Gilderoy Lockhart

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Narradora enfermita 😷:

Al día siguiente, sin embargo, Harry apenas sonríe ni una vez. Las cosas van de mal en peor desde el desayuno en el Gran Salón. Bajo el techo encantado, que aquel día está de un triste color gris, las cuatro grandes mesas corresponden a las cuatro casas están repletas de soperas con gachas de avena, fuentes de arenques ahumados, montones de tostadas y platos con huevos y beicon. Harry y Ron se sentaron en la mesa de Gryffindor junto a Hermione, que tenía su ejemplar de Viajes con los vampiros abierto y apoyado contra una taza de leche.

Hermione: Buenos días—dice fríamente

___: Sigue enojada—le susurra—ayer ella noche me regaño por qué imponerme a la de el carro.

Neville: El correo llegará en cualquier momento —comenta—; supongo que mi abuela me enviará las cosas que me he olvidado.

Un centenar de lechuzas penetran con gran estrépito en la sala, volando sobre sus cabezas, dando vueltas por la estancia y dejan caer cartas y paquetes sobre la alborotada multitud. Un gran paquete de forma irregular rebota en la cabeza de Neville, y un segundo después, una cosa gris cae sobre la taza de Hermione, salpicando a todos de leche y plumas.

Ron: ¡Errol! —dice, sacando por las patas a la empapada lechuza. Errol se desplomó, sin sentido, sobre la mesa, con las patas hacia arriba y un sobre rojo y mojado en el pico.

Ron: ¡No. ..! —exclama.

Hermione: No te preocupes, no está muerto —dice, tocando a Errol con la punta del dedo.

Ron:No es por eso... sino por esto.

Ron enseña el sobre rojo. A Harry no le parecía que tuviera nada de particular, pero Ron y Neville lo miran como si puede estallar en cualquier momento.

Harry: ¿Qué pasa? —pregunta.

Ron: Me han enviado un vociferador —dice con un hilo de voz.

Neville: Será mejor que lo abras, Ron —dice, en un tímido susurro—. Si no la abres, será peor. Mi abuela una vez me envió uno, pero no lo abrí y...—traga saliva— fue horrible.

Harry: ¿Qué es un vociferador?—dice.

___: Ya lo verás—dice tapándose los oídos— yo que tú me tapaba los oídos que el show va a comenzar.

Ron fija toda su atención en la carta, que ha empezado a humear por las esquinas.

Neville:: Ábrela —urgió—. Será cuestión de unos minutos.

Ron alargó una mano temblorosa, le quitó a Errol el sobre del pico con mucho cuidado y lo abrió. Neville se tapó los oídos con los dedos. Harry no comprende por qué lo ha hecho hasta una fracción de segundo después. Por un momento, cree que el sobre ha estallado; en el salón se escucha un bramido tan potente que desprendió polvo del techo.

Sra. Weasley: ¡RONALD WEASLEY, COMO PUDISTE ROBAR EL AUTO, ESTOY VERDADERAMENTE ENOJADA; AHORA TÚ PADRE ESTÁ EN UN AVERIGUACIÓN Y TODO ES POR TU CULPA, SI VUELVES HACER ALGO MALO DE NUEVO; TE REGRESARE A CASA—el vociferando voltea a Ginny— GINNY QUERIDA ESTAMOS ORGULLOSOS DE ALLAS ENTRADO A GRYFFINDOR. —el vociferador le escupe a Ron.

Se hizo un silencio en el que resonan aún las palabras de la carta. El sobre rojo, que ha caído al suelo, arde y se convierte en cenizas. Harry, Ron y ___ se quedan aturdidos, como si un maremoto les haya pasado por encima. Algunos se ríen y, poco a poco, el habitual alboroto retornó al salón.

Siempre a tu lado (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora