Capitulo 80

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Para cuando me desperté, ya era de día.

Desde mi cama podía ver hacia la ventana. El día estaba nublado, e incluso parecía frío. Como no me interesaba mucho, cerré nuevamente los ojos. Me dolía un poco la cabeza y sentía el cuerpo cansado.

Estaba exhausta.

Había tenido sexo con James. Repetidas veces. No tenía idea a qué hora nos habíamos ido a dormir, ni a qué hora me levanté. Pero me sentía diferente. E incluso feliz.

Con mi brazo izquierdo busqué el cuerpo de James en la cama, pero no lo encontré. Como supuse que estaría en el baño, esperé un rato hasta que se acercara a la cama.

- James... Ya desperté - dije con voz ronca. Esperé su respuesta, pero creí que no me había escuchado. - James...

Nada. El silencio era sepulcral. Aún me costaba abrir los ojos. Estaba esperando a que James saliera del baño, pero parecía que no lo haría.

Lentamente me levanté de la cama y quedé sentada, intentando abrir los ojos. Estaba dormida, quería seguir descansando pero quería ver por qué James tardaba tanto. Luego de frotarme los ojos un rato, contemplé mi habitación.

Estaba totalmente destruida.

Mi corazón se achicó. Abrí los ojos como platos. Los volví a frotar, pensando que estaba soñando. Cuando los volví a abrir, vi que todo estaba desordenado. Los cajones de mis muebles estaban abiertos, el armario estaba desacomodado y había papeles tirados por todo el suelo.

Me asusté muchísimo. Algo había pasado.

Me levanté rápidamente de la cama, hasta que me di cuenta que estaba desnuda. Busqué el conjunto que había usado con James, pero no estaba por ninguna parte. Tomé de mi armario el primer conjunto de ropa interior que encontré y me lo puse. Rápidamente me vestí con una remera y un pantalón cualquiera, evitando hacer ruido por si había algún intruso en la casa.

Estaba segura de que anoche alguien había entrado a robar.

Pero, ¿dónde estaba James?

La puerta del baño estaba abierta, pero pude ver que todas las cosas estaban desacomodadas y esparcidas por el suelo. Escuché a Moa llorando en el jardín. Parecía estar temblando del miedo, no sabía qué hacer.

Cada vez estaba más aterrada. Olvidé el plan de hacer silencio y comencé a caminar por la casa gritando el nombre de James.

- ¿Dónde estás James? - decía - ¡¿Dónde estás?!

No había respuesta de él por ninguna parte. Nadie respondía, ni siquiera escuchaba pasos. Estaba empezando a desesperar.

Caminé hasta la habitación de mi padre y la encontré prácticamente vacía. No estaba ni su computadora, ni gran parte de su ropa. Habían papeles tirados en el suelo, y estaba todo desarreglado.

Comencé a llorar. No entendía que estaba pasando, ni por qué mi casa estaba destrozada. Mi cabeza no podía ni quería procesar la situación. Lloraba desconsoladamente en un pasillo. Sentía que me habían robado todo, hasta la esperanza de encontrar a James. Me sentía vacía como la casa, sola y perdida en un laberinto. Me pesaba el cuerpo y el pecho se me había hundido.

Juntando fuerzas me levanté y caminé hacia mi habitación para agarrar mi celular. Caminé dando pasos largos y abandonados, como el que no quiere caminar pero debe hacerlo. Cuando llegué a mi dormitorio, cerré la puerta y me senté en mi cama. Abrí WhatsApp, pero cuando quise mandarle un mensaje a James, me aparecía que me había bloqueado.

¿Qué?

Entré a la aplicación de teléfono y marqué su contacto. Esperé los tonos, pero una máquina me respondió diciendo que el número era inexistente.

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