Capitulo 1

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La alarma de mi celular suena a las seis y media. 

Solo una palabra se me cruza por la cabeza:

Sueño.

Bueno, en realidad se me cruzan muchísimas palabras por mi cabeza. Es el primer día de clases de mi último año en secundario. El año que sigue estaré comenzando una carrera universitaria o yendo a trabajar. 

Ya estoy preparada para empezar el año que viene, pero debo afrontar este año primero. Las cosas a su tiempo.

Algo cansada, me levanto de mi cama y me estiro. No recuerdo a la hora que me acosté, pero recuerdo que no fue muy tarde. Voy a extrañar levantarme al mediodía como hacía en verano, o irme a la casa de mi mejor amiga, Cristal, a ver el amanecer desde su terraza. 

Sin ánimos me pongo el uniforme y me peino un poco. No me gusta usar maquillaje así que lo ignoro y agarro mi mochila para bajar a desayunar.

- Buenos días, Alexa - me saluda papá una vez que llego a la cocina. 

- Hola...- llego a responder antes de tomar mi jugo de naranja. Estaba muy sedienta. Además, no me gusta salir de casa con el estómago vacío.

- Vamos apurando que no vas a llegar al colegio, nena.

Esa es mi hermana. Carola. Insoportable y presumida Carola.

- Callate Carlos- le digo a mi hermana en un bufido. La segunda peor cosa de las mañanas es escuchar que me apuran. La primera es mi hermana.

Mientras termino de comer mi tostada, mamá llega desde su habitación y luego de saludarnos, se sienta a comer conmigo. 

- Otra vez primer día de clases - dice Carola - siento que no se terminará más.

Carola ya tiene 20 años. Debería estar viviendo en otra casa, con su novio o con sus amigas. No debería de estar despierta a esta hora a punto de llevarme al colegio, solamente con la excusa de ver cómo quedó el viejo edifico desde que ella egresó. Todo ese plan lo armó para ver a sus viejas amigas que repitieron de curso, las cuales mamá le prohibió ver porque las consideraba unas "ignorantes" solo por no tener ganas de estudiar.

Sé que no es normal que tus padres te prohíban ver a tus amigas, pero mamá es un caso aparte. A veces resulta insoportable.

- Carola...- empieza mamá- a Alexa solamente le queda este año para empezar una vida de mujer adulta, con trabajos y responsabilidades muy grandes como criarse sola, respetarse, llevar el dinero a su propia casa, tener un auto...

Y así empezó mamá a anunciar las enormes responsabilidades que tendré el siguiente año (las cuales le faltan a Carola ya que todavía vive en casa, mamá y papá la alimentan y ella solo trabaja 6 horas por día para ganar dinero para irse de fiesta con sus amigos y, si tiene suerte, dormir en la casa de su novio y obsequiarle algo). Me resulta injusto que me presionen así, cuando su hija mayor mira el techo.

- Bueno, vamos saliendo - dice papá que estaba preparado para salir de casa, con su asqueroso traje de viejo puesto y su pequeño y absurdo maletín colgando de su mano izquierda. 

Sí, no me parece para nada atractiva la ropa que lleva papá a su trabajo. 

Salí de casa seguida de Caro, despedida de mamá con un beso y un "suerte y no te olvides de prestar atención en clase".

El trayecto fue aburrido como siempre. Fue el típico pensar en "con quién me sentaré en clase" o "qué profesores tendré". 

Pero yo ya soy una mujer y ya soporto cualquier cosa. Nada es mucho para mi. 

O eso creía.

Llegamos a la escuela a las 7:10. Gracias a mi hermana, llegué temprano.

Bajé del auto con Caro y papá me despidió con un beso y otro "mucha suerte, compórtate como señorita".

Carola se fue de inmediato con sus viejas amigas que están en otro curso diferente al mío, pero en el mismo año. Me preocupa ver que no les interesa nada aprobar las materias que tienen pendientes.

Empecé a caminar por el patio del colegio buscando a mis amigas, y allá estaba Mason.

- Hey - digo saludándolo.

- Hola Alexa - dice Mason dándome un beso en la mejilla - ¿qué tal el verano?

Pienso en el verano.

- Aburrido - respondo. Era verdad. Lo único que hice fue practicar para los torneos de natación. - ¿Y vos?

- Relajado. Un poco de Brasil no le hace mal a nadie - dice mostrando una sonrisa.

Mason es más alto que yo. Tiene lentes, ojos claros y pelo negro. Pero es igual de inmaduro que mis otros compañeros de clase.

- ¡ALEXANDRA! - grita la conocida voz de Cristal.

Me doy vuelta y me la encuentro corriendo hacia mi.

- ¡Hey, Cris! ¡Hola de nuevo! - dice Mason.

Ella se abalanza sobre mí y me da un gran abrazo. Le devuelvo el abrazo y la miro. Lleva el pelo corto y rojo, pero siempre con su clásica vincha de rombos tirando sus pelos hacia atrás.

- ¿Cómo estás? - le digo sonriendo. Mason va a saludar a los otros chicos.

- Bien - dice acomodándose la mochila, símbolo de nerviosismo - algo nerviosa.

La miro extrañada y ella comprende que no entiendo a lo que se refiere.

- Alexa, vendrá el nuevo profesor de historia - dice -, es James "malote" Wilson.

¿Nombre más clásico no le querían poner sus padres? James Wilson suena a bebé de dos años que no sabe abrir los ojos por su propia cuenta. Qué aburrida es la rutina. Quisiera estar en Brasil, tal como dijo Mason.

- ¿Y qué? - digo sin terminar de entender -, ese James "malote" no se quién nunca puso un pie en esta escuela.

- James es un hombre mayor... - dice.

¡GUÁCALA! ¡Un hombre mayor! 

- ...O eso dicen - termina su frase.

- Debe ser un anciano - respondo y en ese momento suena el timbre para ir a nuestras nuevas aulas. 

Empiezo a caminar con Cristal y veo a un tipo ahí parado. De ropa formal, pero no alta costura. Unos 35 años tendría. Algo guapo, bastante diría yo. 

Cristal se da cuenta de que lo estoy observando, por lo que se asoma y decide echar un vistazo. 

- ¿Y ese? - me pregunta. Levanto los hombros en gesto de duda. No tengo idea de quién es, pero me gustaría saberlo. Tiene una mirada atractiva.

Pero lo veo charlando con la directora.

Casi era mío.

Casi.

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