendo aquí? —prosigue Pierre, acaricia al gato, el cual se estira y arrima
—¡Régulus! —amonesta la dama al gato—. ¿Quieres dejar en paz al señor?
Sonriendo, Pierre toma al gato en brazos, mientras la dama continúa.
—No lo detendré más rato, señor. Lo necesito para una pequeña formalidad del Registro Civil.
La sonora voz de Tyger llenaba el aula. Hoy, excepcionalmente, no había escogido a Lovell para la lectura, ni a otro escritor inglés, sino el guión de Jean-Paul Sartre para su primera película. La suerte está echada.
El libro de la traducción al inglés del filósofo y escritor francés que Tyger tenía en la mano parecía viejo y manoseado.
Me costaba trabajo concentrarme, pero cuanto más tiempo leía Tyger, más me atraía el texto. El protagonista Pierre Dumaine era un revolucionario francés nacido en 1912, el cual fallecía a la misma hora en que una señora de alta sociedad moría asesinada. Sin embargo, hasta ahora Pierre no conocía a su compañera de sufrimiento, pero sabía que ya no estaba entre los vivos. Una misteriosa voz proveniente de la nada lo había conducido a un callejón sin salida de nombre Laguénésie. Ahora se encontraba allí, en la trastienda de un pequeño negocio, y hablando con una señora mayor. Estaba sentada ante un escritorio y hojeaba un libro abierto.
Da, da , di, di, do, du... prosiguió Tyger la lectura, luego dio un trago a suté, por lo cual elevó la voz un par de octavas y, en efecto, sonó como una respetable dama anciana.
—Dumaine, aquí lo tenemos... ¿nacido en 1912?
—Junio de 1912, sí...
—¿Usted era capataz en la fundición de Amberes?
—Sí.
—¿Y esta mañana a las diez treinta y cinco ha sido muerto?
Ahora Pierre se inclina, apoyándose en la mesa con las manos, y observa a la anciana señora como aturdido. El gato salta de su hombro al libro mayor
—¿Asesinado? —profiere Pierre, incrédulo.
La anciana dama se lo confirma amorosamente. Pierre se endereza y suelta una carcajada.
—Entonces, pues, es... Eso es... Estoy muerto.
Calla su risa de inmediato y, casi risueño, quiere saber.
—¿Y quién me ha matado?
—Un segundo, por favor...
Con los espejuelos, aparta al gato del libro mayor.
—¡Fuera, Régulus! Estás sobre el nombre del asesino.
Luego descifra lo asentado en el libro mayor.
—Ajá. Usted ha sido asesinado por Lucien Derjeu.
Con las últimas palabras, y también con esfuerzo, solo puede transformar en una tos el asustado sonido que se me pegó en la garganta. Tyger se dio cuenta, divertido, mientras Suse me daba un golpecito por debajo de la mesa y Sebastián se dio vuelta tras una mirada corta y azorada. Mis amigos, a todas vistas, se extrañaron, igual que yo, con el nombre del asesino.
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Lucian (TERMINADA)
Teen FictionUna joven se enamora de un hombre que parece ser un vagabundo, y están unidos por algo: él es su ángel guardián, pero no recuerda nada porque padece amnesia. Lo único que sabe es que cada sueño que Lucian tiene sobre Rebecca, se hace realidad...