No sé dónde estoy.
Solamente puedo ver hojas.
Hojas que supongo, deben ser verdes con la luz del día. Es un árbol frondoso el que veo. Sus ramas se distribuyen por todo mi campo visual, empapando mi vista de vida.
No puedo ver a través de las hojas. No sé si hay cielo o infierno. No sé si estoy parada, sentada o acostada. No sé si estoy subiendo o bajando, o si me muevo. Tampoco sé qué llevo puesto.
Solamente estoy cubierta por una liberación extrema.
Las hojas son mis errores. Los errores que cometí con James. Los voy leyendo, son tantos que no me alcanzan los ojos para leer todo. Son cientos de escritos.
También veo los errores que cometí con Cristal. No son tantos, pero uno cae y se desplaza hasta desaparecer de mi vista. Supongo que cayó por su movimiento, y creo que aterrizó cerca mío.
Leo los errores escritos en las hojas que realicé con mis padres. Con mamá.
Cómo te extraño mamá.
Veo los errores con Carola y con su novio. Veo los errores con papá, los que jamás solucioné.
También veo los errores que cometí con Mason. Mi gran amigo Mason.
No dejo de contar la cantidad de errores con cada persona y siento incomodidad, como si algo me doliese. Siento tristeza, siento decepción.
Pero allí en el fondo leo un error bastante peculiar.
Me extraña no haber visto esa hoja antes. Es bastante grande y sus colores van desde un verde pantano hasta un azul zafiro, pasando por un color oro. No brilla, pero atrapa mi mirada casi instantáneamente.
No puedo leer el error que cometí. Debe ser porque es pequeño; nada grave.
De alguna manera la vista me juega en contra y puedo ver con muchísima más claridad. La hoja se hace tan grande que puedo leer a la perfección lo que dice.
Amor propio
De pronto me veo recordando muchas cosas.
Aquella vez que me entristecí por culpa de James, cuando rechazó la idea de tener una relación conmigo. También veo el maltrato que hubiese sufrido Cristal cuando pensé en decirle que estaba siendo egoísta con James, cuando en realidad me quería cuidar. Leo las veces que lloré por James, las veces que menosprecié a mis amigos y las veces que contesté mal a mi familia.
Pienso, a pesar de lo mucho que me cuesta.
Maltraté, descuidé. Herí, menosprecié.
Di golpes con mis palabras. Llené mis pensamientos de veneno y mi boca de pena.
Pude haber sido otra persona, pero tal vez es tarde.
O tal vez no es lo suficientemente tarde para demostrar quien soy.
Para demostrar que no soy eso que dije e hice, que soy algo mejor. Que soy alguien que merece una segunda oportunidad.
Que soy alguien que reconoció sus errores.
Desconecté del mundo y llegué a este peculiar lugar, que no sé dónde queda. Creo que en algún lugar oculto de nuestro cerebro.
Espero poder afrontar todo.
El poder que tenemos como mortales es increíblemente desarrollado.
Un poco de cerebro, una pizca de desconexión y la seriedad de meditar.
Unas cuantas hojas y errores.
Y una nueva oportunidad para intentar revertir la situación.
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Adultos
RomanceAlexa ama a los hombres. Ama que tengan más de 25 años. Que usen traje. Que tengan barba. Que tengan un gran empleo. Pero hay un hombre en particular en la vida de Alexandra... su profesor de historia, James. Y Alexandra nunca se ha enamorado. Y...