Capitulo 25 2/2

1.2K 23 0
                                    

Luego en el horario llegó historia americana, a la que Suzy, muy a pesar suyo, no asistió porque tenía una entrevista con el presidente del alumnado; con todo, me mostró donde se encontraba el aula, que de nuevo se hallaba en otro sitio del predio, como a cinco minutos antes que concluyera la clase.

El profesor, un individuo flaco de cabello desordenado, fue ignorado persistentemente por los alumnos. Me coloqué en la última fila, junto a un tipo con peinado punk, quien en este día, por primera vez, me soltó cierta risita. En una camiseta sin mangas se leía la recomendación de No se te ocurra hablarme. El tema de la clase fue la guerra de Independencia de Estados Unidos y, mientras mis compañeros cayeron en una especie de coma, traté con todas mis fuerzas en concentrarme en la vocecita de pío de mi maestro, quien captó eufóricamente mi interés.

En el recreo de mediodía, Suzy me atrapó de nuevo y me llevó con ella para presentarme a sus amigas. Granizaron preguntas:

—¡Di algo en alemán!

—¿Por qué viniste?

—¿Te gusta Los Ángeles?

—¿Cuáles son tus bandas favoritas?

—¿En Alemania se puede beber alcohol a los dieciséis años?

—¿Fumas?

—¿Tienen clubes? ¿Discos?

—¿Tienes un amigo?

—¿Traerás mañana fotos de Alemania?

No, pensé, porque mañana ya no regresaré. ¡Fin del camino! Tomaré la última clase y, entonces, ¡adiós, Pali High!

La última clase fue inglés. Tuvo lugar en un salón con buena iluminación y cuidado, con paredes recién pintadas y cuya brillante mesa de madera parecía acabada de comprar.

Suzy me llevó consigo a un lugar junto a la ventana, charló del concierto de Mando-Diao que tendría lugar la siguiente semana en el Hollywood

Bowl y de la posibilidad de conseguir una entrada para mí, cuando desde la cátedra se escuchó un suave carraspeo y luego un cuchicheo de gente fastidiada. A continuación, silencio absoluto en la sala. Era como si alguien, con el control remoto, hubiera bajado el volumen de un aparato de música. Suzy calló en medio de la frase y miró, como todos, al lugar del maestro, al que también yo dirigí la mirada. Me quedé sin aliento.

—¿Qué es esto? —masculló Suzy, irritada—. ¿Quién es este?

Esa pregunta podría haberla respondido yo si hubiera tenido la capacidad de hablar.

El hombretón de traje gris de lino que ahora colocaba una taza de vaporoso té sobre la mesa era Morton Tyger.

Continuara...

Lucian (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora