Capitulo 7

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A eso de las cinco y media escucho el timbre de casa.

Salgo de mi habitación y bajo las escaleras lo más rápido que puedo. Apenas abro la puerta, veo a Mason. Tiene cara de intriga, curiosidad.

- ¿Por qué me llamaste después de rechazarme? - pregunta algo extrañado.

Estoy a punto de darle una respuesta, cuando me interrumpe.

- Mejor dicho - dice - ¿por qué me llamaste después de rechazarme para averiguar la dirección de un profesor del colegio?

- Iremos de a poco, primero sube - respondo.

Él hace caso y luego de cerrar la puerta, subo detrás suyo. Mientras tanto hablamos de lo sucedido.

- Quiero que sigamos siendo amigos, Mason - digo, cerrando la puerta de mi habitación -, te considero una excelente persona pero nunca me pareciste atractivo o algo por el estilo.

Mason asiente con la cabeza y se sienta en mi cama, apoyando las manos en sus rodillas, mirándome con preocupación. Sé que es doloroso saber que no sentimos lo mismo, pero no quiero mentirle y lastimarlo.

- Está bien - responde. - Ahora sí, ¿qué me dijiste que era lo que querías?

- Quiero descubrir la dirección de Wilson - espeto, cambiando de tema.

Él abre los ojos como platos.

- ¿Para qué querés saber eso, Alexa? - pregunta cada vez más confundido. - Pensé que era un chiste.

- Encontré el Facebook del profesor Wilson pero si le hablo va a saber que soy yo. No se cómo acercarme a él sin que se dé cuenta que soy su alumna de último año. Por favor Mason, necesito que me ayudes a acercarme a él...

Mason da vueltas por la habitación pensando. Mira el piso, cada tanto la computadora y balbucea en voz baja.

- Alexa - empieza a decir -, no puedes ir a la casa del profesor así como si nada. Primero. Segundo, si tanto te "atrae" - dice moviendo sus dedos en gestos de comillas - debes empezar por acercarte más en clase. Conversar tranquilamente. Nada de roces o indirectas. Charlas casuales, preguntas sobre la materia, etcétera. Así, él va a generar un vínculo de confianza contigo. Igual te digo... No me parece que entablar un vínculo con un profesor sea lo correcto.

Me quedo mirándolo con cara de enfado. Una vez quiero arriesgarme. A pesar de sus consejos, estoy decidida a conocerlo. No me interesa tener que hacer el trabajo sola, lo voy a conseguir.

- Gracias Mason - digo sin hacer que se note mi enojo. ¿Por qué él no quiere que hable con el profesor? No entiendo qué le ve de malo. En caso de que le molestara, me lo podría decir tranquilamente. 

¿O será que está enojado porque lo rechacé? En ese caso, entendería mejor su punto.

- ¿Es todo? - pregunta -, bueno me retiro.

Bajamos las escaleras y le abro la puerta. Lo saludo y se empieza a alejar. Para cuando tomó una distancia considerable, cierro bruscamente.

Me hubiese gustado recibir ayuda de mi amigo. Sigo sin entender qué tiene de malo querer conocer a una persona, más allá de que sea mi profesor. Pero lamentablemente, no tendré su apoyo. 

Todavía enojada, empiezo a subir de nuevo a mi habitación para terminar la tarea y me acuerdo que tengo un trabajo de historia. Historia. Wilson.

¡Basta, de una vez por todas! Estoy cansada de pensar en él todo el tiempo.

Debo concentrarme.

Pero fue imposible concentrarme.

Mucho menos después de una siesta de dos horas y media. ¡Me había quedado dormida sobre los apuntes! Maldigo por lo bajo y lamento mucho no haberme puesto al día con las tareas.

Me reincorporo de mi cama. Me estiro un poco y bajo a la cocina.

- Hola ma - digo tapándome la boca de un bostezo. 

- ¿Alguien se tomó una siestita? - dice ella mirándome con su típica cara de "te descubrí".

Asiento con la cabeza mientras la veo cocinar. Tiene su delantal floreado y está cortando verduras con un cuchillo enorme. A mamá siempre le gustó cocinar, por lo que verla haciéndolo me transmite mucha paz. 

- Ma - digo y me mira -, ¿cómo se va a llamar mi hermano?

Ella sonríe mientras prepara una ensalada. 

- Estuve pensando bastante. Me gustan muchos nombres. Andrés, Tomás, Joaquín...

La miro pensando que todos esos nombres son muy bonitos. Cada uno es... único.

- ¿Andrés? - digo, ya que es mi favorito.

- Papá eligió Joaquín, pero a mí también me gusta más Andrés.

- Entonces será Andrés - le digo sonriendo y buscando algo para tomar en la heladera.

Ella me mira y asiente con la cabeza. 

- Andrés Stephen - dice y lo piensa unos segundos -, lo hablaré con papá, pero me gusta mucho. No creo que le moleste que sea Andrés.

- Claro que no, ¡dos contra uno! - exclamo. 

Carola entra a la cocina y se mete en nuestra conversación.

- ¿Qué cosa te gusta mucho, ma? - dice Car apoyándose del otro lado de la barra.

- También quería hablar contigo, hija - dice mamá, terminando de condimentar la comida para luego llevarla al comedor. - Con tu hermana le queremos llamar Andrés.

Mamá se señala la barriga. Car asiente con la cabeza mientras empieza a llevar los platos y cubiertos al comedor.

- Me gusta mucho - responde Car.

Un instante después, se escuchan las llaves y el sonido de la puerta. Próximo se oye un "¡Hola! ¡Llegué!" de papá. Escuchamos que sus pasos se dirigen a donde estamos y luego aparece por la puerta.

- Hola pa - digo y lo saludo con un beso -, estábamos hablando sobre el nombre de mi hermanito - comento.

- Nuestro hermanito - dice Car desde el comedor, acomodando los vasos.

- Alexa dijo que "Andrés" es bonito. Me gusta también - dice mamá terminando de preparar la carne.

- ¡Yo voto a favor! - exclama Carola.

Salgo de la cocina con la ensalada y la dejo en la mesa del comedor. Papá me sigue y deja su maletín en el mueble junto a la puerta, suspirando un poco.

- Luego lo hablamos - dice papá.

Luego lo hablamos... Esa frase es un sí implícito de su parte.

Andrés. Así será.


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