Rápidamente me vestí y James se acomodó un poco.
- ¿Qué mierda hacemos? - pregunto exaltada. Él me calla y hace un gesto. Me doy cuenta de que el baño está dividido por una puerta, la cual separa el lavamanos del inodoro.
Creo que ya sé qué quiere.
- No - digo y lo meto conmigo del otro lado de la puerta.
- ¿¡Qué mierda Alexa!? - pregunta preocupado.
- ¡Cállate! - digo y luego cierro la puerta con cuidado para que mi hermana no nos escuche. Le tapo la boca con la mano y espero en silencio. Carola se tarda unos segundos en volver a hablar.
- ¿Alexa? ¿Te sientes bien? - repite, algo preocupada. - Ya has estado largo rato ahí dentro.
- ¡Sí, Car! - grito. James sigue callado - Espérame que ya termino, sólo me dolía un poco el estómago.
- Está bien hermana, estoy en la mesa - responde. James sigue teniendo mi mano en su boca. Escucho unos pasos alejarse y suspiro profundamente.
Eso estuvo muy cerca. Demasiado, diría yo.
Aprieto el botón del baño para que pareciera que lo usé y salimos al otro lado de la puerta. James me mira y soltamos una carcajada. Reímos un minuto o dos, soltando toda la tensión que llevábamos acumulada.
- Me tengo que ir - le digo algo triste - Espero que nos veamos pronto.
Antes de decidirme a salir por la puerta, él me aprieta contra su cuerpo y me besa unos instantes.
- Adiós, Alexa.
Sonrío un poco y salgo del baño. Veo que no hay nadie cerca por lo que me asomo y le aconsejo que salga de ahí lo antes posible, ya que es el baño de mujeres.
- Gracias, te amo - dice y se apresura.
Llego hasta la mesa donde estaba mi hermana y me mira, todavía preocupada.
- ¿Segura que estás bien? - pregunta nuevamente.
- Claro que sí - respondo, mientras me acomodo en la silla. - Supongo que es por lo de esta noche. Lo que papá nos tiene preparado.
Una camarera llega con nuestra comida. Pido algo de beber y se retira. Mientras tanto, Carola empieza a comer.
- Lo único que espero es que no nos tengamos que mudar de casa - dice ella, dándole un mordisco al tostado.
La camarera vuelve con mi bebida y le agradezco. Tomo un poco y luego sigo la conversación con mi hermana.
- ¿Por qué sería así? - pregunto, agarrando un poco de tostado del plato.
- Pues porque el duelo de un familiar es muy difícil de llevar a cabo - dice - Papá tal vez quiere mudarse de aquí para empezar una vida nueva, conocer a otras personas...
La miro algo extrañada. Luego puedo entender a lo que se refiere.
- ¿Dices que quiere evitar los recuerdos que tenemos aquí con mamá?
Ella asiente con la cabeza.
- Pero, ¿para qué nos mandaría a comprar ropa, entonces? Si sólo se quiere ir del barrio no estaríamos de compras.
- No lo sé, Alexa - dice terminando de comer - Sólo espero estar equivocada.
No sé por qué Carola no querría mudarse de aquí. A veces la he notado cansada de su rutina y sus amigos, como si quisiera recorrer el mundo en busca de aventuras nuevas.
En todo caso, si nos fuéramos de aquí, yo estaría devastada. Dejaría a Cristal y a Mason, quienes a pesar de todas las dificultades siempre han estado para mi. Debería dejar la idea de trabajar aquí y tal vez estudiar en la universidad. Hasta debería dejar a James.
Pero como aún no sabremos qué pasará esta noche, intento dejar de pensar en ello.
Un rato más tarde terminamos de comer, por lo que le propongo a Carola ir a pasear por una de las calles más importantes del barrio. Allí podremos conseguir ropa bonita.
Luego de haber paseado un rato y de haber entrado a varias tiendas de ropa, Carola consiguió un hermoso vestido negro y unos zapatos a juego.
Mientras ella terminaba de pagar en la tienda me pregunto cuál sería mi vestido ideal.
- ¿Vamos? - dice al finalizar. Asiento con la cabeza y continuamos el recorrido.
Unos cuantos minutos después, freno en una vidriera. Carola me mira un poco extrañada, pero luego le señalo el vestido que me gusta. Ella sonríe y entramos. Luego de que una señora nos atiende, me pruebo el vestido. Es perfecto para la ocasión, por lo que decido llevarlo.
El vestido es corto, con el cuello cerrado y sin mangas. Su tela es de brillos y color gris.
Carola paga el vestido y salimos de la tienda.
Ya es casi de noche, pero la gente sigue entrando y saliendo de los negocios. Algunas personas se reúnen para tomar algo antes de la cena, y otras se dirigen a sus casas.
- Me ha encantado el vestido que elegiste - dice Carola, una vez que estamos llegando a casa - Te queda hermoso.
Le agradezco y sonrío.
Es la primera vez en mucho tiempo que me siento cómoda y atractiva con una prenda de ropa como lo es este vestido.
Una vez que entramos a casa, papá está preparando la cena.
- Hola chicas - dice apenas entramos a la cocina. Se lo ve apurado, como si estuviese trabajando contrarreloj. Va y viene buscando utensilios y cacerolas. Le devolvemos el saludo y me quedo al pie de la entrada.
- ¿Por qué tanto apuro? - pregunta Carola, dejando la bolsa con el vestido en la mesa. - Recién son las ocho.
- ¡Claro que lo sé! - exclama nervioso - Vayan a prepararse, estoy por meter el pollo en el horno.
Me río un poco y le echo una mirada a Carola, señalando hacia arriba. Ella me sigue y salimos de la cocina. Mientras subimos las escaleras, conversamos un poco.
- Es una pena no haber podido comprarte unos zapatos - dice Car, dejándome en mi habitación.
- No te preocupes - digo - tengo un par.
- ¡Apúrense, a las nueve llegan las visitas! - grita papá desde la cocina.
- ¿Visitas? - pregunto extrañada.
- Luego hablamos, Al - responde Carola, yendo a su habitación - Cámbiate antes que papá se enfade.
Asiento con la cabeza y cierro la puerta de mi habitación.
No tengo la menor idea de lo que pasará esta noche.
ESTÁS LEYENDO
Adultos
RomanceAlexa ama a los hombres. Ama que tengan más de 25 años. Que usen traje. Que tengan barba. Que tengan un gran empleo. Pero hay un hombre en particular en la vida de Alexandra... su profesor de historia, James. Y Alexandra nunca se ha enamorado. Y...