- Espero que todo haya salido bien - dice James apenas salgo del baño. Sostiene una copa de champagne en su mano derecha y me mira sentado desde un cómodo sofá, a mi espera. Realiza ciertas palmadas para que me siente a su lado.
Se me antoja una hamburguesa enorme, con gaseosa fría y papas fritas crocantes. Fue la noche más agotadora de mi vida, y todo para conseguir su segundo nombre.
- ¿Así que tu segundo nombre es Marvin? - pregunto, sentándome en el sofá de enfrente suyo. Me empiezo a quitar las zapatillas y las dejo a un costado. La cara de sorpresa de James se vislumbra apenas termino de formular la pregunta.
- Sí - dice dejando la copa en la mesa ratona -, ¿cómo sabes?
- Sé muchas cosas, James - respondo, encaminándome a la cocina - ¿tienes agua?
- Agarra de la heladera.
Hago caso a lo que me dice y me sirvo el agua en un vaso que se encontraba en la mesada de la cocina.
- No sabía que tenías un penthouse.
Él se levanta lentamente del sofá.
- No sabes muchas cosas de mi, pero yo sé menos cosas de ti - responde. Se acerca hasta donde estoy - Sácate esto, no te sienta bien.
Miro mi vestido unos segundos. Me parece muy bonito el color...
- ¿Qué me pongo, entonces? No tengo ropa, James.
Se aleja unos cuántos pasos y de un armario saca una bolsa negra.
- Esto te quedará bien - responde.
Me tiende la bolsa, por lo que voy a buscarla.
- Cámbiate en el baño.
Entro al baño con la bolsa en la mano.
Lo único que espero es no encontrarme con otro vestido.
Saco de la bolsa una caja negra y roja. No tiene ninguna marca, sino un símbolo como de una estrella, en plateado. Abro la caja y apenas lo hago, ésta cae al suelo.
No me interesa que haga estruendo, la puerta está cerrada con traba. Me agacho para volver a agarrar la caja.
- Mierda, mierda, mierda, mierda - digo. No puedo dejar de repetir esa palabra unas trescientas veces, y otras trescientas en mi cabeza.
Es un maldito babydoll.
Un maldito vestido corto de encaje, color negro.
Me siento en el suelo y veo que, además, un papel cayó junto con la caja, por lo que lo desdoblo y leo.
Para una muchacha que se porta mal. Te encantarán los cariños que te haga, preciosa. La próxima toca de colegio. Un beso, J.M.W.
James, estás loco. Definitivamente loco.
- ¿Cómo va eso, Alexa? - pregunta, desde afuera.
- Bien, bien... - digo guardando rápidamente todo en la bolsa. Luego me incorporo, me acerco a la puerta y la abro.
- ¿Por qué habías cerrado con cerrojo? - me mira extrañado - y ¿por qué no te pusiste eso?
Me miro los pies unos segundos. Cuando tengo el coraje suficiente, levanto la vista.
- Estás demente, James. No soy tu prostituta, ni tu mascota.
ESTÁS LEYENDO
Adultos
RomanceAlexa ama a los hombres. Ama que tengan más de 25 años. Que usen traje. Que tengan barba. Que tengan un gran empleo. Pero hay un hombre en particular en la vida de Alexandra... su profesor de historia, James. Y Alexandra nunca se ha enamorado. Y...