Y allí estaba Cris sentada encima de Mason.
Él la agarraba del trasero, y ella abrazaba su cuello. Apenas entré, dejaron de besarse.
- Ay - dice Cris mirándome y sentándose a un costado - no te escuché Alexa.
Me quedo perpleja mirándoles. Mason estaba atónito, al igual que mi amiga. No dejaban de mirarme, y yo no podía omitir palabra.
Es la situación más incómoda que he vivido. ¿Mis mejores amigos juntos?
- Yo me retiro - dijo Mason levantándose y agarrando su mochila.
Cristal lo siguió rápidamente, peinándose como pudo sin que su pelo pareciera un nido de pájaros. Ambos bajaron rápidamente las escaleras y escuché la puerta de entrada abrirse y cerrarse de manera súper delicada, como suele hacer Cris cuando cometió un error y lo intenta reparar.
Me quedo mirando mi cama. ¿Cris y Mason están juntos? ¿O solamente fue el momento de pasión? Hay algo que no entiendo. Me hubiese gustado hablar con ellos y entender toda la situación, pero no me dieron tiempo a procesarlo siquiera.
De repente mi celular empieza a sonar y me sobresalto. Lo agarro y leo en la pantalla el nombre de mi mamá.
- ¿Sí? - digo casi seca.
- Amor, papá tiene un viaje del trabajo y volverá el lunes. Carola está con el novio hasta mañana y yo salgo a comer con amigas. Acuérdate que hay dinero en el mueble de la cocina por si quieres una pizza o algo así.
- Esta bien mamá, cuídate y mañana nos vemos. Te amo.
- Te amo.
Mamá cuelga. No tengo ganas de hacer nada. Más por el caso de que si invito a algunos de mis amigos, será muy incómoda la situación.
¿Estará James? Decido mandarle un mensaje. Al menos, si puedo sacarle un poco de charla, podré saber por qué motivo quiere verme.
"¿Estás? Me aburro"
Espero que conteste. Mi cabeza no para de hacerse a la idea de estar con James. Tampoco dejo de pensar en la situación de recién.
El mensaje de James llega después de unos minutos.
"No puedo Alexa. El lunes te veo"
Me quedo mirando la pantalla y me enfado. Sé que está mal enojarse por esto, pero no voy a depende de él. No me voy a quedar en casa. No hoy. No esta noche.
No me importaba que mañana hubiese clases, saldría de todas formas. Que en vez de decir "viernes" diga "jueves" en el calendario no cambia nada.
Voy a salir, y no me importa nada.
Me tiro en mi cama y empiezo a preguntar qué discotecas están abiertas hoy y hasta qué hora. En las redes sociales figura toda la información. Al parecer, bastante gente irá a una que queda en la Gran Ciudad.
Me pido algo de comida y luego de comer empiezo a arreglarme. Me doy una ducha y luego de secarme el pelo llamo a unas chicas que conozco que también saldrán. Sus nombres son Leslie y Ashley. Son un año mayor, pero de todas formas son muy divertidas y casi no se nota la diferencia de edad. Cuando una atiende el teléfono, me dice que no habrá problema en salir esta noche. Las invito a casa para terminar de arreglarnos y aceptan.
Mientras espero a que lleguen, separo la ropa que voy a usar. Elijo un top color rojo y un short negro que se pega a mi cuerpo. También busco unas sandalias negras con plataforma, pero todavía no me visto.
Unos minutos más tarde, escucho el timbre de casa y bajo a abrirle a mis amigas.
- ¡Hey Alexa! - dice Ashley saludándome mientras entra a casa. Leslie entra detrás suyo mirándola con pena y risa. Una cara de "está loca pero aún la quiero".
