Capitulo 33

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Luego de pedalear un largo rato, llegamos al hotel en el que James debía de estar hospedado.

- Ven, dejemos las bicicletas allí - le digo a Cris, señalando unos arbustos bastante altos.

- Qué mierda estamos haciendo - dice, sin dejar de mirar. 

Empiezo a caminar y ella me sigue. 

Luego de dejar las bicicletas nos escondemos para chequear la entrada del hotel. Al ser sábado hay una gran cantidad de gente entrando y saliendo por el edificio, algunas con trajes y vestidos llamativos y elegantes. 

- ¿Cómo nos vamos a meter? Está lleno de gente, Alexa. Es imposible. 

Cristal está casi rendida. No quiere meterse. Jamás fuimos chicas de causar disturbios. Tampoco lo haríamos, ya que, salir escapando con una bicicleta no me parece la mejor opción.

- Mason está esperando en el baño. Hay que entrar por allí - respondo. 

- ¿Qué? ¿Mason? 

Me encamino a una puerta en la parte de atrás del hotel. Le hago una seña a Cris para que me siga y abrimos lentamente. 

Nos encontramos en un pasillo un poco descuidado. Camino en dirección a lo que supongo que son los baños y encuentro a Mason.

- Métanse - dice. Nos adentramos en el baño de discapacitados, donde cabemos los tres y sobra espacio. Además, es muy poco probable que cualquier persona use estos baños -. Hola, aquí tengo lo que me pediste, Alexa.

Sonrío. Son los vestidos de fiesta que le encargué antes de salir, por teléfono. 

- Pensé que escuchabas un audio, no que encargabas vestidos carísimos para colarnos en un hotel, Alexandra - dice Cristal. Le hecha un ojo a Mason, quien la ignora. 

Me lo pienso dos veces. ¿Seguirán juntos?

- Déjalo ya, y ponte esto - digo sacando de la mochila dos vestidos largos: uno rojo y uno azul marino. Le tiendo el azul y me predispongo a ponerme el rojo cuando caigo en la cuenta de que Mason sigue ahí. 

- Bueno, sí. Denme esto - dice -, y arréglense un poco, parece que vinieron en bicicleta.

Me río. Cristal en cambio está concentrada en ponerse su vestido. Creo que está enfadada. 

- ¿Vamos? - digo cuando nos veo listas. 

Ella asiente con la cabeza. 

- Será la última vez que haremos esto, ¿oíste?

- Sí, Cris - respondo.

Salimos del baño y le dejamos nuestra ropa a Mason, quien la guarda en la mochila y antes de retirarse nos desea suerte.

Una vez solas, me dispongo a caminar por el largo pasillo.

- No tengo idea qué estoy haciendo - dice Cristal.

- Yo sí, buscamos el nombre de James.

- Bueno pero así no. Pensé que sería un hotel viejo y que podríamos entrar y salir. No pasar toda la noche entre copas de champán y carcajadas de viejos.

- Será más divertido de lo que crees - respondo.

Luego de unos pocos minutos dando vueltas damos con una puerta. 

- Debe ser aquí - anuncio.

Abro lentamente la puerta y me encuentro con un enorme restaurante. 

- Vamos rápido - digo.

Luego de pasar por la puerta me dedico a analizar el lugar. Se escucha música clásica, hay un piano. Está todo perfectamente iluminado. La gente cena riendo mucho, aún es temprano. Hay grandes mesas elegantes con servilletas de tela y manteles pesados. Las ventanas que dan a la calle son altísimas y están tapadas por grandes cortinas de lo que parece terciopelo rojo. 

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