Capitulo 35

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- Espero que todo haya salido bien - dice James apenas salgo del baño. Sostiene una copa de champagne en su mano derecha y me mira sentado desde un cómodo sofá, a mi espera. Realiza ciertas palmadas para que me siente a su lado. 

Se me antoja una hamburguesa enorme, con gaseosa fría y papas fritas crocantes. Fue la noche más agotadora de mi vida, y todo para conseguir su segundo nombre. 

- ¿Así que tu segundo nombre es Marvin? - pregunto, sentándome en el sofá de enfrente suyo. Me empiezo a quitar las zapatillas y las dejo a un costado. La cara de sorpresa de James se vislumbra apenas termino de formular la pregunta. 

- Sí - dice dejando la copa en la mesa ratona -, ¿cómo sabes?

- Sé muchas cosas, James - respondo, encaminándome a la cocina - ¿tienes agua?

- Agarra de la heladera. 

Hago caso a lo que me dice y me sirvo el agua en un vaso que se encontraba en la mesada de la cocina. 

- No sabía que tenías un penthouse.

Él se levanta lentamente del sofá. 

- No sabes muchas cosas de mi, pero yo sé menos cosas de ti - responde. Se acerca hasta donde estoy - Sácate esto, no te sienta bien.

Miro mi vestido unos segundos. Me parece muy bonito el color...

- ¿Qué me pongo, entonces? No tengo ropa, James. 

Se aleja unos cuántos pasos y de un armario saca una bolsa negra. 

- Esto te quedará bien - responde. 

Me tiende la bolsa, por lo que voy a buscarla. 

- Cámbiate en el baño.

Entro al baño con la bolsa en la mano. 

Lo único que espero es no encontrarme con otro vestido. 

Saco de la bolsa una caja negra y roja. No tiene ninguna marca, sino un símbolo como de una estrella, en plateado. Abro la caja y apenas lo hago, ésta cae al suelo. 

No me interesa que haga estruendo, la puerta está cerrada con traba. Me agacho para volver a agarrar la caja. 

- Mierda, mierda, mierda, mierda - digo. No puedo dejar de repetir esa palabra unas trescientas veces, y otras trescientas en mi cabeza. 

Es un maldito babydoll. 

Un maldito vestido corto de encaje, color negro. 

Me siento en el suelo y veo que, además, un papel cayó junto con la caja, por lo que lo desdoblo y leo. 

Para una muchacha que se porta mal. Te encantarán los cariños que te haga, preciosa. La próxima toca de colegio. Un beso, J.M.W.

James, estás loco. Definitivamente loco.

- ¿Cómo va eso, Alexa? - pregunta, desde afuera. 

- Bien, bien... - digo guardando rápidamente todo en la bolsa. Luego me incorporo, me acerco a la puerta y la abro. 

- ¿Por qué habías cerrado con cerrojo? - me mira extrañado - y ¿por qué no te pusiste eso?

Me miro los pies unos segundos. Cuando tengo el coraje suficiente, levanto la vista. 

- Estás demente, James. No soy tu prostituta, ni tu mascota. 

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