Capitulo 10

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Ya es fin de semana.

Los días han pasado rápido. He estado prestando atención a cada clase, y también he conversado con Mason y Cristal. Por otro lado, aún no quise que ninguno de ellos se enteraran de que tengo el celular del profesor.

Mi mañana de sábado solamente se trató de dormir. La primer semana de clases siempre me deja cansada, por lo que decidí darme el gusto de descansar todo el tiempo que fuera posible. 

Luego de estirarme un poco, agarro mi celular. Entro a Whatsapp y apenas lo hago releo el último mensaje que James me envió.  Es extraño decirle James. Aunque hace pocos días lo conozco, para mi siempre será "profesor Wilson".

De igual manera, no me había dado cuenta que me había llegado un mensaje suyo.

"¿Por qué yo tengo que trabajar los sábados y tú no?"

Sábado. ¡La fiesta! 

Salgo rápidamente de mi chat con James y paso a ver el de Cristal, pero raramente no tengo ningún mensaje suyo por la fiesta de esta noche. Me extraña muchísimo que no me haya escrito. Lo mismo pienso de Mason.

Sí, he de admitir que extraño la amistad que tenía con Mason. Aunque no debe ser tarde para arreglar las cosas...

Pero no. No quiero hablarle, no ahora.

Vuelvo al chat de James y sonrío al releer el mensaje que me mandó.

"No es mi culpa que trabajes los sábados" contesto. Me alegra saber que se ha tomado la molestia de escribirme. No sé por qué lo hace, pero me pone feliz. 

Unos segundos más tarde llega su respuesta.

"¿Por qué crees que tengo el auto que tengo, Alexa?"

Alexa. Me dijo Alexa.

Le mando una carita sonriente y suelto el celular. Debe estar trabajando duro para conseguir todas sus cosas, por lo que entiendo el esfuerzo que hace. 

Me levanto de la cama y vuelvo a ver el reloj. Son las 11:25. Tengo tiempo para arreglarme y arreglar toda mi habitación antes de almorzar. Empiezo a estirar mis sábanas, cuando me sobresalta una voz familiar.

- Buenos días - dice Carola. No me había dado cuenta de que había abierto la puerta. Dejo la cama a medio hacer y me doy vuelta.

- Buenos días Carlos - digo y continúo acomodando -, ¿qué pasa? 

- Mamá fue al ginecólogo de nuevo - dice -, y me dijo que me quedara aquí por las dudas. Así que si necesitas algo estoy en la cocina.

Se retira sin decir nada más, luego de verme asentir con la cabeza. Una vez que termino de ordenar mi cama, acomodo la ropa en su lugar y separo la que debe ser lavada. 

Minutos después de terminar de arreglar mi habitación, agarro la ropa que me pondré hoy y me dirijo al baño.

Una ducha para despertar es la mejor solución.

Pero siempre pasa que las personas nos detenemos a pensar muchísimo en la ducha. Pensamos en nuestras relaciones sociales, en nuestros parientes, en nuestro estado sentimental, etcétera.

Y ahí, en el medio de todos esos pensamientos de ducha, ahí mismo, aparece James.

Es estúpido estar con James. Es simplemente un profesor. Aunque ser profesor sea solamente un trabajo, es impensado. No se me ocurre la manera en la que podría llevar una relación con un maestro del colegio. 

Intentando olvidar a James, salgo de la ducha y me cambio.

Pero, aunque fuese posible estar con él, ¿quién dice que me vea de esa manera? Por el simple hecho de haber sido cortés conmigo no me da derecho a pensar que está interesado en mi. 

Una vez que termino de arreglarme y acomodar todo, bajo a ver a Carola. Está en la cocina, leyendo una revista sentada en una banqueta de la barra.

- Pensé que habías muerto - dice -, estuviste como media hora en la ducha, y eso que siempre te bañas rápido.

Sonrío de lado y llevo mi ropa sucia al canasto.

- ¿Qué vamos a comer? - pregunto. Ella me mira y luego deja la revista a un lado.

- Te propongo algo: almuerzo de hermanas. Tú, yo y dos deliciosos combos de McDonald's.

Sonrío por la propuesta, asintiendo con la cabeza.

- En diez minutos salimos - dice mirando el reloj de su muñeca izquierda.

No me da tiempo para desayunar, por lo que subo a mi habitación nuevamente para buscar mi celular.  James no ha vuelto a escribir desde mi último mensaje que le envié. Me gustaría recibir alguna respuesta, pero es inútil ilusionarme con eso.

Pienso en Mason. Extraño hablar con él y que las cosas estuviesen bien entre los dos. Supongo que si dejo pasar el tema, lo olvidaremos por completo y estaremos bien.

Por otra parte, Cris tampoco ha escrito en este tiempo. Se ve que ha estado ocupada viendo alguna serie toda la noche, y ahora se dedica a dormir.

Como veo que ya casi es la hora de irnos, agarro un abrigo y bajo a la cocina donde Carola me espera con las llaves en la mano.

Salimos de casa y entramos al auto.

En el trayecto hablamos de cosas estúpidas. Un poco de su universidad, mi colegio, mamá y el nuevo hermanito.

Cosas importantes y a la vez no.

- Me gusta mucho el nombre que decidimos para el nuevo integrante de la familia - digo mientras Carola estaciona el auto.

- A mi también, es un muy bonito nombre.

Bajamos del auto y nos encaminamos al centro. Venimos aquí siempre que queremos pasar un rato juntas. Todos los días puedes ver parejas o grupos de amigos caminando alegres. Suena la música y todos los negocios están abiertos. 

- Mira qué buen auto - me dice Carola, señalando la puerta del restaurante. 

Estaba observando un Audi.

Lo último que quería en estos momentos era ver a James, por lo que intenté pensar que no era su auto. 

Pero ahí estaba su dueño. Parado, haciendo la fila para comprar su combo. Mirando a todos lados, menos atrás, donde yo me encontraba.

Tenía sus lentes puestos, como siempre. Tenía su camisa ajustada, sus pantalones negros y sus zapatos de vestir.

Y luego se dio la vuelta, mirando hacia mi.

Y saludó.


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