Capitulo 71

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Mi cabeza no dejó de trabajar. 

No pude disfrutar la película, me sentía presionada y encerrada entre la espada y la pared. Era necesario decirle a papá, porque sino Ana le contaría todo cuando se fueran de viaje solos, o quien sabe si antes del viaje. 

Evité sacar el celular durante las dos horas en el cine, pero no conseguía relajarme. La foto de Ana me sacaba de lugar. 

James, por su parte, no se dio ni cuenta de lo que me estaba pasando. Disfrutó la película tranquilo, y para cuando salimos del cine seguía comentándome de sus escenas favoritas. 

- ¿Qué te pasa, Alexa? - preguntó, luego de un rato en el auto. Estábamos volviendo a casa, pero no quería. Quería quedarme en su departamento para siempre. No estaba lista para ver a los ojos a la novia de papá. 

- No es nada - dije. Él no hizo más preguntas en todo el trayecto. 

Cuando llegamos a una cuadra de casa, donde siempre paraba para dejarme, me tomó la mano y me miró. Tuve que voltear mi cabeza para encontrarme con sus ojos celestes. 

- ¿Qué te está pasando, Alexa? - insistió. 

Suspiré profundamente y le conté todo. Le conté de Ana, de la foto, de mi temor por separarnos. 

Él escuchó atentamente hasta que terminé de hablar. Luego, respondió a todo. 

- Será mejor vernos directamente en donde sea que queramos ir, y no en lugares públicos como la plaza - dijo. 

Mi cabeza daba vueltas de un lado a otro, y sin darme cuenta comencé a llorar. Estábamos en silencio, y sólo se escuchaban mis sollozos. Nadie dijo nada. 

James se acercó y me rodeó con sus brazos. Mi cabeza quedó apoyada en su hombro, y mis lágrimas empaparon su camisa. 

- No quiero perderte - dije entre lágrimas - Eres muy importante para mi. 

Él deshizo la posición y me miró a los ojos. Con su pulgar derecho limpió mis mejillas húmedas, con mucho cuidado. Me miraba con compasión, como si supiese de lo que hablaba. 

- No me perderás -  respondió. 

- ¿Qué debo hacer para que nadie se entere y podamos seguir juntos? - pregunté.

Ambos nos quedamos meditando la respuesta. Había varias opciones, pero no sabía cuál era la mejor. 

- Puedes hablar con ella - comentó James en medio del silencio - Le puedes decir que tu padre ya sabe que estás con alguien, y así dejará de meterse.

- ¿La conoces? - pregunté de golpe. Él me miró extrañado. 

- No. 

- Entonces no sabe que eres un profesor, por lo que no corre en riesgo nuestra relación - dije. 

De igual manera, el tiempo seguía congelado en el auto. Parecía que todo estaba pausado. 

- Ya me tengo que ir, Ana seguramente esté en casa y podré hablar con ella.

James me miró a los ojos nuevamente y me sonrió, para luego besarme con delicadeza. 

- Cuídate, y cualquier cosa avísame - respondió.

- Gracias, te quiero - dije bajando del auto. 

- Yo te amo - dijo y cerré la puerta. 

Comencé a caminar a casa con incertidumbre.  No sabía si me iba a encontrar a papá enojado, a Ana cómplice, o si todo estaría como si ese mensaje no hubiese existido. 

Cuando entré, vi a la novia de papá sentada en el sillón. Estaba leyendo un libro y llevaba lentes puestos. 

- Hola - dije - ¿Papá está en casa?

Ella levantó la mirada y cerró su libro. 

- Se está bañando - respondió. - Ven Alexa, quiero que tú y yo hablemos. 

Su invitación me resultaba, en parte amenazadora, y en parte amable. Cerré la puerta con llave y me senté a su lado, conservando la distancia necesaria. 

- Te mandé la foto porque me preocupa saber con qué clase de gente te juntas. 

Ella miraba mi rostro, pero yo solamente me concentraba en las líneas del piso. 

- No le voy a decir nada a tu padre - continuó - Sé que es tu vida, tu intimidad. 

Mi vista se posó en sus ojos. 

- Papá ya sabe que salgo con un chico, Ana - respondí - Pero no me gustó que me persiguieras para sacarme esa foto, y amenazarme con ella. 

Ana se sintió ofendida. Bueno, no creo que realmente se haya sentido ofendida, sino que quiso parecerlo. 

- Jamás haría algo así, no quise amenazarte - dijo, abrazándome - Perdóname si te has sentido mal - luego me soltó y me volvió a ver a los ojos - Sólo quería cuidarte.

Me levanté del sillón, un poco cansada de su discurso.

- Lo único que voy a pedirte es que no vuelvas a perseguirme. Vamos a vivir juntas, y si eso acostumbras hacer con tu hijo o hija, me parece excelente - dije. - Pero en esta casa nadie persigue a nadie. 

Ella me miraba atónita, como si no entendiera de lo que le hablaba. Respiré profundamente antes de volver a hablar. 

- Ana, no pasa nada. Pero no vuelvas a hacerlo. 

Asintió con la cabeza y sin decir nada más me fui directamente a mi habitación. Me dolía un poco la cabeza. El comportamiento de Ana no me gustaba, pero si se lo decía a papá debía de contarle que estuve con James, y lo último que quería era eso. Sólo esperaba no volver a pasar por una situación tan incómoda con Ana. 

Me recosté en mi cama y Carola llegó a casa minutos después. La escuché saludar a Ana y luego subir las escaleras. 

- Hola - saludó - Estoy exhausta. 

- ¿Qué has estado haciendo que estás así? - pregunté, levantándome de la cama. 

- He llevado a Moa a pasear con otros perros, pero se soltó de su correa y tuve que perseguirla por todo el parque. 

Reí un poco al imaginarme la situación. Pero mi sonrisa se apagó rápidamente, y ambas lo notamos. 

- ¿Qué pasó? - dijo Carola. 

Le pedí que se sentara en la cama y le conté que Ana no se estaba comportando de una manera normal.

- Tengo miedo de que me haya perseguido hasta el cine donde estuve - dije. 

- Debes decírselo a papá para que hable con ella, Alexa.

- ¡No puedo! - exclamé. De repente, me di cuenta que se me había escapado esa frase. - No quiero, Car. Ya hablé con ella, está todo bien. 

- Entonces no hay de qué preocuparse - respondió mientras se levantaba para irse de mi habitación - Descansa un poco, te hará bien. 

Carola se despidió diciendo que se iría a bañar y cerró la puerta. 

Realmente, tenía miedo de que Ana me hubiese seguido. Era aterrador pensar que esa mujer estuviese atenta a mis movimientos, pero intenté relajarme. 

Aunque sabía que no lo conseguiría. 


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