En un rato tengo la cita con James.
Bueno, no sé si se le puede llamar "cita" ir a comer unas pizzas. Me dijo que sería algo informal, por lo que no me voy a preocupar por arreglarme mucho.
- ¿A dónde vas? - escucho a papá desde la entrada a mi habitación.
- A comer con Cris, y luego a estudiar para los finales - respondo, eligiendo la ropa antes de entrar a bañarme.
- Espero que sea verdad - dice -, has pasado mucho tiempo fuera de casa y eso me tiene preocupado. Ahora que Carola volvió, deberás estar más tiempo con ella. No voy a permitirte que vayas de un lado a otro. El fin de semana te lo reservas para ella.
Asiento con la cabeza y le pido que se vaya.
Es verdad que mentir no está bien, pero no le puedo decir a papá a dónde voy realmente. Primero porque me mataría, y segundo porque no sé que soy de James más que su alumna. No puedo calificar esta relación aún. No sé si él sale con otras mujeres, o si sólo está conmigo.
Por otro lado, he pensado seriamente en llevar a James a otro nivel. En tener algo de intimidad. Aún no me lo ha preguntado, y es algo que agradezco. Desde el episodio del abuso, no he podido pensar de nuevo en la idea de tener hijos. No me veo lista para tener relaciones sin antes hablar con James, como mínimo.
Luego de ducharme y prepararme, bastante informal, despido a papá y a Carola.
- ¿Vienen a buscarte? - pregunta él. ¿Desde cuando le interesa tanto saber cómo voy o a dónde? La muerte de mamá hizo que se preocupara mucho menos.
- Sí, están esperándome afuera - respondo y salgo.
- Adiós, Al - dice Carola desde la cocina.
- Adiós - suelto y salgo de casa.
James me esperaba en un auto bastante discreto esta vez. Gracias a Dios. No quería dar tantas explicaciones a papá; no quería mentirle tanto.
- Hola - le digo, subiéndome al auto y dándole un beso en los labios. - Hueles muy bien.
- Gracias - responde y arranca.
- ¿A dónde vamos? - pregunto, acomodándome en el asiento. Esta vez no está tan formal, tal y como me dijo.
- Escuché de una pizzería muy buena fuera de la Gran Ciudad, ¿te parece?
Asiento con la cabeza.
Mientras paseamos por las calles iluminadas pienso bastantes cosas. Sigo dándole vueltas al tema de ir más allá con James, pero no lo veo. Nunca hablamos de eso.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? - digo.
- Dos.
- Si tú y yo estamos en una situación... - pienso una palabra apropiada - ¿caliente?
Él asiente con la cabeza, prestando atención al tránsito, pero sin dejar de escuchar.
- No sé... todavía no podría hacerlo contigo - digo.
James frena el coche bajo un árbol y me mira.
- ¿No estás lista, eso quieres decir? - pregunta luego de apagar el motor.
- Así es - respondo - desde aquella vez... no quiero.
Las lágrimas se acumulan en mis ojos, pero no quiero soltar todo eso. Necesito ir a casa y darme un baño.
- No te voy a presionar, Alexa - dice. Me mira a los ojos con más intensidad que nunca y acaricia mi mejilla. - No quiero que la pases mal. Las cosas las haremos bien, y con tiempo. ¿Sí?
- Sí, gracias. Ya podemos seguir.
James prende el motor y continuamos trayecto.
Un rato más tarde, llegamos a la famosa pizzería de la que James me había comentado.
Ya estoy mejor, el nudo en mi garganta se deshizo, por lo que puedo hablar tranquila con él.
Apenas entro a la pizzería me doy cuenta de todo.
- Este lugar es único - digo, sin dejar de asombrarme.
El restaurante parece haber sido remodelado pero no del todo. Es pequeño, pero tiene adornos de colores y algún que otro cartel luminoso. Se debe comer en barras, no hay mesas familiares. La música suena bien, puedo identificar que pasan rock. Se escuchan pesados vasos de vidrio chocar entre sí, y carcajadas. Hay grupos de amigos y parejas, algunos incluso bailan.
Nos acercamos a la caja y pedimos dos porciones de pizza para cada uno y las bebidas.
- ¿Cerveza? - pregunta. Niego con la cabeza. - Es verdad, todavía no eres mayor.
Río un poco, pero no dejo de admirar la belleza de lugar. Hay discos de vinilo pegados en el techo y las personas que atienden el local llevan bandanas.
- Que buen póster de Queen - digo observando una de las paredes, la cual está toda decorada.
- Ya ves por qué te quería traer aquí - responde James. Luego, me da un vaso de vidrio con gaseosa fría. Estoy por darle un sorbo, pero él me frena. - Brindis.
- Brindemos por la música.
- Brindemos por la vida.
- Brindemos por ti y por mí.
- Chin chin - dice James, imitando el ruido del vidrio.
- Chin chin - respondo. Tomo un sorbo de mi vaso. - Esto está riquísimo.
- Ya viene la pizza.
Mientras James es llamado por la caja para recibir la comida, me quedo admirando a una pareja del restaurante. Se ven tan felices. Son un hombre y una mujer, ambos con botellas de cerveza en sus manos. Charlan, cantan y ríen. Parece que están apartados de la pizzería, que no existe gente alrededor suyo. Son ellos dos. Y solo ellos.
Llega James con las porciones de pizza en dos pequeños platos de aluminio.
- Precario, ¿no? - acoto sonriendo.
- Esta es la magia del lugar - responde James - con poco eres feliz.
Sonrío y empiezo a comer. La pizza está excelente. Es crocante y sabrosa.
- Es la mejor pizza que probé en la galaxia.
James sonríe.
- Que bueno que te haya gustado, hace tiempo quería traerte aquí.
No dejo de sonreír. De vez en cuando dirijo mi vista a aquella pareja de la esquina de la barra. Siguen bailando y tomando cerveza.
Intentando adivinar la edad de ambos casi me atraganto con un bocado.
- ¿Estás bien? - pregunta James preocupado.
Asiento con la cabeza. Agarro mi comida y le pido a James que haga lo mismo mientras me levanto del asiento. Cuando puedo tragar, vuelvo a mirar a la pareja.
- Mi papá está aquí.
N/A
Buenas a todos y todas! Espero que estén súper bien!
Agradezco a ustedes de todo corazón por el apoyo que tiene la novela, me encanta saber que les gusta! Ya saben que compartiendo con sus amigos vamos a ser muchos más! Esta pequeña comunidad me hace muy feliz :)
Les mando un beso enorme!
- Zoe
ESTÁS LEYENDO
Adultos
RomanceAlexa ama a los hombres. Ama que tengan más de 25 años. Que usen traje. Que tengan barba. Que tengan un gran empleo. Pero hay un hombre en particular en la vida de Alexandra... su profesor de historia, James. Y Alexandra nunca se ha enamorado. Y...