Son mellizas, casi gemelas por su apariencia física. Ambas tienen mejillas redondas, ojos claros y cabello rubio y ondulado. Hoy Leslie lleva su cabello lacio pero Ashley se lo dejó al natural. Ambas vienen muy bien vestidas, solo se diferencia en vestuario Ashley, que lleva una campera de jean atada a su cintura. Luego llevan casi las mismas prendas. Pero de todas formas son muy diferentes.
- ¿Cómo va, chicas? - digo saludando con un beso en la mejilla a cada una.
- Genial, ya tenía ganas de salir - dice Ashley.
Las tres subimos a mi habitación y ponemos música con un parlante de papá. Me visto y luego nos maquillamos y nos sacamos fotos para luego salir de casa. Un taxi nos lleva hasta la discoteca mientras hablamos de estupideces.
Ellas me preguntan por la escuela, por mis amigos, la familia, y por si hay algún chico. No considero que sea apropiado hablarles de James, por lo que hago como que no existe. Además, no quiero estar pensando en él.
Al llegar a la discoteca la música no se escucha desde afuera, pero al entrar no nos volvemos a comunicar y hacemos lo que dijimos: ir directamente a la barra.
Ashley lleva una mochila negra de cuero que es bastante pequeña y de ahí saca su billetera para pagarse una cerveza. Con Leslie hacemos lo mismo y nos encontramos con un par de amigos, el resto de las personas del lugar son desconocidas ya que estamos en la Gran Ciudad.
Hay hombres muy guapos, pero ninguno como James. Hay mujeres con tacos altos y tan maquilladas que no sé si son reales. Leslie me hace un gesto, invitándome a la pista, y ambas bebemos y bailamos al ritmo de la música. Ashley se ha ido, supongo que a buscar algún chico. Mientras tanto, Leslie y yo no dejábamos de reír de algunas personas borrachas que paseaban por la disco, como si no existiese el resto del mundo.
- En un rato te veo, quiero ir a buscar a algún chico - me dice Leslie y empieza a caminar entre la multitud.
Me quedo sola en la pista, por lo que decido salirme y apoyarme en una pared de al lado de la barra. Miro como todos están bailando y pidiendo tragos. Como estoy un poco aburrida, saco mi celular sin motivo aparente. Empiezo a seleccionar las fotos que más me gustan de esta noche, cuando escucho que alguien interrumpe mis pensamientos.
- ¿Estás sola?
Levanto la vista de mi celular y veo a un hermoso chico parado delante mío. Es alto, castaño y sus ojos parecen ser muy oscuros.
Pienso una respuesta rápida para su pregunta.
- Sí, mis amigas me dejaron sola y bueno.
Él se acerca a mi y coloca una mano a un costado, extendiendo su brazo. Su otra mano sostiene un vaso, pero no reconozco qué estaba tomando. Me mira a los ojos y me sonríe, y puedo decir que me gusta.
- ¿Me pasas tu número? - dice apuntando con la cabeza a mi celular.
Asiento con la cabeza. Él deshace la postura y busca su celular. Le dicto mi número de teléfono. Una vez que ya lo tiene en su celular me mira.
- ¿Tu nombre? - pregunta. Imagino que será para agendarme.
- Alexandra - digo -, pero mejor Alexa.
Decido decirle mi nombre real por si en algún momento me pide mi Instagram.
- Soy Tomás, Alexa. Un gusto.
Él no deja de sonreír. Debería de medir un metro ochenta, y usaba una remera azul marino ajustada que le quedaba muy bien. Parecía estar marcado con unos espectaculares abdominales, aunque nada de eso le quita la cara de niño.
De igual manera, hay algo de él que me atrae.
- Me gustaría invitarte un trago - dice. Me sonrojo bastante.
¿Un trago? Ay Dios mío.
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Adultos
RomanceAlexa ama a los hombres. Ama que tengan más de 25 años. Que usen traje. Que tengan barba. Que tengan un gran empleo. Pero hay un hombre en particular en la vida de Alexandra... su profesor de historia, James. Y Alexandra nunca se ha enamorado. Y...