Siempre a tu lado (Harry Potter y tu)

2ºTemporada: El peor cumpleaños.

Narradora Fénix:

No es la primera vez que en el número 4 de Privet Drive estalla una discusión durante el desayuno. A primera hora de la mañana, ha despertado el señor Vernon Dursley un sonoro ulular procedente del dormitorio de su sobrino Harry.

Vernon: ¡Es la tercera vez esta semana! —se queja, sentado a la mesa—. ¡Si no puedes dominar a esa lechuza, va a tener que irse a otra parte!

Harry intenta explicarle una vez más.

Harry: Es que se aburre. Está acostumbrada a dar una vuelta por ahí. Si pudiera dejarla salir aunque sólo fuera de noche...

Vernon: ¿Acaso tengo cara de idiota? —gruñe—. Ya sé lo que podría ocurrir si saliera la lechuza.

Cambia una mirada sombría con su esposa, Petunia. Harry quiere seguir discutiendo, pero un eructo estruendoso y prolongado de Dudley.

Dudley: ¡Quiero más beicon!

Petunia: Queda más en la sartén, ricura —dice, volviendo sus ojos a su robusto hijo—. Tenemos que alimentarte bien mientras podamos... No me gusta la pinta que tiene la comida del colegio...

Vernon: No digas tonterías, Petunia, yo nunca pasé hambre en Smeltings —dice con énfasis—. Dudley come lo suficiente, ¿verdad que sí, hijo?

Dudley, que está tan gordo que el trasero le cuelga por los lados de la silla, hace una mueca y se vuelve hacia Harry.

Dudley: Pásame la sartén.

Harry: Se te han olvidado las palabras mágicas —repone de mal talante.

El efecto que esta simple frase produce en la familia fue increíble: Dudley ahoga un grito y se cae de la silla con un batacazo que sucede en la cocina entera; la señora Dursley profirie un débil alarido y se tapa la boca con las manos, y el señor Dursley se pone de pie de un salto, con las venas de las sienes palpitándole.

Harry: ¡Me refería a «por favor»! —dice inmediatamente—. No me refería a...

Vernon: ¿QUÉ TE HE DICHO—brama, rociando saliva por toda la mesa— ACERCA DE PRONUNCIAR LA PALABRA CON «M» EN ESTA CASA?

Harry: Pero yo...

Vernon: ¡CÓMO TE ATREVES A ASUSTAR A DUDLEY! —dice furioso, golpeando la mesa con el puño.

Harry: Yo sólo...

Vernon: ¡TE LO ADVERTÍ! ¡BAJO ESTE TECHO NO TOLERARÉ NINGUNA MENCIÓN A TU ANORMALIDAD!

Harry mira el rostro encarnado de su tío y la cara pálida de su tía, que trataba de levantar a Dudley del suelo.

Harry: De acuerdo —dice—, de acuerdo...

Tío Vernon vuelve a sentarse, resoplando como un rinoceronte al que le faltara el aire y vigilando estrechamente a Harry por el rabillo de sus ojos pequeños y penetrantes.

Desde que Harry ha vuelto a casa para pasar las vacaciones de verano,
tío Vernon lo ha tratado como si fuera una bomba que puede estallar en cualquier momento; porque Harry no es un muchacho normal. De hecho, no puede ser menos normal de lo que es.

Harry Potter es un mago..., un mago que acaba de terminar el primer curso en el Colegio Hogwarts de Magia. Y si a los Dursley no les gustaba que Harry pase con ellos las vacaciones, su desagrado no era nada comparado con el de su sobrino.

Narra Harry:

Los Dursley ni siquiera se han acordado de que hoy cumplo doce años. No es que tenga muchas esperanzas, porque nunca me han hecho un regalo como Dios manda, y no se diga de una tarta... Pero de ahí a olvidarse completamente...