Capitulo 41

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Arreglamos para vernos Cristal, Mason y yo en nuestra plaza de siempre. 

Desde pequeños íbamos allí a jugar y a tomar helado, y hoy quisimos hacer un picnic. Cristal llevó el jugo y la manta, Mason las cartas y las galletitas y yo llevé mi parlante e hice una torta de chocolate, la favorita de ambos. 

El día está soleado. Es un martes agradable. Nos sentamos cerca de un árbol, bajo la sombra. Puse la música y Cris sirvió el jugo, mientras Mason abría el paquete de galletitas y preparaba la torta. 

Hacía tiempo no me juntaba así con ellos. Los extrañaba. 

- Estás enamorada eh - dice Mason.

Lo miro. 

-¿Yo? No te creas - digo y me río. Él también ríe. 

- No paras de sonreír, Alexa - acota Cris -, solo con verte nos damos cuenta. 

Mientras Cristal toma jugo, Mason se lleva el pedazo más grande de torta a la boca.

- Ella estará enamorada pero vos te vas a atragantar comiendo así - dice Cris, riéndose. Mason y yo sonreímos. 

Me acuesto en la manta y cierro los ojos. Escucho las voces de mis amigos, los pájaros yendo de acá para allá y a los perros corretear y ladrar cada tanto. Es un día cien por ciento primaveral. Y estoy feliz. No recuerdo la última vez que fui así de feliz. 

- No me respondiste la pregunta - dice Mason, rompiendo con mi burbuja de paz. 

- No me preguntaste nada - contesto.

- Que si estás enamorada o no.

Me levanto y me siento. Agarro mi vaso con jugo que Cris había preparado para mí y tomo un poco. 

- No sé si enamorada, pero me sigue gustando James - respondo.

- ¿Otra vez el de historia? Alexa, es un tipo mayor.

- Ya sé, ya sé... - me quedo unos segundos pensando en decirles o no, pero al fin y al cabo son mis amigos - ayer me dijo que me amaba. 

Cristal casi se ahoga con una galletita y Mason abrió tanto sus ojos que pensé que se le iban a salir. 

- ¿QUÉ? ¿TE DIJO "TE AMO"? - pregunta Cristal. Asiento con la cabeza - Vaya mierda.

- ¡No es una mierda! Es tierno, significa que seriamente le importo.

- Bueno si es así, yo las amo - dice Mason. 

- A veces te sale ser tierno - responde Cris. 

Ambas lo abrazamos. 

- Bueno pero volviendo, ¿te ama seriamente? - pregunta Mason. 

- Según él sí - respondo.

- ¿Pero vos sentís que te ama?

- Claro, él debe demostrarte amor - añade Cris.

Mi teléfono suena.

- Hablando del diablo... - digo abriendo el mensaje.

- ¿Qué dice? - pregunta Mason. Se nota que está interesado en saber. 

- Que si podemos salir a comer hoy a la noche.

Ambos se miran y luego me miran a mí.

- ¿Qué? - digo y sonrío.

- Acepta - sugiere Mason - no vas a perder nada yendo.

Miro el celular dubitativa. No sé si aceptar ir a cenar con él un martes. Se me hace extraño, además al día siguiente hay clases.

- Es un día de semana chicos - digo - no sé, no lo veo. El miércoles tenemos la primer hora juntos.

- ¿Qué más da? Algún recuerdo de tu adolescencia te debe quedar - añade Cris. 

Los miro y vuelvo a sonreír. Contesto el mensaje de James y guardo mi teléfono. 

- Le dije que sí.

- ¡Esa es mi amiga! - dice Mason, levantando su mano para chocarme los cinco. 

Chocamos las palmas y me vuelvo a recostar. Luego veo de reojo a Cris apoyarse en un árbol, y luego de eso Mason se recuesta sobre su regazo. ¿Seguirán juntos? 

Ahora mismo sólo pienso en congelar el tiempo. 

Quedarme aquí, sintiendo la felicidad de la simpleza. Dos personas que me hacen feliz, una torta de chocolate y una manta. Un poco de rock y la inocencia del adolescente. 

No puedo pedir nada mejor.

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Apenas llego a casa, me siento rara. 

Luego de ir a pasear con mis amigos, siento que la casa está diferente. Todos los muebles están en su lugar, no pintaron ninguna pared y no hay suciedad. El aroma sigue siendo el mismo, y tampoco veo ningún cambio en las decoraciones. 

- ¿Papá? - pregunto caminando hacia la cocina. La puerta está cerrada, y eso es lo que estaba fuera de su lugar. La puerta de la cocina jamás se cierra. 

Con un poco de miedo, sujeto el picaporte y comienzo a abrirla. 

Cuando puedo llegar a ver la mesa, observo a papá hablando con Carola.

- ¡CAR! - exclamo y corro a abrazarla. Ella me mira sonriente y me recibe en sus brazos -. ¿Dónde estuviste tanto tiempo? ¡Te extrañé mucho! 

Una vez que dejamos de abrazarnos, papá es el primero en hablar.

- ¿Y un beso para este señor? 

Voy a saludarlo y luego me siento con ambos. Estaban tomando café y comiendo unas tostadas con mermelada. 

- Hola, Alexa - dice Car. No puedo borrarme la sonrisa de la cara -. Pasaron muchas cosas. 

Ella suspira muy profundo. No quiero tener malos presentimientos, no de nuevo. 

- Desde lo de mamá, me fui de casa para poder sentirme mejor. No pude con ello, y no iba a poder si me quedaba aquí. Por lo que tomé la decisión de irme. 

Papá escucha atentamente. Parece que lo hace como si fuese la primera vez que escucha el relato, pero algo me hace sentir que ya sabe todo con detalle. 

- Terminé con mi novio porque me lastimó bastante, y luego te contaré mejor de eso. Volví porque los extrañaba.

Carola jamás fue una persona de extrañar a la gente. Siempre dijo que las personas son pasajeras, que si alguien debe irse de su vida lo hará, aunque fuese de su familia. Pero me emociona saber que nos extrañó en este tiempo. 

- Ahora quiero empezar de nuevo - continúa -, quiero empezar una carrera universitaria nueva, quiero conseguir un empleo y poder ser feliz realmente.

Estoy al borde del llanto. No puedo creer que Car esté de nuevo. 

- Ven - me dice, poniéndose de pie. 

Nos volvemos a abrazar y puedo sacar todas las lágrimas que tenía guardadas. La extrañaba muchísimo. Necesitaba verla. Extrañaba comer con ella, pelearnos por ropa, molestarnos...

- Te extrañé mucho, Carlos - digo. 

- Jamás me dejarás de decir así, eh - responde.

- Nunca jamás.




N/A

Buenas bellezas! 

Espero que estén disfrutando mucho la novela! Si es así, pueden comentarle a sus amigos de ella, cada vez somos más!

Les mando un beso enorme! 

- Zoe 


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