La huida de la Señora Gorda

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Narradora pensativa 🤔:

En muy poco tiempo, la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras se convierten en la favorita de la mayoría. Sólo Draco Malfoy y su banda de Slytherin critican al profesor Lupin:

Draco: Mira cómo lleva la túnica—dice murmurando alto cuando pasa el profesor—. Viste como nuestro antiguo elfo doméstico.

Pero a nadie más le interesa que la túnica del profesor Lupin esté remendada y raída. Sus siguientes clases van sido tan interesantes como la primera. Después de los boggarts empiezan a estudiar a los gorros rojos, unas criaturas pequeñas y desagradables, parecidas a los duendes, que se esconden en cualquier sitio en el que ha habido derramamiento de sangre, en las mazmorras de los castillos, en los agujeros de las bombas de los campos de batalla, para dar una paliza a los que se extraviaban. De los gorros rojos pasan a los kappas, unos repugnantes moradores del agua que parecían monos con escamas y con dedos palmeados, y que disfrutan estrangulando a los que ignorantes que cruzan sus estanques.

Harry quiere que sus otras clases sean igual de entretenidas. La
peor de todas es Pociones. Snape esta aquellos días especialmente
propenso a la revancha y todos saben por qué. La historia del boggart que ha adoptado la forma de Snape y el modo en que lo había dejado Neville, con el atuendo de su abuela, se ha extendido por todo el colegio. Snape no le encuentra divertido. A la primera mención del profesor Lupin, aparece en sus ojos una expresión amenazadora. A Neville lo acosa más que nunca.

Harry también aborrece las horas que pasa en la agobiante sala de la torre norte de la profesora Trelawney, descifrando símbolos y formas confusas, procurando olvidar que los ojos de la profesora Trelawney se llenan de lágrimas cada vez que lo mira. No le puede gustar la profesora Trelawney, por más que unos cuantos de la clase la trata con un respeto que rayaba en la reverencia. Parvati Patil y Lavender Brown han adoptado la costumbre de rondar la sala de la torre de la profesora Trelawney a la hora de la comida, y siempre regresan con un aire de superioridad que resulta enojoso, como si supieran cosas que los demás ignoran. Han comenzado a hablarle a Harry en susurros, como si se encontrara en su lecho de muerte.

A nadie le gusta realmente la asignatura sobre Cuidado de Criaturas
Mágicas, que después de la primera clase tan movida se había convertido en
algo extremadamente aburrido. Hagrid ha perdido la confianza. Ahora pasa lección tras lección aprendiendo a cuidar a los gusarajos, que tiene que contarse entre las más aburridas criaturas del universo.

Ron: ¿Por qué alguien se preocuparía de cuidarlos? —pregunta tras pasar otra hora embutiendo las viscosas gargantas de los gusarajos con
lechuga cortada en tiras.

A comienzos de octubre, sin embargo, hay otra cosa que mantiene ocupado a Harry, algo tan divertido que compensa la insatisfacción de algunas clases. Se aproxima la temporada de quidditch y Oliver Wood, capitán del equipo de Gryffindor; convoca una reunión un jueves por la tarde para discutir las tácticas de la nueva temporada.

Narra Harry:

____ y yo vamos en camino a la reunión que convocó Wood.

Wood: Es nuestra última oportunidad..., mi última oportunidad... de ganar la
copa de quidditch —nos dice , paseándose con paso firme delante de nosotros—. Me marcharé al final de este curso, no volveré a tener otra oportunidad. Gryffindor no ha ganado ni una vez en los últimos siete años. De acuerdo, hemos tenido una suerte horrible: heridos..., cancelación del torneo el curso pasado... — traga saliva, como si el recuerdo aún le pone un nudo en la garganta—. Pero también sabemos que contamos con el mejor... equipo... de este... colegio —añade, golpeándose la palma de una mano con el puño de la otra y con el conocido brillo frenético en los ojos—. Contamos con tres cazadoras estupendas. —Wood señaló a ____, Angelina y Katie —. Tenemos dos golpeadores invencibles.

Siempre a tu lado (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora