Siempre a tu lado (Harry Potter y tu)

La recompensa de Dobby

Narra Harry:

Hay un momento de silencio cuando ___, Ron, Ginny y Lockhart y yo aparecemos en la puerta, llenos de barro, suciedad y, en mi caso con sangre. Luego alguien grita:

Xx: ¡Ginny!

Es la señora Weasley, que esta llorando delante de la chimenea. Se pone en pie de un salto, seguida por su marido, y se abalanzaron sobre su hija, sin embargo, miro detrás de ellos. El profesor Dumbledore esta ante la repisa de la chimenea, sonriendo, junto a la profesora McGonagall, que respira con dificultad y se llevaba una mano al pecho. Fawkes pasó zumbando cerca de ____ para posarse en el hombro de Dumbledore. Sin apenas darse cuenta, ____,Ron y yo nos encontramos atrapados en el abrazo de la señora Weasley.

Sra. Weasley: ¡La han salvado! ¡La han salvado! ¿Cómo lo hicieron?

McGonagall: Creo que a todos nos encantaría enterarnos —dice con un hilo de voz.

La señora Weasley me suelta, que duda un instante, luego me acerco a la mesa y depósito encima el Sombrero Seleccionador, la espada con rubíes incrustados y lo me quedo del diario de Ryddle.

Empiezo a contar todo, con ayuda de ___, claro. Hablamos durante casi un cuarto de hora, mientras los demás nos escuchan absortos y en silencio. Contamos lo de la voz que no sale de ningún sitio; que Hermione había comprendido que lo que nosotros oíamos era un basilisco que se movía por las tuberías; ___, Ron y yo seguimos a las arañas por el bosque; que Aragog les había dicho dónde había matado a su víctima el basilisco; que habíamos adivinado que Myrtle la Llorona había sido la víctima, y que la entrada a la Cámara de los Secretos podía encontrarse en los aseos...

McGonagall: Muy bien —señal1, cuando ___ hace una pausa—, así que averiguaron dónde estaba la entrada, quebrantando un centenar de normas, añadiría yo. Pero ¿cómo demonios conseguisteis salir con vida, Potter y Salvatore?

Así que ___, que tiene la voz ronca de tanto hablar, les relata la oportuna llegada de Fawkes y del Sombrero Seleccionador, que me proporcionó la espada. Pero luego titubea. Ha evitado hablar sobre la relación entre el diario de Ryddle y Ginny. Ginny está apoyando la cabeza en el hombro de su madre, y sigue derramando silenciosas lágrimas por las mejillas. ¿Y si la expulsan?, pienso aterrorizado. El diario de Ryddle no serviré ya como prueba, pues había quedado inservible... ¿cómo puede demostrar que era el causante de todo?

Instintivamente, Harry miró a Dumbledore, y éste esbozó una leve sonrisa. La hoguera de la chimenea hace brillar sus lentes de media luna.

Dumbledore: Lo que más me intriga —dice amablemente—, es cómo se las arregló lord Voldemort para embrujar a Ginny, cuando mis fuentes me indican que actualmente se halla oculto en los bosques de Albania.

Me siento maravillosamente aliviado.

Sr. Weasley: ¿Qué... qué? —pregunta con voz atónita—. ¿Sabe qui-quién? ¿Ginny embrujada? Pero Ginny no ha... Ginny no ha sido... ¿verdad?

Harry: Fue el diario —digo inmediatamente, tomándolo y se lo enseño a Dumbledore—. Ryddle lo escribió cuando tenía dieciséis años.

Dumbledore toma el diario que sostengo y examina minuciosamente sus páginas quemadas y mojadas.

Dumbledore: Soberbio —dice con suavidad—. Por supuesto, él ha sido probablemente el alumno más inteligente que ha tenido nunca Hogwarts. —Se vuelve hacia los Weasley, que lo miran perplejos—. Muy pocos saben que lord Voldemort se llamó antes Tom Ryddle. Yo mismo le di clase, hace cincuenta años, en Hogwarts. Desapareció tras abandonar el colegio... Recorrió el mundo..., profundizó en las Artes Oscuras, tuvo trato con los peores de entre los nuestros, acometió peligros, transformaciones mágicas, hasta tal punto que cuando resurgió como lord Voldemort resultaba irreconocible. Prácticamente nadie relacionó a lord Voldemort con el muchacho inteligente y encantador que recibió aquí el Premio Anual.