El corazón me palpitaba muy fuerte.
¿Hablar? ¿De qué debíamos hablar? ¿Qué es lo que está mal? Porque cuando una persona dice esa frase, no significa nada bueno.
- ¿Qué? - espeto. Ya no me tomo las cosas bien. Pensé que habíamos terminado con los problemas. Pensé que ya tenía todo definido, que ya no tenía dudas conmigo.
James me mira a los ojos y toma mis manos. Luego las mira y las acaricia un poco.
- Sé que esto no es lo más romántico del mundo, pero anoche casi no dormí pensando cómo haría esto.
Me suelta y busca de un estante un ramo de flores. Cuando se acerca, mira las flores y luego me mira a mi.
Me está regalando flores. Me está regalando rosas rojas. ¿Qué está pasando?
- He estado pensando mucho, Alexa - dice - y sinceramente creo que debemos seguir conociéndonos. Salir un poco de este ambiente escolar.
- Ya lo sé - respondo.
- Espera.
Me voy para atrás inconscientemente.
- Y a pesar de haber sido un idiota y de haberte tratado mal, me arrepiento totalmente de todo. Muchas veces me ganó el ego y eso es algo que me hizo replantear gran parte de mis actitudes para contigo y con la vida. Por eso, con este pequeño gesto te pido disculpas.
Me quedo perpleja. No tengo palabras para definir lo sorprendida que me deja esto.
- Yo solamente te quiero ver feliz, Alexa - dice y me tiende el ramo de rosas.
Tomo el ramo y acaricio algunos pétalos.
- Está bien, James - digo. - Gracias por todo esto. En serio.
Luego dejo el ramo en un estante y nos sumergimos en un cálido abrazo.
Lo último que me esperaba de parte de James era esto. Siempre pensé que se caracterizaba por ser una persona egocéntrica, pero de todas formas pensaba quererlo así. Esto me hace sentir orgullosa por la clase de persona con la que estoy. Significa que piensa seriamente las cosas, que entiende que no me hizo bien, pero a pesar de ello, no me quiere perder.
Alguien toca la puerta de la biblioteca, por lo que debemos deshacernos del abrazo rápidamente. James me guiña un ojo para que le siga la corriente.
- Disculpen... - dice Cristal pasando por la puerta - Ah, aquí estás.
- Espero que mejore su comport... Oh, buenos días - responde James, haciéndose el sorprendido. Todavía no sé si contarle a James que Cristal ya sabe de nosotros, por lo que me quedo callada.
- Estaba buscando a Alexandra, ya comenzó la siguiente hora.
- Gracias. Ya puedes irte - anuncia James.
Cristal echa un vistazo rápido y ve que está el ramo de flores en un mueble, pero hace como si no existiera. Me abre paso para salir de la biblioteca, y luego James cierra en mis espaldas.
- Eres una estúpida - susurra Cris mientras caminamos por el pasillo - ya no sabía qué decirle a la profesora de política.
- Luego te cuento por qué estaba ahí - digo, riendo un poco.
- Claro que debes - responde ella - "La señorita Stephen está en el baño, ya vendrá" - dice con una voz chistosa, imitándose a ella misma.
Río y unos segundos después llegamos al aula.
Cristal abre la puerta y pasamos silenciosamente.
- ¡Al fin! - exclama la profesora - ¡Ya pensaba que estabas descompuesta! O con esos temas de mujeres, ya saben.
Nunca me llevé tan mal con una profesora que con ella. No resulta nunca una persona discreta, ni objetiva. Es insoportable tener clases con esta mujer. O con cualquier persona que no sea James, básicamente.
- Perdone, profesora - digo - estaba en biblioteca buscando un libro.
- ¡En biblioteca a los besos! - grita un compañero desde el fondo de la clase.
Intento no ruborizarme. Mierda. ¿Ya me vieron roja? ¿Ya me vieron entrando con James a la biblioteca?
- ¿Ah sí? - pregunta la profesora.
- ¿Con cuántos niños pequeños te has besado, Alexa? ¡Dilo! - grita otro.
¿Qué demonios?
- ¿Qué? ¡No sean imbéciles! - grito.
- ¿Cómo dijo, señorita Stephen? - me pregunta la profesora - ¿Acaso hay algo de lo que deba saber?
- ¡Claro que lo hay! - grita el primer compañero que alzó la voz anteriormente.
- ¡Claro que no! - respondo - ¡Solamente quería leer!
Me dirijo a mi banco, un poco enfadada. Es la primera vez que me tratan de esta manera. Por estas agresiones es que siempre me llevé bien con solamente dos personas: Cris y Mason.
- Me parece que alguien se besa entre los libros porque los baños le dan miedo - grita una chica desde la otra punta de la clase - ¿Será que Tomás te dejó hambrienta? - ríe.
Se hace un silencio sepulcral.
La chica que habló empalidece. La miro fijamente. Nadie, ni la profesora habla. A pesar de no entender, no se le ocurre emitir sonido.
- Hija de puta - digo. Camino rápidamente hasta su banco. Mason me sigue, puedo sentir sus pasos.
- Señorita Stephen, vuelva a su lugar - dice la profesora - Hablaremos esto en dirección.
- Wow, ¿qué pasa, cachorrita? - pregunta mientras me voy acercando - ¿te falta sexo?
Una vez que llego a su banco cierro mi puño y lo estampo en su cara. Escucho gritos de fondo, pero están en segundo plano. La chica se retuerce del dolor, con la nariz sangrando.
Mason me intenta tomar de los brazos pero no lo consigue. Me suelto y me tiro encima de mi compañera. Luego le tiro del pelo y vuelvo a golpearla. Ella grita de dolor y yo de enojo. Descargo toda la ira que siento contra Tomás en su cara. La golpeo varias veces, sin sentir miedo. Me enfada, me harta.
Escucho cientos de sonidos y varias voces. Sigo tirando del pelo de mi compañera cuando Mason y otros chicos nos separan. No dejo de sentir impotencia, necesito descargarme con su estúpida cara. Su pelo rubio es una maraña asquerosa y teñida. Su cara está destrozada, hay sangre y lágrimas en ella.
Sé que voy a merecer una bonita suspensión por esto, pero es increíble que se haya atrevido a mencionar que casi me violan. ¿Cómo mierda lo sabía? No se merece nada de lo que tiene.
- ¡Stephen, Dallis! ¡A dirección! - grita la profesora fuera de sí.
Me limpio el sudor de la frente y me suelto de los brazos de Mason para salir.
Esto se puso feo.
N/A
Hola hermosuras! Espero que anden bien!
Como notaron, este es un capítulo fuera de lo normal. Pasaron cosas muy importantes.
Espero que les esté gustando la novela, no olviden pasarse por mi blog de escritos! (link en mi perfil de Wattpad).
Les mando un beso enorme!
- Zoe
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Adultos
RomanceAlexa ama a los hombres. Ama que tengan más de 25 años. Que usen traje. Que tengan barba. Que tengan un gran empleo. Pero hay un hombre en particular en la vida de Alexandra... su profesor de historia, James. Y Alexandra nunca se ha enamorado. Y...