Capitulo 56

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Rápidamente me vestí y James se acomodó un poco.

- ¿Qué mierda hacemos? - pregunto exaltada. Él me calla y hace un gesto. Me doy cuenta de que el baño está dividido por una puerta, la cual separa el lavamanos del inodoro.

Creo que ya sé qué quiere.

- No - digo y lo meto conmigo del otro lado de la puerta.

- ¿¡Qué mierda Alexa!? - pregunta preocupado.

- ¡Cállate! - digo y luego cierro la puerta con cuidado para que mi hermana no nos escuche. Le tapo la boca con la mano y espero en silencio. Carola se tarda unos segundos en volver a hablar.

- ¿Alexa? ¿Te sientes bien? - repite, algo preocupada. - Ya has estado largo rato ahí dentro.

- ¡Sí, Car! - grito. James sigue callado - Espérame que ya termino, sólo me dolía un poco el estómago.

- Está bien hermana, estoy en la mesa - responde. James sigue teniendo mi mano en su boca. Escucho unos pasos alejarse y suspiro profundamente.

Eso estuvo muy cerca. Demasiado, diría yo.

Aprieto el botón del baño para que pareciera que lo usé y salimos al otro lado de la puerta. James me mira y soltamos una carcajada. Reímos un minuto o dos, soltando toda la tensión que llevábamos acumulada.

- Me tengo que ir - le digo algo triste - Espero que nos veamos pronto.

Antes de decidirme a salir por la puerta, él me aprieta contra su cuerpo y me besa unos instantes.

- Adiós, Alexa.

Sonrío un poco y salgo del baño. Veo que no hay nadie cerca por lo que me asomo y le aconsejo que salga de ahí lo antes posible, ya que es el baño de mujeres.

- Gracias, te amo - dice y se apresura.

Llego hasta la mesa donde estaba mi hermana y me mira, todavía preocupada.

- ¿Segura que estás bien? - pregunta nuevamente.

- Claro que sí - respondo, mientras me acomodo en la silla. - Supongo que es por lo de esta noche. Lo que papá nos tiene preparado.

Una camarera llega con nuestra comida. Pido algo de beber y se retira. Mientras tanto, Carola empieza a comer.

- Lo único que espero es que no nos tengamos que mudar de casa - dice ella, dándole un mordisco al tostado.

La camarera vuelve con mi bebida y le agradezco. Tomo un poco y luego sigo la conversación con mi hermana.

- ¿Por qué sería así? - pregunto, agarrando un poco de tostado del plato.

- Pues porque el duelo de un familiar es muy difícil de llevar a cabo - dice - Papá tal vez quiere mudarse de aquí para empezar una vida nueva, conocer a otras personas...

La miro algo extrañada. Luego puedo entender a lo que se refiere.

- ¿Dices que quiere evitar los recuerdos que tenemos aquí con mamá?

Ella asiente con la cabeza.

- Pero, ¿para qué nos mandaría a comprar ropa, entonces? Si sólo se quiere ir del barrio no estaríamos de compras.

- No lo sé, Alexa - dice terminando de comer - Sólo espero estar equivocada.

No sé por qué Carola no querría mudarse de aquí. A veces la he notado cansada de su rutina y sus amigos, como si quisiera recorrer el mundo en busca de aventuras nuevas.

En todo caso, si nos fuéramos de aquí, yo estaría devastada. Dejaría a Cristal y a Mason, quienes a pesar de todas las dificultades siempre han estado para mi. Debería dejar la idea de trabajar aquí y tal vez estudiar en la universidad. Hasta debería dejar a James.

Pero como aún no sabremos qué pasará esta noche, intento dejar de pensar en ello.

Un rato más tarde terminamos de comer, por lo que le propongo a Carola ir a pasear por una de las calles más importantes del barrio. Allí podremos conseguir ropa bonita.

Luego de haber paseado un rato y de haber entrado a varias tiendas de ropa, Carola consiguió un hermoso vestido negro y unos zapatos a juego.

Mientras ella terminaba de pagar en la tienda me pregunto cuál sería mi vestido ideal.

- ¿Vamos? - dice al finalizar. Asiento con la cabeza y continuamos el recorrido.

Unos cuantos minutos después, freno en una vidriera. Carola me mira un poco extrañada, pero luego le señalo el vestido que me gusta. Ella sonríe y entramos. Luego de que una señora nos atiende, me pruebo el vestido. Es perfecto para la ocasión, por lo que decido llevarlo.

El vestido es corto, con el cuello cerrado y sin mangas. Su tela es de brillos y color gris.

Carola paga el vestido y salimos de la tienda.

Ya es casi de noche, pero la gente sigue entrando y saliendo de los negocios. Algunas personas se reúnen para tomar algo antes de la cena, y otras se dirigen a sus casas.

- Me ha encantado el vestido que elegiste - dice Carola, una vez que estamos llegando a casa - Te queda hermoso.

Le agradezco y sonrío.

Es la primera vez en mucho tiempo que me siento cómoda y atractiva con una prenda de ropa como lo es este vestido.

Una vez que entramos a casa, papá está preparando la cena.

- Hola chicas - dice apenas entramos a la cocina. Se lo ve apurado, como si estuviese trabajando contrarreloj. Va y viene buscando utensilios y cacerolas. Le devolvemos el saludo y me quedo al pie de la entrada.

- ¿Por qué tanto apuro? - pregunta Carola, dejando la bolsa con el vestido en la mesa. - Recién son las ocho.

- ¡Claro que lo sé! - exclama nervioso - Vayan a prepararse, estoy por meter el pollo en el horno.

Me río un poco y le echo una mirada a Carola, señalando hacia arriba. Ella me sigue y salimos de la cocina. Mientras subimos las escaleras, conversamos un poco.

- Es una pena no haber podido comprarte unos zapatos - dice Car, dejándome en mi habitación.

- No te preocupes - digo - tengo un par.

- ¡Apúrense, a las nueve llegan las visitas! - grita papá desde la cocina.

- ¿Visitas? - pregunto extrañada.

- Luego hablamos, Al - responde Carola, yendo a su habitación - Cámbiate antes que papá se enfade.

Asiento con la cabeza y cierro la puerta de mi habitación.

No tengo la menor idea de lo que pasará esta noche.

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