Capitulo 60

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El fin de semana fue eterno.

El sábado no fue para nada interesante, ya que tuve que concentrarme en los exámenes finales. A pesar de lo que había pasado la noche anterior, intenté no pensar en Ana o en papá.

Carola me había aconsejado que luego de estudiar, hablara con papá respecto a su nueva relación. Y sinceramente, tenía razón. 

Para la tarde, luego de comer y haber repasado todos los resúmenes por última vez, bajé al comedor. 

Eran las cinco de la tarde y Carola no estaba en casa. Me había quedado un rato observando la silla donde Ana había estado sentada, cenando con nosotros. Recordaba su vestido colorido y su sonrisa impecable. Recordaba cómo acariciaba la mano de papá. Recordaba su mirada, sus gestos. 

Me preparé un café en la cocina y volví al comedor, donde me senté a mirar mi taza. Papá siempre bajaba a comer algo a esta hora, por lo que no me preocupaba quedarme allí. 

- Hola hija - escucho desde la puerta - Te escuché y quise venir a hablar contigo. 

Había bajado antes de tiempo, pero no me molestaba. Di un sorbo a mi taza, sin responder. Él se acercó a la mesa y se sentó frente a mi. La verdad, estaba cansada de repetir la escena en mi cabeza de padre e hija reconociendo sus sentimientos, llorando un poco y abrazándose. Esa escena no la pensaba repetir. O al menos, no la pensaba repetir hoy. 

- ¿Por qué no me habías hablado de Ana antes? - pregunto mirándolo a los ojos. - ¿Creíste que estaba preparada para conocer a tu nueva novia? 

Papá suspira un par de veces y aparta la vista. Luego, vuelve sus ojos a mi taza. 

- Sí - dice - Creía que no te lo ibas a tomar mal. Supuse que estarías feliz...

A decir verdad, estaba feliz por papá. Es algo meramente personal el hecho de tener dificultad para reconocer a otra mujer como su pareja. Papá está rehaciendo su vida de la manera que mejor le sale, intentando no dañar a nadie.

Fui un poco dura con él.

- Perdona, pero no estaba preparada para esto - digo. 

Él me mira a los ojos y me pide que me levante. Se acerca a mi y me abraza. 

- Siempre podemos comenzar de nuevo, ¿sabes? - dice. Nos separamos y nos miramos a los ojos. 

Esto es más difícil de lo que pensé. Es complicado para papá aceptar que su hija menor no está lista para verlo con otra, y es aún peor para Ana porque no le he dado la oportunidad de conocerla. 

- Ana vendrá mañana a la tarde - anuncia papá, separándose de mi - Pueden volver a conocerse. 

Tomo mi taza de café y le doy otro sorbo, aunque se está enfriando. 

- No creo que me quiera ver... 

- No - dice papá - Le pareces una persona muy linda, aunque no hayan podido hablar.

Me sorprendo por lo que dice. 

- ¿Y tú cómo sabes eso? - pregunto. Él se va a la cocina, pero lo sigo para obtener una respuesta. 

- He hablado mucho de ti con Ana - admite -, y dice que a pesar de lo sucedido en la cena, quiere conocerte. Dice que eres bonita.

Sonrío un poco. 

 - Eso lo dice para caerme bien. 

- Eso lo dice porque lo cree - replica papá, sirviéndose un vaso de jugo de naranja. - ¿Hoy harás algo con tus amigos?

Termino de tomar mi café y me quedo pensativa. Debería reunirme con Cristal y Mason para contarles lo que ha pasado, pero prefiero llamarlos y compartir una noche de pizzas. A su vez, le había prometido a Carola una noche de hermanas, como cuando éramos pequeñas. 

- Creo que pasaré la noche aquí, con Car - digo. - Iré a verla. 

Papá me da un beso en la frente y, luego de lavar mi taza, subo a la habitación de mi hermana. 

Antes de llegar allí, paso por mi habitación y chequeo las notificaciones. Veo una llamada perdida de James de hacía diez minutos, por lo que decido devolvérsela. Un par de tonos más tarde, atiende.

- Hola corazón - dice desde el otro lado - Llamaba para invitarte a comer.

- Hola James - respondo - No voy a poder, ¿qué te parece el lunes, luego de la escuela?

Escucho que duda unos instantes, como si estuviese analizando la situación.

- Está bien - dice - El lunes a la noche será. ¿Más tarde hablamos?

- Claro, te amo.

- Yo a ti, Alexa.

Cuelga la llamada y hago lo mismo. 

Cuando volteo, veo a Carola apoyada en el marco de la puerta de mi habitación. Me quedo paralizada. No sé cómo saldré de esta situación. 

- ¿Con quién hablabas? - pregunta, con una sonrisa en su boca. 

- Con un chico - respondo, sin dar más explicaciones. Ella entra en mi habitación y me mira fijo a los ojos.

- Debe ser importante, no se le dice "te amo" a cualquier chico - dice, haciendo las señas de comillas con sus dedos.

Río nerviosa, intentando llevar la mentira. Estoy cansada de hacerlo, pero hasta que sea algo formal, no pienso decir nada. 

- ¿Hoy hacemos noche de películas? - pregunto, intentando desviar la conversación. Carola asiente con la cabeza y me dice que me espera en su habitación. 

- ¡Pide unas pizzas! - grita, antes de llegar allí. 

- ¡Lo haré! - respondo, cerrando la puerta. 

Agradezco a la vida que mi hermana no sea de esas que necesitan una respuesta inmediata y precisa a ciertos temas. En parte creo que es así porque ya lo ha vivido, y como hermana mayor, respeta mis espacios y mi privacidad. De igual manera, intento contarle todo lo que me sucede con James, escondiéndolo con otro nombre y sin detalles. 

También me enorgullece mucho, porque ha sido una persona increíble. A pesar de las dificultades que hemos atravesado, ella siempre se mostró para superarlas y verme feliz. 

Hoy toca noche de pizzas y películas, tal y como hacíamos cuando éramos pequeñas.

Las mejores costumbres son aquellas que no se pierden.

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